Notas del autor:
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Bajamos del tren. En la estación había más personas que en el poblado. Comencé a caminar a lo largo del ande en busca de la salida. Gaara me seguía en silencio. Baje los tres escalones que daban a la calle y eche andar en dirección a mi casa. Era una estación cerca del hospital, la mejor para ambos, sin embargo en ese momento prefería haber desabordado en la estación cerca de mi vivienda.
—Sakura... —su voz estaba más áspera y profunda de lo usual. Fingí demencia y continúe mi rumbo. Entonces percibí su agarre en mi brazo, no tan fuerte como para lastimarme, pero sí sólido para detener mi avance—. Mi historia familiar es complicada... a veces más de lo tolerable. No me malinterpretes por favor, podría mentirte sobre mi vida... pero. —Él me soltó y yo me di vuelta.
—Has escogido el silencio ante la mentira —baje la cabeza y me encogí de hombros. Concebía un furor interno completamente nuevo para mí. El sentimiento nacía como una impotencia y enojo muy similar al que percibiría si alguien me azotara una puerta en mis narices. Respiré profundo para escurrir esa negatividad, y sin embargo era como intentar limpiarme con las manos luego de un baño de lodo.
Ya que mi corazón no daba tregua deje que mi mente, racional, tomara el control. Lo mejor era seguir caminando, el hacer algo físico me calmaba un poco. Gaara me siguió en silencio, y abrace mis costados para mantenerme caliente. Era una noche algo fría, y el gélido viento no estaba ayudando. Despegue mis labios un par de veces sin decir nada, pues estábamos cerca del hospital y pronto cada quién tomaría su rumbo; así que deje pasar una bocanada de aire y sentí que esa mezcolanza horrible en mi interior se desvanecía.
—Para ser justos, yo tampoco te he hablado sobre mi familia. —Me detuve. Mi rostro apuntaba hacia abajo.
—Yo nunca pregunté.
Le vi a la cara. —Cierto. Pero conjeturo que temías a que yo devolviera las mismas preguntas a ti.
—Sus labios se estiraron apenas. —Tal vez. —Su mano alcanzó la altura de mi mejilla — ¿Puedo?— No respondí con palabras, no obstante deje reposar mi rostro sobre su tibia palma —. Lo siento Sakura, no debí ser tan cortante como lo fui.
Negué y cerré los ojos para apreciar mejor su mimo. No volvería a insistir con preguntas acerca de su familia. Dejaría que él me lo dijera cuando el momento fuera el adecuado. Él me abrazo y beso mi frente. Yo me deje envolver en su calidez y le rodee con mis brazos.
—Gracias por hoy, aunque arruiné la última parte —me sorrajé por el bochornoso modo en que actué.
—Soy yo quien lo arruino. Tú estabas en tu derecho de enojarte. Mis modales estuvieron más que reprochables.
Podríamos pasar toda la noche culpándonos el uno al otro, pero en vez de eso comenzamos a caminar. La calle estaba iluminada por los postes de luz, se observaban pocas personas alrededor. Ya en el recodo dónde nuestros caminos se bifurcan, Gaara se detuvo y me observo con expresión cándida más un brillo de ansiedad se reflejaba en sus claros ojos.
— ¿Sucede algo? —pregunté curiosa.
— ¿Aceptarías ser mi novia? —pregunto.
Aquello no me lo esperaba. Me inmute por la sorpresa. En mi rostro un calor se concentró tanto que me nublo la cabeza por un instante.
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Tus mentiras
RomanceLa primavera llega para Sakura cuando se encuentra con un misterioso y guapo joven de cabellos tan rojos como el fuego y mirada cristal. Los días en blanco y negro cobran color con este casual encuentro, que nos llevara a un romance a escondidas por...