Narrador omnisciente.
Anthony recibió una llamada del papa de debora, estaba dudoso de responder. Había dos opciones: quería pedirle dinero o quería reclamarle por lo que ha sucedido con su hija. Ellos no tenían ningún tipo de cercanía, Debora se había encargado de mantenerlos alejados.
El papá de Debora insistía llamándolo mientras David había subido a la ambulancia con su hija que había sido agredida y ahora se debatía entre la vida y la muerte.
Anthony no quería responder el teléfono, estaba más preocupado por sacar a Ania de la cárcel que por el drama que estaba seguro se avecinaba con el padre de debora. Había tenido una fuerte discusión con la madre de sus hijos y sabía que de ella no obtendría nada. Tenía que pensar en otra opción para dejar en libertad a su ex novia.
Por otro lado David se sentía destruido, sentía que su alma pendía de un hilo al ver como a la mujer de su vida, a la cual se había resignado a ver solo como amiga, estaba tendida sobre la camilla sin reaccionar, ella se estaba jugando una partida con la muerte.
–Aguanta Preciosa, tú eres fuerte– le susurraba David a debora sin dejar de derramar lágrimas por ella.– Tus hijos, tu familia, yo... incluso Anthony, te necesitamos muñeca.
Narra Anthony.
–Diga– le respondí al papá de debora después de 30 llamadas perdidas, una tras otra. Estuve apunto de bloquear su numero, de mi no va a obtener nada.
–Mi hija...– se escuchaba como si estuviera llorando o con gripa.
–¿Que tiene debora?– pregunte a la defensiva. Si venia a reclamarme algo lo voy a poner en su lugar.
–Va para el hospital...
–¿Por que? ¿Paso algo con los niños?– me preocupe. ¿Por que estaba llamándome él y no Deb?
–Es Ella, la agredieron... la llevan al hospital...
–¿Que paso?– me estaba estresando este señor por que no era claro.–¿Quién está con ella?
–David... – ese mmg de metido siempre. –ella... ay Dios mío– soltó un soyollo.
La llamada se cortó y de igual forma no entendía nada. Me alarme, no era normal que el padre de Deborah me llamara y menos en ese estado. Llame a debora para ver si me Respondía pero solo timbraba y después me enviaba a buzón. Llame a la casa y no sabían nada al respecto. Llame a David y tampoco respondió. Volví a llamarle al papá de debora y me respondió enseguida.–Oiga que fue lo paso con debora? Sea claro, estoy preocupado pero usted no me dice nada y nadie me Responde los teléfonos. Cálmese. ¿A que hospital fue?
–Al mismo de siempre... Dios mío si ella se muere yo...
–Cállese, no diga estupideces– le colgué.
Tome mis llaves y salí rumbo al hospital, me sentía preocupado pero no entendía la gravedad del asunto. ¿La agredieron? ¿La quisieron asaltar? ¿Que fue lo que realmente paso? Y Este viejo inútil no sirve para nada y aquel idiota se da el lujo de ignórame. Solo espero Deb esté bien.
Llegue al hospital a pasos acelerados, cuando entre vi a David sentado con las manos en la cabeza, como si estuviera desesperado. Me frene en seco y se me detuvo el corazón cuando le vi la camisa y las manos manchadas llenas de sangre. Levantó la vista y tenía los ojos rojos e hinchados. Estaba llorando.
–¿Debora? ¿Donde está? ¿Que paso?– pregunte asustado.
Él me observo sin decirme nada, parecía que estaba en shock.
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