P.O.V. Rocío.
Después de pensar un rato Ariana vuelve a hablar. – ¿Y si lo ignoras? Sólo lo cuidas sin hablarle y verlo.
- No parece tan malo como las opciones anteriores, tal vez lo intentaré.
- Deberías empezar ahora porque si no, no dormirá nada en la noche.
- Ok, tienes razón... ¿Quieren algo?
- No estoy bien, gracias.
- De acuerdo y tú Daniel.
Medita un poco viendo a la nada. – Cuidar un bebé siendo padre soltero cansa mucho y quiero algo que consienta mi paladar... – Ariana y yo nos miramos mientras nos reímos. Las ocurrencias de nuestro osito siempre nos hacen reír. – Helado, si, eso quiero.
- Daniel, estás viendo y no ves, estamos en Alaska. – Dice Ariana apuntando al aire.
- ¿Y qué? Estaría en la Antártida y comería helado siempre.
- Sabes que Roce, cambié de opinión, quiero helado. Este ya me convenció.
- Sabes que querías desde un principio amiguita de mi vida. – Le dice burlón y sonrío.
- Está bien, ya vuelvo. – Dejo a William a un lado con cojines y comienza a llorar más fuerte de lo que ya lo hacía. Lo ignoro y voy a la cocina, preparo los helados y regreso a la sala con los recipientes. – Tomen chicos – Les digo dándoles a cada uno su helado.
- Gracias. – Agradecen en coro.
- De nada. – Me siento cerca de mi bebito y comienzo a comer mi helado. La verdad es que Daniel tiene razón, el helado está delicioso y eso que está haciendo mucho frio.
- ¿Daniel, por qué no le cuentas a Roce lo que quieres? – Sugiere Ariana de repente.
- ¿Qué pasa? – Pregunto preocupada.
- No es nada malo. Es sólo que Lia no quiere que trabaje. No me molesta que ella trabaje, gane dinero y me mantenga, no soy machista, pero extraño mi profesión, dar clases, cuidar a los niños. – Dice triste.
- Te entiendo, yo estoy en las mismas y mi gruñón nunca me dejará hacerlo. Es por nuestro bien, tienen muchos enemigos y no quieren que nos lastimen.
- Si, eso mismo dijo Tyler y no le volví a insistir.
- Es lo mejor. Tal vez con el tiempo volveremos a hacer las mismas cosas de antes. – Ellos asienten y comen sus helados cabizbajos.
- No hay que entristecerse, por ahora tenemos a los niños que siempre quisimos cuidar... – Ellos me ven. – Nuestros bebés.
Sonríen y toman a sus hijos para mimarlos. Quiero hacer lo mismo pero el plan debe funcionar y para eso debo contenerme, aunque es muy difícil mi bebito es hermoso y lo amo mucho, solo me dan ganas de consentirlo todo el tiempo.
Después de un tiempo se remueve inquieto, ya tiene hambre. Lo tomo y pongo la mantita en mi pecho para cubrirlo a él también. Bajo mi blusa y le ofrezco mi pecho, él lo toma y comienza a comer. Después de un tiempo succiona mientras se queja, está acostumbrado a que yo le haga caricias en su cabecita y espalda mientras come y no lo estoy haciendo. Me parte el corazón, pero debo seguir si quiero que duerma.
Después de un tiempo, mis amigos duermen con sus bebés, están muy cansados, y mi bebito solo se queja, está muy mimoso, a esta hora él ya está tomando su siesta. Me alejo de mis amigos para no despertarlos, mi bebé suelta mi pezón y me mira con pucheros.
Suspiro, estoy a punto de rendirme. – Ya bebito, duerme.
Lo tomo y lo pongo en mi pecho con su carita en mi cuello, le doy palmaditas en su colita y espalda. Después de mucho tiempo comienza a cerrar sus ojos, le pongo un chupete y en movimientos suaves lo balanceo mientras lo arrullo... Por primera vez lo dormí, estoy muy feliz. ¡Lo dormí! Lo iba a dejar en su corralito, pero recuerdo que duerme en el pecho de Ryder, así que lo dejaré en el mío. Me siento en un mueble y lo dejo allí.
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Mía Para Siempre, Mi Luna. (En Edición)
Manusia SerigalaRyder es el Rey Alfa de la manada Gray Moon, la cual es la más antigua de todas, conocida por su fuerza y valentía, además de la fama de ser sádica y despiadada. Él aun no encuentra a su mate. Rocío es una maestra de kinder tierna y maternal quien e...