Después de mi estupido drama de ayer, hoy desperté con toda la actitud de recuperar a mi hombre pero también voy a hacerlo rabiar un poco. No por que esté embarazada significa que no me puede rondar ningún hombre.
Odio estas malditas hormonas que me intensifican todo.
Narra Anthony.
Abrí los ojos y mientras veía el techo de mi habitación solo podía pensar en lo contradictoria que era Debora. Se que me ama pero tiene que entender que no puede estar jugando conmigo. Somos adultos pero a ella le gusta sentir que tiene el poder sobre mi y no es así. Que puede hacer cualquier cosa y yo voy a estar ahí. La amo pero debe entender como me siento.
Baje a desayunar y ella estaba parada en la barra esperando un jugo que le estaban preparando. Llevaba un shortcito color azul cielo que dejaba poco a la imaginación y una blusa blanca con un escote bastante sugerente.
Se veía perfecta. Ella era preciosa simplemente me encantaba.
–Buenos días– me saludo sonriendo mientras le daba un trago a su jugo.
–¿No tienes frío?– fue lo primero que se me vino a la mente para justificar que estuviera vestida así.
–Estaba haciendo ejercicio... un poco de yoga.
–No deberías... hasta que vayamos al doctor y sepamos que todo está bien– toque su vientre y apenas comenzaba a sentirse un poquito abultado y duro.
Asintió con una sonrisa fingida, me dio una palmada en el hombro y me dejo hablando solo.
Mujeres.... ¿Quien las entiende?
Subió las escaleras meneando ese booty tan delicioso que dios le dio, por que sabía que yo la estaba viendo. Me reí por que entendía lo que estaba intentando hacer.
Más tarde salí directo al aeropuerto a recoger a mi hijo, pasaría unos días con nosotros. No le dije nada a Deb pero estoy seguro que no se molestará por esto. Ellos se llevan muy bien.
–¿Como estas? ¿Como va todo?– mi hijo había crecido bastante, me cambio la voz. Ya era todo un hombre.
–Pues...– me rasque la barbilla pensando si debía contarle mis problemas.
–¿Problemas con la tóxica?– No pude evitar soltar una carcajada. El lenguaje de estos jóvenes es increíble.
–Terminamos... pero...
–¿Como que terminaron? Si es la única que me ha caído bien– él realmente estaba indignado.
–Vas a tener otro hermanito... o hermanita... quien sabe.
–Wow, wow, wow... pero espérate... por eso terminaron? ¿Por que le pusiste los cuernos?
–No– me reí. –Deb está embarazada.
Se quedó callado unos minutos.–¿Por que terminaron entonces?
–Tuvimos problemas. Ahora somos "Amigos"... "Roomies" por que aún vivimos en la misma casa.
–Ustedes están locos... Ojalá vuelva con el tío Cedin– me dio risa pero le volé la gorra de un golpe.
El resto del camino seguimos platicando de otras cosas, de su escuela, de la familia, de mi trabajo, de un sin fin de tonterías.
Cuando llegamos a la casa me encontré a Debora sentada en la sala. Se veía preciosa, llevaba puesto mi vestido favorito y unos tacones que le regalé hace tiempo. Estaba sentada a lado de nada más y nada menos que con "David" mientras se reía de algo que él le contaba.
¿Que hace este hombre en mi casa?
No pude evitar sentir una rabia inmensa. Muchos recuerdos vinieron a mi mente y sentí que iba a perder el juicio.
–Deb– corrió alex a abrazarla. Ella estaba sorprendida y lo respondió el abrazo.
–¿Que haces acá? ¡Que gusto verte!
¿Por que le esta viendo el culo a mi mujer? Idiota.
–Hola– david se puso de pie y saludó de una forma muy educada, mientras se acomodaba el traje.
–¿Y tú eres?– le pregunto mi hijo.
–Un amigo de Debora.
–Ah... – me hijo era mi mejor aliado por que fue a sentarse en medio de los dos.
–Hola ¿Que tal?– lo salude como si no estuviera hirviendo por dentro.
–Todo bien... solo pase a saludar.
–Eres Bienvenido– sonreí con falsedad. No no lo eres idiota.
–¿Ya sabes la buena nueva?– le mencionó alex a David.
–¿No, que?– ¿Por que sonríe? El idiota si que es lindo y yo... bueno, tengo Salud.
–Que van a ser papás. ¿Puedes creerlo?– casi suelto una carcajada. Alex es el final.
–No lo sabía. Felicidades a los dos... pero ¿No estabas separados?
–Tu que les crees, se hacen tontos los dos. No te ilusiones no tienes oportunidad– Alex había tomado el control de la conversación.
David solo soltó una carcajada.–Uno nunca sabe– levantó una ceja y sonrió.
–Bórralo de tu mente campeón, eso no va a suceder– le dio dos palmadas en el hombro y se levantó para subir sus maletas a su cuarto.
–Perdónalo...– dijo Deb apenada mientras yo sólo los observaba desde el sillón de enfrente.
Me sentía como el papá sobre protector que no dejaba solo a su hija cuando iba el novio a visitarlo pero en esta ocasión es mi mujer a la que tengo que cuidar.
–Realmente quiero consultarte algo...– escuche que Deb dijo mientras yo fingía estar atento al celular.
–Te escuchó...
–Recién adquirí la empresa de mis padres...– ¿Como así? Yo no sabía eso. – Realmente no se las condiciones de ella, no se como están las finanzas, si vale la pena conservarla o venderla. Quisiera que me ayudaras con ello.
–Claro Deb. Lo primero es hacer un estudio financiero, para saber el estado de la empresa. Necesito saber el giro, la historia, cuantos empleados son, en fin... todo para poder ayudarte a tomar una decisión.
–Es de bienes raíces pero no tengo idea de nada.
–Envíame todo y con gusto te apoyo en lo que necesites.
Necesitamos que te largues de mi casa.
–No es que te corra pero vamos a salir a comer todos juntos como familia– alex era lo peor, casi explotó en una carcajada.
David entendió su clara indirecta y se puso de pie.
–Ma retiro entonces... llámame cualquier cosa y envíame todo– le sonrió a mi Deb y camino hacia la puerta– Hasta luego anthony y un gusto– se despidió de alex y de mi.
Deb camino detrás de él y lo acompañó hasta la puerta. Se dijeron algo que no escuche. Él se rio y deslizó una mano por su cintura para despedirse de beso pero la mano como que se le resbaló y le agarró el culo. Hijo de puta te voy a matar.
–Si ya, adiós– le grito alex. Mi hijo se convirtió en mi héroe.
