Isabel Caballero
Estaba a punto de lanzar el teléfono por la ventana abierta pero mi destello de cordura no me dejo, respire hondo para dejar pasar la ráfaga de enojo sobre mi ser y cuando volví a mirar Grace parecía estar preocupada por mi.
— Estoy bien, — conteste la pregunta que telepática mente sentí, o algo así. — es solo que mañana tenemos examen de estadística y en verdad necesito esa última asesoría.
Mi mejor amiga tenía sus propios problemas, mañana tenia examen de historia y de química uno seguido del otro así que no la quería molestar en absoluto con mis problemas. Si bien Sarah no me había bloqueado el numero era difícil contactarla, solo veía mis mensajes pero no los respondía, estaba en modo intensa enviando todo tipo de mensajes, sabia que no me quería ver pero habíamos acordado algo, ayudarme a pasar la materia.
— ¿Ya le dijiste a Nat?
La pregunta me hizo mirarla dejando el celular de lado pero ella ya estaba muy interesada en su libro subrayando con uno de mis plumones. La respuesta era no, pero no porque no quisiera, se había ido de viaje con su familia desde la semana pasada y apenas regresó esta mañana cuando yo seguía en la escuela y ella descansando. Habíamos acordado vernos solo si yo lograba estudiar, bueno, ella pensaba que yo estaba en mi asesoría con Sarah pero solo un malentendido que se puede arreglar, no quería arruinar sus pequeñas vacaciones con su familia así que no le dije absolutamente nada del tema. Ahora era la que menos me preocupaba.
— ¿Puedo dar mi opinión?
— Por favor, todos han estado tan callados sobre eso que me preocupa.
Era verdad, ni siquiera Emiliano me había molestado con sus bromas normales sobre cómo una chica que no era mi novia me había besado, era como si en verdad fuera algo bastante serio.
— Todavía no estoy segura de que tu no sientas nada por Sarah, pero ¿qué tal y si ella si lo hace por ti? — mi cara fue mi respuesta. — Piénsalo...
— Si me dices que me hizo la vida imposible solo porque yo le gustaba te aviento mi celular en la cara.
— Agresiva pero no, no iba a decir eso. En ese tiempo ni siquiera tú sabías que eras lesbiana pero ahora eres una nueva persona, amiga, brillas de la forma más bonita era obvio que mucha gente caerá a tus pies y ella no es una excepción.
Tome la mano que Grace alargaba frente a mi, siempre la había querido como a una hermana, gracias a ella había sobrevivido mi secundaria sin querer hacer algo tonto por todo lo que sufría, ella fue mi gran ancla y lo apreciaba tanto. Ahora unos años después ella seguía allí, ayudándome a ser la mejor persona que pudiera ser.
— Ahora ¿estás segura de que no sientes nada?
"Si" era la respuesta correcta, la que debía salir de mis labios porque era lo que estaba sucediendo en mi cabeza. Desde el primer momento en que sus labios tocaron los míos la respuesta había sido "si", no me gustaba Sarah pero el latido acelerado de mi corazón estaba debatiendo. ¿Y qué tal si...
— Si. — conteste en medio de una tartamudeo, rodé los ojos para mi misma mientras Grace sonreía. — Yo soy muy feliz con Nat, no necesito a nadie más y mucho menos a ella.
Grace solo asintió apretando por última vez mi mano y volviendo a su lectura, no me había dado ningún consejo, probablemente no tenía ninguno que darme pero aun así me quedé esperando a que lo hiciera. Trate de concentrarme en mi hoja de estudio, era la letra de Sarah pues la había hecho antes de que dejara de hablarme y Elías me la entregó el lunes. Si se preocupaba tanto porque no respondía los malditos mensajes. Las letras se confundían con los números como si se tratara de un hechizo de magia que se estaba mezclando frente a mis ojos pero no lo era, era pura confusión sobre eso, sobre la vida y sobre Sarah. Mi mente comenzó a divagar imaginándome a la chica de cabello negro largo casi hasta la cintura cuando se lo trenzaba, sabia que naturalmente era ondulado pero ella lo alaciaba cada día para ir a la escuela, sus cejas perfectamente arregladas que siempre me había gustado, me refiero a que me gustaría tenerlas así algún momento, si eso. Su tez de un tono mucho más oscuro que la mía pero perfectamente brillante como si resplandeciera y sus ojos cafés, normales como los de todo el mundo. Habrían sido perfectos si en ellos no se reflejara un tono de ansiedad, incluso de paranoia que miraban a todos lados buscando alguien que la estuviera mirando, juzandola. No sabía que Sarah fuera tan insegura pero eso hacía que todas sus bonitas facciones dejarán de resaltar, sus inseguridades mataban su belleza.
ESTÁS LEYENDO
Ella es bonita
RomanceElla es bonita Aunque tiene mal humor Aunque no me quiere a mí Ella es bonita Sarah se hizo una promesa, arreglar todo lo que hizo mal antes de entrar a la universidad. Entre ellas pedirle disculpas a su mejor amiga de la infancia por todo lo que la...