Capítulo 21: Titiriteros

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Me deje caer en una silla y me cubrí los ojos con el brazo derecho. Estaba exhausta. No sabía qué hora era, entonces sentí una mano gentil en mi hombro.

—Lo hiciste bien Sakura-chan. —Descubrí mi mirada para ver a un joven rubio a mi lado.

—Naruto. —Me iba a levantar de la silla y él me detuvo.

—Descansa Sakura-chan —él me sonrió con bonanza—. Lo que hiciste por Kankuro fue súper genial, de veras. La abuela Tsunade va a estar muy orgullosa de ti.

—Esa mocosa engreída —escuche que alguien decía cerca de la puerta—. Primero el hijo del colmillo blanco envía a estos forasteros a entrar como invitados especiales en nuestra aldea. Y por si eso no fuera poco, la alumna de esa mocosa engreída salva la vida del hermano del Kazekage. Hemos caído muy bajo como villa —dijo la anciana conocida como Chiyo-basama.

De no estar tan cansada le habría contestado.

—Por favor Chiyo-basama, no diga eso. Esta joven ha salvado la vida de Kankuro-san —asevero uno de los médicos.

—Lo sé. Y acepto mi derrota, pero no esperen que doblegue mi orgullo. Ustedes más que yo deberían de estar avergonzados de no encontrar un antídoto y verse forzados a llamar a una anciana jubilada para sacarlos de aprietos. —Ella me oteo de soslayo un segundo. —Aún nos falta mucho que aprender como villa. He de aceptar que nuestro Kazekage no invita a cualquiera, y que Konoha no envía sus sobras.

No sabía si ella me estaba dando un cumplido o simplemente seguía criticando. De nuevo quise decir algo pero me cubrí el rostro con mi brazo, y entonces recordé que Naruto estaba aquí.

— ¿Qué haces en Suna? —le pregunte descubriéndome el rostro.

— ¿Yo? —Se señaló.

—No, el otro rubio tarado detrás de ti.

Él estuvo cerca de voltear para ver a su espalda, pero se detuvo en el instante.

— ¡Sakura-chan! —Se quejó— Vine porque Kakashi-sensei me lo pidió. Hoy es un día muy importante, y es por eso que estoy aquí.

Yo fruncí el ceño. Su llegada era tan oportuna que no parecía ser una coincidencia.

—Sakura. —Temari quien se separó del lado de Kankuro se acercó a mí. — ¡Gracias! Mil gracias por salvar a Kankuro. —Su rostro demostraba tal gratitud que me sentí conmovida. —Después de esto, no sé cómo decirlo, pero yo entendería si deseases volver a tu aldea. —Ella cruzo sus manos a la altura de su estómago.

—Después de esto, tengo aún más ganas de seguir adelante —remarque arqueando mi labio superior—. Ese psicópata no nos va intimidar.

—Me imagino que hablan de mi nieto. —En ningún momento alguien nombro a Sasori pero la anciana logro descifrar de quién hablábamos. Todos estábamos expectantes pensando en qué decir. —No intente ocultármelo. ¿Qué ha hecho ese canalla? Sabía que tarde o temprano él haría algo. Me alegra que fuera antes de que yo muriera.

Naruto me vio y yo a él. No daba crédito que ella estuviera diciendo tales cosas en contra de su propio nieto.

No estaba segura si era por el cansancio o lo inverosímil de la situación pero todos nos encontrábamos de camino a la muralla. Un informante de Temari nos comunicó que Gaara había sido movilizado de su escondite a otro lugar. Chiyo-basama nos comunicó que si el Kazekage estaba escondido, lo más seguro era que estuviera en algún oasis. Yo estaba algo renuente en salir de la aldea, esto podría ser una trampa de Sasori. Yamato-Senpai intento detenerme pero yo le dije que aun nada me había ocurrido y que por lo menos podríamos hacer el esfuerzo de hablar con Gaara. Naruto me ayudo a convencerlo, nuestro Senpai parecía renuente a seguir, aunque luego de manipularlo diciéndole que Shizune se decepcionaría al enterarse que todos volvimos con el rabo entre las piernas, él nos permitió continuar con la búsqueda.

Tus mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora