Capítulo 12: Un mal sueño.

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Notas del autor:

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..... 

Toque con mis nudillos la puerta, era una casa de dos plantas, con dos grandes ventanas que daban a la calle. La fachada lucía un color amarrillo pálido y en la puerta el símbolo del abanico que representaba a la familia Uchiha. Escuche el sonido de unos pasos adentro y luego Rin-sensei apareció en la entrada invitándome a pasar. Me deshice de mi calzado y entre a la casa. A mi izquierda estaba una entrada sin puerta que daba a la sala de estar. A mi derecha se ubicaba otra puerta, oí unas voces que provenían de aquella área, quizás era la cocina o alguna habitación para invitados. Rin me llevo escaleras arriba donde se encontraba la alcoba principal y dos oficinas.

— ¿Esta Obito-sensei en la casa?

—Sí. Hoy esta su primo de visita y no les he querido interrumpir, ellos subirán cuando terminen su plática. Tú sabes, cosas de los Uchiha. —Rin- sensei sonrió con complicidad, pero yo no comprendí nada.

—Sí. —Dije para seguirle la idea. —Entonces dígame Rin-sensei, ¿en qué puedo ayudarla? Como pago por no decirle a la directiva en la escuela de médico que yo participe en el terrible acto terrorista de infiltrar a un amigo en la casa Hyuga.

—No juegues conmigo —me advirtió—. Lo que tú y tus amigos hicieron es algo muy serio.

Yo asentí en silencio, aunque no me sentía en lo más mínimo arrepentida. ¿Qué daño habíamos causado? Más que el reunir a dos jóvenes. Sé que el guardia de cara amargada perdió su empleo, y fue porque él así lo solicito; también estaba al tanto de que Gaara le había ayudado a encontrar otro empleo.

Rin me coloco al frente por lo menos una docena de artículos, debía clasificarlos según su tipología, unos hablaban de problemas de artritis, operación a corazón abierto, virus, bacterias come carne, debía subrayas lo más esencial, y escribir un resumen de cada artículo para ella luego poder usarlo en sus clases.

Esta tarea me tomaría toda la tarde, yo hice una mueca de fastidio y la expresión de Rin-sensei me advirtió que no deseaba escuchar quejidos.

La verdad era que no me molestaba hacer esta tarea, me gustaba leer artículos sin embargo no deseaba mostrarme alegre porque quizás mi sensei cambiaria mi castigo por otro. En el transcurso de unas tres horas de marcar y terminar la mitad de los artículos, me deje caer con los brazos a mis lados en la silla, me dolía el cuello y la espalda. La parte de leer era fácil, pero la de escribir resultaba más agotador.

— ¿Puedo pasar Sakura-chan? —escuche la voz de un hombre con la mitad de sus rostro asomada en la entrada.

— ¿Obito-sensei? —dije enderezándome en mi puesto. Como solamente su lado izquierdo era el que se mostraba, por un instante pensé que veía a otra persona. Su mallugado lado derecho se encontraba oculto tras la puerta. Con que así luce Obito-sensei dijo mi Inner. un

Él entro a la habitación y sus dos caras detuvieron a mi imaginación. Sin embargo me percate de algo que no había pensado antes. Sus orbes eran del mismo color, negro como los de cualquier Uchiha, pero yo sabía que él dono su ojo izquierdo a Kakashi-sensei ¿de quién era el ojo que él ahora poseía?

—Sí, soy yo —dijo riendo quedamente—, tu expresión luce exactamente como la de Rin cuando hice esto mismo con ella.

—Yo no quería...

Tus mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora