Capítulo 6: Amigos

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Notas del autor:

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..... 

— ¿Entonces no ocurrió nada en tu casa aun después de regalarte las horquillas y pedirte ser tu novia? —escuche por tercera vez a través de mis auriculares, mientras me maquillaba.

— ¡No! Le mostré la casa, bebimos té, comimos galletas y ya —reiteré mientras me delineaba el ojo derecho—. En vez de insistir con el tema de si paso algo, mejor cuéntame qué descubriste sobre Neji y Ten-Ten.

—Cierto. Ayer recibimos un encargo de flores por parte de los Hyuga. Mi madre no pudo sonsacar mucho al empleado de la familia, pero ella menciono que pronto se casaría un miembro del clan, pero sería una boda privada.

— ¿Por qué tanto secreto? ¿Y por qué se casaran a puerta cerrada? —el delineado de mi ojo estaba perfecto, ahora le tocaba al otro y no estaba segura de lograr el mismo resultado.

—No sé frentona. Si me lo preguntas yo pienso que el protocolo de esa familia siempre ha sido tan estricto y arcaico.

—Deberían dejarlos casarse a puerta abierta. Ya después pueden elegir quien será la cabeza de la familia. Por cierto, ¿cuándo deben entregar las flores?

—Ah, esa es la otra cosa que quería decirte. Para el 14 de mayo debemos tener la orden lista.

—Wow. Eso es en poco más de un mes.

—Uh-hu. Es una pena que nosotras no podamos ver a Ten-Ten para ayudarla con su vestuario y preparativos. La tienen en un estado de cautiverio, como si la tierra fuera a detenerse por dejar a la futura esposa de Neji mostrarse en la calle.

—Hinata esta con ella —dije y comencé a delinear mi otro ojo.

—Ella es la otra persona en cautiverio. Nadie sabe nada de ella. ¿Has visto como luce Naruto últimamente? El pobre acepto venir hoy, espero que su mente se despeje un poco.

— ¡Auch! —dije tapándome el ojo con una mano.

— ¿Qué sucede?

—Me lastime el ojo con el delineador. —Me fui al baño. Mi ojo lloraba por el dolor.

— ¡Ay frentona, que tonta eres! —Ino se burló— ¡Santo cielo! Como pasa el tiempo. Ya debemos colgar, tu querido novio vendrá pronto y el mío igual. No vemos en el bar. Lávate el ojo. Besos. —Colgó y yo me deshice de mis audífonos para lavarme la cara y arruinar la hora que pase maquillándome.

Irritada me seque el rostro y decidí colocarme algo de polvo, un brillo labial, peinar mi cabello de lado y sostener mi flequillo con las dos horquillas de flor de Sakura. En el espejo revise que todo estuviera en orden. Llevaba una camisa de satín negra rematada en el cuello con dos cintas para amarrase como un lazo. Jeans azules algo desgatados en las rodillas. A este look le añadiría unas botas al tobillo de tacón medio. Estaba satisfecha, aun sin la ayuda de mi amiga, yo sabía cómo vestirme para la ocasión.

Escuche el timbre sonar y revisé mi celular. Era las seis y diez, cinco minutos antes de lo acordado. Baje corriendo y casi me resbalo en las escaleras, salte en la entrada y antes de abrir la puerta di un bocado de aire y me erguí como si nada de esa estrepitosa carrera hubiese ocurrido.

Gaara estaba de pie en la entrada de brazos cruzados. Llevaba su particular abrigo largo de color rojo oscuro. Una bufanda negra le rodeaba hasta la barbilla. Su cabello lucia despeinado pero se veía tremendamente bien con ese estilo descuidado.

Tus mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora