Sebastián Hernández
Camine por el pasillo que daba a la cochera, el aire me dio en la cara revolviéndome el cabello mientras apresuraba la marcha para llegar a tiempo. La música se podía escuchar desde afuera pero no demasiado fuerte para molestar a los vecinos, nunca se habían quejado del ruido.
— ¡Emiliano! — grité hablando sobre el gran sonido mientras abría la puerta de cristal. — Te busca alguien en la puerta.
Me arregle las gafas con el dedo índice para que no cayera al piso, no tuve que volver a repetirlo pues Natalia me había escuchado y había dejado de tocar la guitarra y cantar para abalanzarse a Isabel que se estaba levantando del sillón a su lado, comenzaron a besarse con la guitarra por en medio.
— Tomamos cinco. — anunció Benji al ver que la chica de la batería miraba a Oscar de forma extraña.
— Consigan un motel. — comentó mi primo pasando junto a ellas.
Emiliano me hizo un gesto con la cabeza para agradecerme y dio un brinco para salir por la puerta. Me di la vuelta para mirar a la banda. Oscar y Eliza parecieron enfrascarse en una plática ellos solos, no era muy buena nuestra relación aunque se llevaran bien mientras estaban sobre un escenario. Natalia se había sentado en el sillón en donde antes estaba su novia y la sostenía sentada ella en su regazo con la guitarra entre las manos, se reían de algo que alguna había dicho. Me había acostumbrada a verlas juntas y a no sentirme mal, no me gustaba cuando mis amigos se metían en una relación porque me recordaban lo solo que yo estaba. Pero con ellas era diferente, sabía que no habían hablado de lo sucedido con Sarah porque Isa nos había dicho que no dijéramos nada, no había tenido tiempo.
— Che, — habló la argentina para llamar la atención del hermano de Isa. — ¿Todo bien con Emiliano?
— Si, si, todo bien. ¿por qué no iba a estar todo bien? — empezó a balbucear.
Me senté junto a las dos chicas en un pequeño banquito que teníamos en forma de pelota de béisbol, mi padre jugaba béisbol desde joven pero había demolido el único campo de la ciudad hace más de cinco años así que ahora sus cosas estaban arrumbadas aquí.
— Ok. — contestó la chica alargando la palabra para mirar detrás a su novia, ella solo se encogió de hombros.
Sabíamos que no era cierto, los dos habían estado demasiado raros desde el mes pasado, no volvían a hablarse como antes incluso podría pensar que no se hablaban en absoluto de no ser porque yo sabía lo que pasaba cada miércoles por la tarde en la habitación de alado. Emiliano no había dicho nada, ni siquiera Benji el cual siempre había presumido ser mi mejor amigo pero no quería presionarlos para que lo hicieran, igual no era de mi incumbencia. Pero Nat y Isabel no sabían nada por la forma en la que lo miraban deseando que les dijera más y más del tema.
— Muy bien, quítate de encima — pidió Natalia con un tono demasiado dulce moviendo a la chica de la cintura. — porque me estás calentando.
Benji volteo la cabeza para mirar a otro lado, me podía imaginar como no le gustaba que le hablaran de esa forma a su hermana menor y realmente no entendía como podía salir con ambas sabiendo como era Natalia yo estaría incómodo todo el tiempo pero claro no es mi hermana así que no lo estaba.
— ¿Qué vamos a hacer para celebrar esto? — Natalia levantó la hoja del examen de Isa.
Natalia era de la edad de Benjamin, un año mayor que nosotros y se había graduado hace un año de la escuela pública a la que asistimos diariamente, pero se había tomado un año sabático para ayudar a su familia a tener dinero para la universidad.
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Ella es bonita
RomanceElla es bonita Aunque tiene mal humor Aunque no me quiere a mí Ella es bonita Sarah se hizo una promesa, arreglar todo lo que hizo mal antes de entrar a la universidad. Entre ellas pedirle disculpas a su mejor amiga de la infancia por todo lo que la...