CAPITULO 16

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CAPÍTULO

16

 ᵈᵉᵈⁱᶜᵃᵈᵒ ᵃ Kirshima999

Después de hundirme en la bañera durante casi una hora, me descubrí sentado en una silla de respaldo bajo frente al fuego enorme que ardía en mi habitación, deleitándome con la sensación del cepillo de Mian Mian sobre el pelo mojado. Aunque no faltaba mucho para que sirvieran la cena, Mian Mian me había llevado una taza de chocolate caliente y se había negado a hacer nada hasta que yo tomara algunos sorbos.

Era la cosa más maravillosa que hubiera probado jamás. Bebí de la jarra grande mientras ella me cepillaba el pelo; yo casi ronroneaba bajo la sensación que me dejaban esos dedos finos sobre la cabeza.

Pero cuando las otras mujeres bajaron la escalera para ayudar con la cena, apoyé la jarra sobre mi falda y le pregunté:

—Si los inmortales siguen cruzando las fronteras de la corte y atacando así, ¿va a haber una guerra? —«Tal vez deberíamos ser firmes por una vez, tal vez ha llegado el momento de decir basta», le había dicho Hua Cheng a Lan Xichen la primera noche.

El cepillo se detuvo.

—No hagas esas preguntas. Estás llamando a la mala suerte.

Me retorcí en el asiento y levanté la vista hacia la cara enmascarada.

—¿Por qué los otros altos lores no mantienen bajo control a sus súbditos?.¿Por qué se permite que esas criaturas horribles vayan a donde ellos quieren, sea donde sea? Alguien…, alguien empezó a contarme una historia sobre un rey en Qishan Wen…

Mían Mían me tomó del hombro e hizo que me volviera hacia ella.

—Eso no es cosa nuestra.

—Ah, yo creo que sí. —Volví a mi posición original y me aferré al respaldo de la silla de madera—. Si esto llega al mundo humano…, si hay una guerra o esta plaga envenena nuestras tierras… —Reprimí con fuerza la ola de pánico que me aplastaba. Tenía que avisar a mi familia…, tenía que escribirles. Pronto.

—Cuanto menos sepas mejor. Deja que lord Lan Xichen se encargue del asunto…, él es el único que puede hacerlo. —El suriel también me había dicho eso. Los ojos marrones de Mian Mian eran duros, no perdonaban—. ¿Creíste que nadie me ha dicho lo que habias pedido en la cocina esta mañana? ¿Creíste que no me doy cuenta de lo que querías atrapar? Niño tonto y estúpido.

Si el suriel no hubiera estado de un humor benevolente, habrías merecido la muerte que os hubiera dado. No sé qué es peor: esto o vuestra idiotez con el puca.

—¿Acaso habrías hecho las cosas de otra forma? Si tuvieras familia…

—Tengo familia.

La miré de arriba abajo. No llevaba ningún anillo en los dedos. Mían Mían notó la mirada y dijo:

—Mi hermana y su compañero murieron hace unos cincuenta años y dejaron dos hijos. Todo lo que hago, la razón por la que trabajo, es para esos

niños. Así que no tiene derecho a mirarme así ni a preguntarme si yo haría las cosas de otra forma.

—¿Dónde están? ¿Viven aquí? —Tal vez por eso había libros para chicos en el estudio. Quizá esas dos figuritas brillantes en el jardín… fueran ellos.

A TRAVÉS DE LA MONTAÑA-ADAPTACION/COMPLETÁ [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora