Capítulo 9: Correspondido.

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Notas del autor:

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..... 

Después de lavarme y dejar a Gaara en el baño, me cambie de ropa y me coloque una camisa de pijama y conserve mis pantis. Esa noche era fría pero yo muy bien sabía que la habitación podría ser insoportablemente caliente, así que deje la puerta de la terraza entreabierta. Me senté en la cama y me cubrí las piernas con la colcha.

Mi invitación a dormir aunque llevaba un significado más privado implícito, no expresaba que debía ser ahora mismo. Honestamente esperaba que Gaara descansara. Ambos estábamos desconsolados, no sabía qué hacer para detener nuestro rompimiento. Él era un Kage y yo únicamente era Sakura, ayudante en el hospital. Y aunque buscara ayuda, no tenía la certeza de que él estuviera de acuerdo. Si Gaara pensaba que nuestra relación estaba perdida, ¿por qué yo tendría que ser la terca?

Encendí ambas lámparas a los lados de mi cama. Gaara entro a la recamara con unos pantalones de pijama. Me enteré que desde que llego de Suna él me espero dos horas en la puerta de mi casa. Traía consigo un maletín y dos mudas de ropa. Su torso completamente tallado en músculos se lucia abiertamente; se metió en la cama y se sentó al igual que yo.

— ¿Cuánto tiempo llevas sin dormir? —Le pregunté.

—No lo sé, desde el miércoles.

—Chico tonto —sabía que lo había hecho para volver antes, aun así no dejaba de ser estúpido —. Ven aquí —golpee mi regazo con una de mis manos.

Él me observo algo sorprendido pero no se dio a rogar y dejo caer su cabeza sobre mis piernas. Yo comencé a acariciar sus cabellos.

—Hacia mucho que nadie me acariciaba así —confeso y observe sus ojos entrecerrarse.

— ¿Fue tu tío el último en hacerlo? —Tenía una ligera certeza de que su respuesta sería afirmativa.

Gaara asintió.

— ¿Qué sucedió con tu tío? —Quise saber, pero los hombros del pelirrojo se tensaron.

—Él murió cuando yo aún era pequeño —sus hombros se relajaron un poco—. Cuando mi madre se casó con mi padre, mi tío se volvió espía de la aldea.

Supuse que la vida de un espía podría terminar en cualquier momento. Era obvio que Gaara intentaba revelar lo mínimo posible, así que no insistí.

— ¿Tu madre era de la aldea de Suna? —Cambie el tema. Quería saber lo mayor posible sobre él.

—Sí. En efecto ella era hija de una influyente familia en Suna. Siempre ayudaba a los más necesitados. Cuando mi padre se volvió el Kazekage, ella se enfocó en mejorar el sistema educativo y medico entre los aldeanos de menor recurso. Después de su muerte, todos esos proyectos quedaron en el aire. Mi padre solo pensaba en hacer la aldea más poderosa a nivel militar y económico, lo demás eran de segunda prioridad.

— ¿Tú quieres hacer lo mismo que tu madre? ¿Es por eso que estudias medicina?

—Sí. La educación en Suna ha mejorado relativamente, pero la infraestructura médica es aun arcaica y llena de huecos. He trabajado mucho para convencer a la mesa de concejeros de ofrecer más impuestos a los maestros y escuelas. Fue hace poco que logre mi objetivo. Ahora estoy en una constante pelea para aprender sobre medicina, y mejorar las cosas en mi país. La mesa me ha dado un ultimato de volver y atender mis deberes. Kankuro me cubre en algunas cosas, pero hay muchas otras que sólo yo puedo aprobar.

Tus mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora