Ryder es el Rey Alfa de la manada Gray Moon, la cual es la más antigua de todas, conocida por su fuerza y valentía, además de la fama de ser sádica y despiadada.
Él aun no encuentra a su mate.
Rocío es una maestra de kinder tierna y maternal quien e...
La época de celo terminó y gracias a la madre luna pude sobrevivir una vez más. Dolió cómo una jodida condena, sin embargo, estoy orgulloso y feliz de haberla soportado.
Desperté gracias al sol quien me recordaba que pude sobrevivir mientras también golpeaba mi cara, este entraba por la ventana entre abierta mientras que una pequeña brisa matutina acariciaba mi piel, una sensación muy placentera, pero no podía disfrutarla más tiempo.
Me levanté de la cama y caminé hasta al baño hice mis necesidades y luego me bañé, después de eso cepillé mis dientes y mi pelo, al terminar me puse la ropa.
Hoy me levanté más temprano de lo normal ya que viajaremos Tyler, Lia y yo a Honduras, un país centroamericano. Debe ser muy hermoso, aunque nunca he ido, al menos sé hablar español. Una de mis fundaciones allí tiene muchos problemas así que voy a solucionarlos y de paso descansar un poco con mis amigos... Quien sabe y encuentro a mi mate.
Bajé las gradas, me dirigí al comedor y ya estaba allí Tyler.
- Buenos días. - Saludé serio.
- Buenos días amigo, amanecimos muy contentos hoy ¿Verdad.? - Comentó gracioso cómo siempre.
- No molestes que no te quiero escuchar... ¿Dónde está Lia?
- Está en su cuarto, le hablé y dijo que ya bajaba. - Habló llevándose un bocado de comida a la boca.
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- Buenos días mis niños. - La nana saludó mientras entraba al salón del comedor y captaba nuestra atención.
- Buenos días Nana. - Saludamos al unísono.
- Nana, ya no me digas mi niño. ¿Ok? Me siento Idiota y como un cachorro. - pedí frustrado.
- No digas groserías en la mesa. ¿Bueno? - Habló mandona. Yo simplemente asentí. - Y si eres mi niño. ¿O quieres que me vaya a otro lugar a trabajar donde me dejen consentirlos? - Tiré el cubierto en el plato haciendo sonar este y la miré serio. - Bueno, bueno, come mi niño y ya no te enojes. - Habló tierna mientras acariciaba mi mentón.
