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Cuando conoces a tu llama gemela nunca podrás sacártela de la cabeza, tendrás una conexión inmediata e inexplicable. La química entre ustedes será única, te hará sentir una revolución de energía y sentimientos que no vas a experimentar con nadie más.

Tú llama gemela siempre vendrá a ti, no importa el lugar, la distancia, la situación.

La relación con tu llama gemela no será sólo felicidad, flores y corazones, puede llegar a ser una relación complicada y turbulenta ya que tus emociones, inseguridades, miedos y dudas son intensificadas al encontrar a tu otra polaridad.

Por circunstancias de la vida podrán ser separados pero están destinados a estar con esa persona en algún punto de su vida.

El y yo... tantos obstáculos que aseguraban que lo nuestro nunca podría ser... amigos, parejas, situaciones, malas decisiones... nuestro hilo rojo se podía tensar pero nunca se rompió.

Podíamos odiarnos pero siempre había esa atracción y tensión entre nosotros. No era algo físico, iba más allá, una conexión más fuerte e inexplicable.

–Ya está todo listo– Anthony me dio un beso en el hombro y se sentó junto a mi en el avión privado.

Anthony organizo todo para darme una sorpresa, ese viaje que me había prometido cuando salí del hospital. Me resistí a dejar a los niños pero era algo que necesitamos, tiempo a solas, hablar y volver a conectar para sanar todos nuestros tropiezos si queríamos que esto funcionara. No me dijo a donde iríamos, solo que eran bastantes horas de vuelo.

Nos sirvieron una copa de champagne.

–Brindó por ti– alzó su copa.–Por que tengo a la mujer más hermosa. Brindo por nosotros, por el amor que nos tenemos, por todas las veces que nos equivocamos pero sobre todo por que todo mejore entre nosotros y podamos sanar nuestras heridas para seguir adelante juntos, alimentando cada día el amor que nos tenemos.

No podía evitar sonreír como una idiota. Lo amaba, mucho. Chocamos nuestras copas, bebimos un sorbo y unimos nuestros labios en un apasionado beso.

Durante el vuelo platicamos de proyectos personales que teníamos a futuro, leí un poco mientras Anthony terminaba unos pendientes en su computadora y final quede rendida en su hombro.

–Ya vamos a aterrizar– me despertó con un beso en la cabeza.– Acomoda tu cinturón.– metió la mano para asegurarse que lo llevara bien puesto.

–No soy anthonella– lo reprendi al ver como jaloneaba el cinturón para ver que estuviera fijo y solo se rio.

Quise levantar la ventanilla para ver donde mierda estábamos pero Anthony no me lo permitió.

–No seas ansiosa– me tomo de las manos y las entrelazo con las suyas. –No veo la hora de tenerte desnuda entre mi brazos– Se mordió los labios y sonrió.

Me reí ruborizada. Nunca me iba a acostumbrar o a ser indiferente ante este hombre.

El avión aterrizó, ambos nos desabrochamos el cinturón y nos pusimos de pie para bajar.

–Espero te guste mi sorpresa– me dio un beso en el cuello y me estremecí.

Avance, cuando salí del avión, me quede helada y era literal por que estaba haciendo un frío terrible. Era un lugar precioso. Montañas altísimas de diferentes formas cubiertas de nieve. Estaba maravillada con la vista. Sentí como alguien puso un abrigo pesado pero caliente sobre mi.

–Te prometí que sería un lugar diferente– me abrazo y no se en que momento se puso un abrigo rojo bastante extravagante.

–Me encanta, gracias– lo abracé emocionada y lo besé.

–Aún no has visto lo mejor– me sonrió.

–¿Que?– me sentía emocionada, quería saber todo sobre este viaje.

–A mi, desnudo– se rio de forma juguetón y yo solo negué con la cabeza mientras me reía.

Subimos a una camioneta y se metió por una carretera que sus alrededores había una arbolada cubierta de nieve. Me encantaría ver un reno o algún animal exótico. Me sentía como Matías la primera vez que lo llevé a Disney.

–Mi amor...– le hable a Anthony sin despegar la vista de la carretera.

–Dime...

–No traje ropa para esto, empaque pura ropa de playa...– le hice un puchero.– No pensé que, pensé que me llevarías a algún lugar del caribe– me reí.

–Te dije que sería un lugar diferente... pero no te preocupes no necesitas ropa– me sonrió travieso.

–¿Me vas a tener encerrada en el hotel?– pregunte triste.

–Si, sin ropa... encima de mi, abajo de mi, tus piernas enredadas junto a las mías, recostados junto a la chimenea...– cerro los ojos y suspiro sonriendo.– bebiendo un trago del mejor licor de Finlandia.

–No suena tan mal– le sonreí y acaricié su Preciosa cara. Para mi él era una obra de arte que merecía que mis ojos admiraran todo el día.

–Ordene que cambiarán tus maletas y te pusieran ropa para esta ocasión. Si te lo decía ibas a sospechar– le sonreí y asentí. Este hombre estaba en todo.

El recorrido también fue largo, después de un buen rato llegamos al lugar donde nos hospedaríamos. No era un hotel. Era una iglú con techo de cristal. Era pequeña pero muy bonita y acogedora.

–Es muy bonita pero definitivamente no me vas a poder tener desnuda por que el que pase me va a ver– me reí y él soltó una carcajada

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–Es muy bonita pero definitivamente no me vas a poder tener desnuda por que el que pase me va a ver– me reí y él soltó una carcajada.

–Solo hay dos parejas alojadas en el hotel y están lejos de nosotros. Nadie te va a ver– me quito el pesado abrigo y lo dejo caer en la cama.

–¿De donde sacaste ese abrigo de Jon Snow?– Pregunte mientras le ayudaba a quitárselo. Soltó una carcajada.

–Tu que vas a saber de moda y estilo– tomo su abrigo y lo colgó.

–Te recuerdo que hacía desfiles de "MODA"– me senté en la cama y crucé las piernas.

–Que buen desfile el de Ibiza. Lo llevo tatuado en mi pecho– se le veía la lujuria en los ojos.– Encerrados los dos en un cuarto de hotel haciendo el amor como animales.

–¿Cual amor? Si solo te querías coger a la novia de tu amigo y ya.

–De ahi me nació el amor– se rio. – Y mi obsesión por ti.

Clandestino t3-t4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora