Capítulo 74.

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Narro yo:

- Eso es cierto.
Tú me amaras mucho, ¿verdad bebita?.

Ella le sonrió a su mamá mientras seguía tomando leche.

Miró a su mamá y vió qué era hermosa, la ama mucho y por fin conoció a la dueña de esa hermosa voz, extendió su manito y acarició el pecho de su mamá.

- Eres hermosa mi bebita.
Te amo.

Le dijo dándole un beso.

Allí lo entendió todo, esa persona linda le pertene a ella, su voz, su olor. Todo parece estar hecho sólo para ella.

Quedó satisfecha y con mucho pesar soltó el pecho de su mamá.

No quería separarse de ella así qué acomodó su cabecita en un pecho de su mamá y cerró sus ojos. Está cansada, venir al mundo y luego conocer a la persona más hermosa de todas, son muchas emociones juntas.

- Duerme mi nena hermosa.

Le dió un beso a su bebé.

Ryder le dio un beso a Rocío mientras miraban a su hija dormir.

Ryder le dio un beso a Rocío mientras miraban a su hija dormir

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- ¿Estás cansada?.

- Estoy bien.

Le sonrió.

- ¿Quieres qué te ayude con ella?.

- Está bien, ella duerme y la quiero tener conmigo todo el tiempo... Es demasiado hermosa.

Dijo viendo a su hija.

- Es igual a mí. Pero tiene toda tu belleza, es extraño. Pero maravilloso.

Dijo viendo a sus dos mujeres.

- Eres lindo, mi bebita heredó eso de ti.

Ryder le dió un beso.

Platicaron un rato y Ryder y William almorzaron, después del almuerzo William empezaba a tener sueño.
Ryder lo tomó mejor y lo acomodó en su pecho, lo cubrió con sus mantitas y le dio su pepe/biberón consiguiendo así dormirlo muy rápido.

Lo acostó en un mueble largo y lo rodeó por los cojines, dejando un beso en la mejilla de su cachorro.

Escucharon qué tocaron la puerta y dijeron un "pase". Entró una enfermera con una mesa con comida.

- Permiso. Disculpe Luna, pero ya es la hora para qué coma.

Avisó amable.

- Está bien, muchas gracias.

- Dame a mi cachorra y tú comes.

- Ok.

Le entregó a su hija y la enfermera acercó la mesa dejándola cerca de su estómago.

Destapó la comida y ella comenzó a comer, la enfermera se fué y cerró la puerta.

Destapó la comida y ella comenzó a comer, la enfermera se fué y cerró la puerta

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Mía Para Siempre, Mi Luna. (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora