Isabella Caballero
— No estoy nada segura de esto.
— Tu tranquila, solo sostén tu bolso bien.
Subí las escaleras con cuidado de no pisar los nuevos tenis de mi mejor amiga que estaba frente a mi, Emiliano venía haciendo ruido desde abajo tocando el barandal con las llaves del coche para anunciar su llegada, solo eran dos pisos pero no quería que me vieran llegar con él. Sarah era la única que se sentía fuera de lugar, porque lo estaba, no era su tipo de fiesta la que estaba en el último piso con la música tan alta como se podía y las luces dando vuelta. Sabía que ella era alguien de clubes, bares, lugares en donde solo podías entrar pagando una botella o no pagar en absoluto si eras mujer pero una fiesta clandestina parecía perfecta para la ocasión.
— Shot de bienvenida. — grito una chica al recibirnos en la entrada con pequeños vasos de plástico de los más baratos lleno de alcohol.
— Por la vida de mierda. — anunció mi hermano tomando su vaso.
— ¡Salud! — gritamos todos menos la morena a mi lado antes de vaciar el líquido en nuestra boca.
Yo y Sebastian fuimos los únicos en hacer caras al sentir lo amargo en nuestra garganta, no nos gustaba tanto el alcohol en comparación a Grace y su novio pero nos encantaba bailar asi que eramos un gran equipo en las fiestas. Benji era el que siempre conducía porque le gustaba sentirse que nos podía proteger y su fuerte no era el alcohol, Emiliano era el que se ponía hasta la madre, tomaba todo como agua y lo vomitaba dos horas después si teníamos suerte era en un baño. Mi mejor amiga se besaba tanto con su novio como con personas extrañas, no es que le importara a Daniel porque él estaba haciendo exactamente lo mismo., era una tipo de pacto o algo asi. Todos teníamos nuestro alter ego de fiesta, pero ahora tenemos a Sarah, no sabía cómo ella se desenvolvia en las fiesta, en secundaria nunca había ido a alguna o no el tiempo suficiente para ver a la chica que tenía tomada de mi mano comportarse como una persona decente o como alcohólica, además era secundaria todos eramos un niños estupidos en secundaria que se sentian adultos.
— ¿En serio tenemos que hacer esto?
— ¡Beso de tres! — el grito sonó en todo el lugar sacando una carcajada y todos mis amigos miraron a la chica respondiendo un "Si" al unísono.
— Vamos, no es tan malo.
Las personas saludaban a Emiliano mientras caminábamos hasta los únicos sillones que había pegados a las ventanas semi abiertas al fondo del lugar, todos aquí eran amigos de la preparatoria, o conocidos o personas que en mi vida había tenido una conversación con ellos pero los había visto por los pasillos, eran gente de fiar, nadie del que se tuviera que cuidar Sarah.
— ¡Isa! — gritó una voz rasposa rodeándome el hombro con su brazo sin que yo soltara a Sarah.
— Jesús, — salude. — Te presento a Sarah.
— Hola, Sarah — respondió por pura cortesía y levantó su otra mano. Estaba arrastrando las s con la boca.
— No mames, Jesus, vamos llegando.
— Al rato me das un beso.
Y se esfumó de la misma forma rápida en que llego, Sarah tenia los ojos abiertos mirando a todos lados, se veía demasiado asustada así que la tome de la mano y la apreté haciéndole saber que estábamos bien, en su mente sabía que discutía el porque aceptó venir a una fiesta con nosotros cuando muy bien podía decir que estaba enferma o castigada. Varias chicas me saludaron al verme con un beso en la mejilla mientras seguía en su baile o tomando directo de la botella.
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Ella es bonita
RomanceElla es bonita Aunque tiene mal humor Aunque no me quiere a mí Ella es bonita Sarah se hizo una promesa, arreglar todo lo que hizo mal antes de entrar a la universidad. Entre ellas pedirle disculpas a su mejor amiga de la infancia por todo lo que la...