Sarah Rodriguez
Si me hubieras dicho hace un año que pasaría mi viernes por la noche en la cochera bien decorada de un chico que apenas conocía tomando un tipo de cerveza con sabor a manzana verde mientras mi estómago no paraba de sentirse pesado porque una de las personas con la que había sido más mala en mi vida me acariciaba el cabello mientras me miraba con una sonrisa te diria que estas loco. Sin embargo era lo que estaba pasando en ese momento, les había dicho a mis amigas que mi hermano me invitó a ver una película y no estaba disponible para embriagarme como era costumbre. Elias había accedido a mi mentira y él sí había ido al cine tomando una foto para que yo la usara de carnada para mis amigos. Mi hermano era el mayor amante de mi relación con Isa y lo dejaba ser.
— Chayanne baila mejor. Adopteme señor.
Sebastian miró a su primo antes de ponerse serio y colocar su mano en el hombro del otro como si lo estuviera reconfortando.
— No te lo habíamos dicho pero Chayanne es tu verdadero papá, por eso no lo ves.
— Pensé que Chayanne era mi papá. — se quejó Benjamin.
— Benjamin no mames eres rubio.
— Perdón bro, a ti te recogimos de la basura en un viaje familiar. — le respondió su hermana.
— Soy mayor que tú.
— Eso es una ilusión ¿por qué crees que estás en el mismo año escolar? Para que no sospecharas de tu adopción.
Todos hablaban demasiadas tonterías como para seguirles el ritmo, pero al mismo tiempo no me sentia abrumada por la forma en la que hablaban no como lo hacía con mis amigos, no me daban esas ganas enormes de que se callaran y dejaran de hablar en toda su vida. Podían entender porque Isa se sentía tan feliz con ellos, porque los quería tanto.
— ¿Sarah?
— ¿Perdón? — no estaba poniendo atención al menos no a las palabras porque mi mente se enfocaba solamente en como Isa jugaba con el cabello de su mejor amigo, se había cansado del mio.
— Te preguntaba si te gustaba el sushi, — volvió a hablar Sebastian a mi lado. — me gustaria tener una amiga para comer sushi porque ellos lo desprecian.
— A nadie le gusta el sushi, Sebastian. — contraataco su primo.
Los otros dos chicos también comenzaron a lanzarse insultos a la comida indefensa que era el sushi, diciendo que sabía mal o que había mejores y a pesar de que tenía la respuesta en mi boca sin problemas para salir porque solo era una pregunta sobre comida no podía articularla por esa pequeña palabra.
— ¿Me consideran su amiga?
Isa miró sobre su hombro para poder verme y su sonrisa no tardó ni un segundo en llegar mirando de nuevo a sus amigos. Benjamin sonrió de forma linda, una forma igual que la de su hermana y sabía que estaba pensando en decir algo lindo antes de que su hermana inclinara para besarme.
— De hecho Isa nos paga por hablarte,pero si, somos amigos.
La respuesta del chico tirado en el suelo me hizo reír en los labios de Isabel sin dudar ni por un segundo si era cierto, porque sabía que ellos no hablaban de esa forma para hacerme sentir mal, de hecho me podía dar cuenta de donde ella había sacado su sarcasmo. Pero era extraño como mi corazón aun sentía una punzada, porque mis amigos si lo hubieran hecho para hacerme sentir mal, porque eran malas personas, malos amigos.
— Llegó la comida. — anunció una voz rasposa. — coman rápido que no hay mucho tiempo.
— ¿Por qué no comimos fuera? Y nos ahorrábamos gritarle a Benjamin.
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Ella es bonita
RomanceElla es bonita Aunque tiene mal humor Aunque no me quiere a mí Ella es bonita Sarah se hizo una promesa, arreglar todo lo que hizo mal antes de entrar a la universidad. Entre ellas pedirle disculpas a su mejor amiga de la infancia por todo lo que la...