Capítulo 28: Acortando distancia.

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Era viernes y restaba poco más de una semana para que el mes terminara y así comenzar mi nueva aventura en la villa de Sunagakure. Iba de camino al apartamento de Itachi, a una calle de llegar al edificio advertí a Kabuto salir de este, llevaba el cabello corto, y no largo como la vez que lo vi en el restaurante, pero aun así logré reconocerle. Yo apreté el paso para seguirle, no sé por qué estaba haciendo eso, puede que mi instinto me impulsaba y no la lógica.

Mientras caminaba pase el edificio sin detenerme un segundo, en el primer recodo vi a ambos lados y encontré a Kabuto alejándose por la calle abajo a mi izquierda. Anduve lentamente, crucé la calle contigua, y le seguí escabulléndome entre los peatones. Me cubrí la cabeza con el gorro de mi chaqueta en caso de que a él se le ocurriera voltear. Le seguí una calle más, antes de que él cruzara en un recodo obligándome a hacer lo mismo. Cruce a la calle contigua para seguirle a una distancia prudente y tener vista perpendicular sobre él.

Decidí entrar en una tienda de ropa, vi como Kabuto se detenía y le daba la mano a un hombre alto, este personaje tenía la cabeza cubierta con una gabardina negra, apenas veía su mentón cuadrado y nariz ganchuda. No podía escuchar lo que decían, yo pretendí estar viendo la ropa, fue cuando me di cuenta que Hinata me veía a unos metros, ella también estaba en la tienda, unos segundos después Naruto se unió a la imagen y fue él quien dijo mi nombre.

—Sakura-chan —me saludo— ¿Cómo estás?

—Estoy bien —asegure mientras echaba un vistazo sobre mi hombro para ver si Kabuto seguía ahí. En efecto seguía hablando con aquel hombre alto.

— ¿Estas esperando a alguien? —mi amigo estiro el cuello para ver hacia afuera.

— ¡No! Yo sólo estoy viendo la ropa ¿Qué haces tú aquí?

—Hinata-chan me ayuda a conseguir algunos trajes, pronto comenzare a trabajar fuera de la villa, visitare a los países vecinos y necesito más trajes.

—Hola Sakura-chan.

—Hola Hinata, ¿cómo estás? ¿Cómo esta Tori-chan?

—Estamos bien, la pequeña Tori-chan sigue iluminando a todos con su presencia. Incluso mi padre esta emocionado con ella.

Yo sonreí al imaginarme al patriarca de los Hyuga haciendo pucheros para la pequeña Tori.

—Me alegra saber que las cosas van bien.

—Sabes Sakura-chan, tenemos una información que darte, hemos decidido que nos casaremos en la misma fecha que las viejas invitaciones mostraban —confeso Naruto.

—Pensamos enviarles nuevas invitaciones, así que por ahora esperamos tu comprensión y que nos hagas el honor de asistir a nuestra boda —agrego Hinata.

—Hinata-chan y yo nos sentimos mal por ocultarte lo de Gaara... —comenzó a decir Naruto de repente.

—Chicos, no hay nada que sentir. Yo soy la que no quise escuchar y por mi terquedad ustedes y los demás que me rodean pasaron malos momentos —mis párpados estaban caídos y mis manos unidas a la altura de mi estómago—. Gracias por todo. Yo esperare con muchas ansias la invitación —sonreí con completa sinceridad.

Lamentaba que la boda de mis amigos debiera aplazarse, aunque luego de lo ocurrido en Suna Naruto no sentía que era el momento ideal, además todo lo del seminario había causado un gran movimiento, las naciones deseaban participar lo cual mantenía a mi amigo súper ajetreado. Me despedí de ellos y al voltearme Kabuto se había ido al igual que aquel desconocido. Deje escapar un largo suspiro y eche a tierra mis planes. Pensé en volver al edificio donde vivía Itachi, pero no me encontraba de humor, si iba seguramente yo sacaría a colación el tema de Kabuto y eso podría acarrearnos problemas.

Tus mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora