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Narra debora.

Me sentía tan impaciente e intranquila. Como desearía haber llevado yo misma a Anthony para verle la cara que va a poner cuando se de cuenta lo que realmente es su perfecta novia. Cuando la vea insinuándosele a los demás hombres frente a él.

Y no es que quiera verlo sufrir por que no es así pero quiero que se cuenta del grandísimo error que cometió al compararla conmigo. En restregarme en la cara lo especial que era, lo bien que lo entendía y lo tranquilo que se sentía con ella.

Le iba a dar mi lugar frente a todos, estaba listo para hacerme a un lado.

Y entiendo, entiendo que los errores que cometí me costaron mi relación con Anthony pero maldita sea, solo eran negocios. Jamás lo engañe con David. Yo jamás me he metido en su carrera, ni en sus negocios y el simplemente prefirió pensar lo peor de mi.

Pasaron las horas y no podía conciliar al sueño. Necesitaba saber si Anthony había ido o si me había ignorado. Me levante de la cama y escuche que alguien tocaba el
timbre de la casa.

–¿Que se le ofrece?– pregunto rosalin.

–¿Está Debora?– escuche una voz de mujer y baje las escaleras.

–La señora está dormida.

–¿Quien es?– pregunte y en ese momento vi a teibolera empujar a rosalin para entrar a mi casa.

–Soy yo. ¿Sabes quien soy cierto?– venia con la peluca puesta y maquillada pero con una playera y un short de mezclilla.

Termine de bajar las escaleras sin quitarle la vista de encima. ¿Quien se creía esta gata para venir a gritonearme a mi casa?

–¿Que quieres?– me cruce de brazos cuando estuve frente a ella.

–¿Por que le dijiste a Anthony? No te correspondía– me grito enloquecida.

Respire profundo y ataque.

–Por que no iba a permitir que siguieras viéndole la cara. Fingiendo ser la chica perfecta y no eres más que...–La muy estupida se atrevió a bofetearme pero no perdí la compostura. –¿Te duele que te digan lo que eres?– me reí aguántame el ardor de la mejilla.

–¿Sabes lo que soy? Alguien que trabajo para pagarse la escuela, alguien que tiene mas educación que tú, alguien que trabajo para pagarse ropa, comida y un techo donde vivir. No como otras que viven de mantenidas.

–Claro... Como si vender tu cuerpo fuera un GRAN sacrificio. Como si andar de puta exhibiendo tu cuerpo fuera la gran cosa como para andarla presumiendo– me defendí.

–¿Y tú que? Tú mayor esfuerzo fue parir hijos para tener todo esto– si supieras... que si Anthony no se hubiera dado cuenta de Matías yo seguiría casada y en España.

–Hablas por hablar niña. Tú no sabes que hago o deshago con mi vida. Anthony no es mi cajero automático...– ¿Está estupida no sabe por que nos separamos?

–No tenias por que meterte en esto, yo iba a decírselo. Eres una maldita egoísta que no lo quiere ver feliz. Yo le doy la tranquilidad que tú nunca podrás– Dios mío dame paciencia con esta ilusa.

Clandestino t3-t4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora