Capítulo 29

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P.O.V. Ryder.

Llegamos al hospital, estacioné el carro. En todo el camino la pancita de mi Luna no se endureció y eso es bueno, rodeo el carro y ayudo a mi Reina a bajar, la verdad se ve un poco mal, no de belleza porque ella no carece de eso, pero se ve mal, está delgada y algunos de sus huesos, como los hombros y clavícula se marcan por debajo de su piel, no entiendo por qué está así, come más que yo.

Espero no sea grave, ya la ayudará la doctora como se debe. Caminamos despacio hacia el interior del hospital... Al entrar vamos directo al consultorio de la doctora Parker, ya que soy el Alfa y el dueño del lugar tengo atención especial, así que solo entramos y vamos donde queremos.

Golpeo la puerta y a los segundos la abre la doctora Parker. Quien es una beta.

- Buenos días Alfa y Luna. - Saluda inclinando la cabeza. - Pasen por favor. - Habla con mucho respeto, ya estoy tan acostumbrado que es como cazar para mí. Se hace a un lado para dejarnos pasar. Pasamos y ella cierra la puerta detrás de nosotros, nos sentamos y ella también. - De verdad es bueno tenerlos aquí y poder cuidar al pequeño príncipe y futuro Alfa. - Dijo sincera y alegre. - ¿Por qué están aquí?

- Queremos hacernos el ultrasonido y hacerle unas consultas. – Contesta mi Luna.

- Perfecto Luna. Comencemos por el ultrasonido y comprobar que todo está bien. Acuéstese en la camilla, luna, por favor. - Nos levantamos y ayudo a mi Luna a acostarse en la camilla. Me hice a un lado y la doctora se acercó, con un bote de algo. - Bien luna, este es el gel, es un poco frío.

- Está bien. – Contesto mi Luna.

La doctora sube la blusa de Rocío y abre ese bote, pone un poco en el vientre de ella, mi Luna hace un gesto de frío, luego toma una máquina pequeña y rara que está conectada a una pantalla. La pasa despacio y sin lastimarla sobre por encima el vientre de mi Luna.

Cuando lo hace casi de inmediato aparece una imagen hermosa en lapantalla. Se logra observar pasivo en estos momentos.

- Cómo usted lo predijo Alfa, es macho y está muy sano y fuerte, al parecer es gordito

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- Cómo usted lo predijo Alfa, es macho y está muy sano y fuerte, al parecer es gordito. - Declara con una sonrisa.

- Es porque come mucho. – Habla tierna mi Reina. Me mira de manera feliz. - ¡Amor, es muy hermoso! - Dice bastante ilusionada.

- Lo es. - Respondo muy feliz, al igual que Dark.

- Muy bien eso es todo. – Dice la doctora después de un rato limpiando el gel del vientre de mi Reina. - Sacaré una foto para ustedes... El bebé está en perfecto estado, es muy fuerte como el Alfa y para su edad bastante grande.

- Eso es bastante bueno. – Digo muy feliz mirando a mi Luna.

- Lo es, pero él a veces se pone muy rígido y no se mueve, provocando que mi vientre se ponga duro y duele. Siempre lo hace cuando Ryder se va y cuando está cerca está muy calmado y se mueve.

- Ya entiendo lo que pasa. – Dice la doctora después de un rato con expresión de preocupación al saber la causa del motivo y levantándose de su silla para caminar a un estante de libros, toma uno muy grande con cubierta dura y de color café, lo abre y regresa a su asiento colocando el libro frente a nosotros sobre su escritorio dejándonos ver algunas imágenes. – Desde que el Alfa nació no ha tenido lugar otro nacimiento de sangre real, tal vez por eso no lo saben, lo leí en unos libros. – Dice tocando una de las hojas del libro. - El bebé necesita tanto de usted como del Alfa y si le falta él adopta esa postura de rígido y no se mueve como reacción a su ausencia, es un mecanismo de defensa. No necesita hacer eso si el Alfa está con él ya que se siente seguro. Es un gran vínculo que solo poseen los de sangre real, es como un vínculo entre machos alfas, hasta podrán comunicarse por conexiones mentales aún durante el embarazo.

Realmente no sabia eso, mis padres jamás me lo dijeron, tal vez porque yo aun era un cachorro muy pequeño.

- Eso es increíble, entiendo. ¿Entonces tendré que estar con él todo el tiempo? - Pregunto emocionado después de un rato al comprender esto tan hermoso.

- Bueno él es muy fuerte y si deja que pase esas reacciones puede lastimar a nuestra Luna, inconscientemente claro, así que yo diría que sí, si debe estar con ella todo el tiempo, ella es humana y por naturaleza no son compatibles, pero usted puede ser ese puente de compatibilidad. – Responde.

- Claro que lo seré. Gracias y gracias por aclarar nuestras dudas. - Agradezco firme.

- Es un placer, aquí está la foto del ultrasonido. - Dice extendiéndonos un sobre.

- Ah una última pregunta doctora. – Dice mi Luna.

- Dígame Luna.

- ¿Es normal estar así de delgada? Como mucho y vomito sí, pero como más que vomito.

- Bueno, como lo dije antes él es muy fuerte, así que es normal que consuma sus energías, vitaminas, proteínas y sangre. Debe tomar este ácido fólico. - Dice extendiendo un frasco mediano de pastillas.

- Esta bien doctora, gracias, que tenga un buen día. - Se despide amablemente mi Luna.

- Gracias, buenos días. - Me despido.

- Cuídense y buen día. – Se despide la doctora.

Cierro la puerta y ayudo a mi Luna a caminar, salimos del hospital y nos subimos al carro, manejo hasta la casa... Llegamos en buen tiempo, nos bajamos y caminamos despacio hasta el nido. Acuesto a mi Luna con cuidado en el lecho.

- Amor entonces ya entiendo porque te quiere cerca de él todo el tiempo. – Dice mi hermosa mujer.

- Si, parece que le gusta estar conmigo. No te preocupes mi cachorro, aquí estaré todo el tiempo solo para ti y tu mami. - Digo acariciando el vientre de mi Luna, recibo unas pataditas en respuesta.

Miro a mi Luna y sonríe con mucho sueño, si quiero que duerma bien primero tengo que dormir al pequeño travieso.

Comienzo a dar suaves caricias en el vientre de Rocío en forma de movimientos circulares muy suaves y relajantes, le doy besos y refriego mi rostro contra su vientre ronroneándole a mi cachorro. Después de unos minutos lo sentí dormido relajado y a los cinco segundos a mi Luna. Sonrío y la cubro con una manta muy caliente, me acuesto detrás de ella y la acerco a mi amplio pecho dejando su cabeza en él, con un brazo la tomo y la abrazo y la mano de mi otro brazo la dejo sobre su vientre para seguir acariciando a mi cachorro. Le doy un beso en su hombro y otro en su mejilla, después de unos momentos yo también me rindo ante el sueño dejándome vencer junto a ellos.

Mía Para Siempre, Mi Luna. (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora