Capítulo 43: Caballo de Troya

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Nota del autor: 

Hola, coloque dos marcas con la palabra Música como recomendación para aquellos que quieran escuchar la música que yo utilice mientras escribía ciertas escenas en el capítulo. 

Eso es todo. 

Espero disfruten el capítulo. 


....

Haruno Sakura

Me encontraba en la habitación del hospital que una vez fue de Itachi, observe sin realmente hacerlo a un punto en la pared frente a mí, me hallaba sobre la cama; sentada, abrazando mis piernas y con la barbilla sobre mis rodillas.

Hacia unas horas Rin-sensei estuvo aquí y me conto sobre mi embarazo. Tenía entre dos a tres semanas, aquello hacia las cosas más complicadas, si supiera exactamente la fecha sería de mucha ayuda pero la medicina tiene sus límites. Estuve con Gaara y en menos de una semana estuve con Itachi.

No creo en los accidentes, soy médico y sé que al tener sexo sin protección es probable que quede embarazada, pero no me tome muy enserio el estar con Gaara sin protección, pensé que una píldora del día siguiente sería más que suficiente, pero me secuestraron y honestamente durante ese tiempo pensar en sobrevivir era mi mayor prioridad.

¿Entonces cómo pude estar con Itachi? Pienso que mi cabeza estaba bajo tanta tensión, tristeza y estrés que únicamente cavilé en buscar una salida a todos esos pútridos sentimientos y sensaciones que me comían como una hiena a su presa. Mi momento con Itachi fue de alguna forma la manera de comenzar a auto sanarme, nuestro momento junto fue el respiro que necesitaba.

No lamento estar embarazada, siendo sincera aunque me acabo de enterar ya amo al ser que está creciendo dentro de mí, incondicionalmente de quien sea el padre porque aunque suene incorrecto, yo estuve con cada uno de ellos de forma honesta. No fue únicamente sexo, ni fue un arrebato del momento.

Deje escapar un suspiro y me senté a orillas de la cama, con mis pies tocando casi el piso. Me dolía la cabeza y el cuerpo, me sentía agotada pero no deseaba dormir.


Música: Tu recuerdo – Ricky Martin, La Mari de Chambao, Tommy Torres


Cuando me iba a apear alguien toco la puerta. Yo le pedí que entrara, segundos después advertí el rostro de Gaara. Me inmute en mi sitio, no esperaba verle.

— ¿Cómo estás? —fue su primera pregunta, su voz llevaba un suave tono de preocupación.

Apreté mis labios en una línea delgada antes de asentir en silencio. —Me encuentro bien, sufrí un desmayo y en la caída me golpeé la cabeza, pero no hay contusiones severas.

Gaara dio unos pasos hasta quedar frente a mí, a un metro de distancia tal vez. Sus ojos brillaban con el inverosímil cansancio que siempre demostraba. Yo esquivé su mirada por unos segundos, al volver a verle advertí como su expresión era amable, en su frente se fruncieron unas arrugas y sus labios se estiraron suavemente.

— ¿Puedo sentarme a tu lado? —inquirió. Yo bajé mi rostro y asentí en silencio.

Observe como los zapatos de Gaara se asentaban a un lado de mis pies desnudos. Vi con mucho detalle la hebilla de aquel calzado de cuero, eran de un color oscuro, algunos dirían negro pero yo bien sabía que eran un rojo profundo.

—Perdón —la voz áspera de Gaara sonó con profundidad, alce la cabeza advirtiéndole con desconcierto—. Por mi culpa tú has sufrido demasiados des fortunios, pensé que hiendo a rescatarte podía expiar un poco la culpa que llevo a cuestas, pero no logre salvarte, terminaste en mayor peligro y....

Tus mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora