CAPÍTULO
28
No hay mucho que decir sobre los preparativos para el viaje y las despedidas. Me sorprendí cuando Mian Mian me vistió con una ropa muy distinta de las que elegía siempre…, algo lleno de volantes y apretado e incómodo en los peores lugares. Una moda entre los ricos mortales, sin duda. El traje estaba hecho con capas de seda de color violeta. Me puso un abrigo corto, ligero, de lino blanco, y encima de la cabeza un absurdo sombrerito de color marfil, sin duda solo un adorno. Pensé que hasta me daría una sombrilla que hiciera juego.
Se lo dije a Mian Mian y ella chasqueó la lengua.
—¿Cómo es que no hay llanto en la despedida?
Yo tironeé de los guantes, inútiles y endebles.
—No me gustan las despedidas. Si pudiera, me iría por la puerta sin decir nada.
Mian Mian me miró profundamente.
—A mí tampoco me gustan las despedidas.
Me dirigí hacia la puerta, y a pesar de mí mismo dije:
—Espero que puedas estar con tus sobrinos muy pronto.
—Hacer todo lo que podías con tu libertad —fue lo único que dijo ella.
Cuando bajé encontré a Hua Cheng, que se burló de mi vestimenta en cuanto me vio.
—Esa ropa es suficiente para convencerme de que jamás quiero ir al reino humano.
—No estoy seguro de que el reino humano supiera qué hacer contigo — repliqué.
La sonrisa de Hua Cheng era nerviosa, sus hombros estaban tensos cuando miró detrás de mí, donde esperaba Lan Xichen junto a un carruaje dorado. Cuando este se dio la vuelta, él entrecerró el ojo metálico.
—Creí que eras más inteligente.
—Adiós a ti también —dije. No era algo que yo hubiese elegido, no era mi culpa que me hubieran ocultado la parte más importante del conflicto. Aunque no habría podido hacer nada contra la plaga, o contra las criaturas invasoras, o contra Sha Hualing …, fuera quien fuese ella.
Hua Cheng negó con la cabeza y su cicatriz se hizo más visible bajo el sol brillante. Se acercó caminando hacia Lan Xichen, a pesar del gruñido de advertencia del alto lord.
—¿Ni siquiera vas a darle unos días más? ¿Unos pocos… antes de mandarlo de vuelta a ese basurero humano? — exigió saber.
—Esto no está en discusión —ladró Lan Xichen, señalando hacia la casa—. Te veré en el almuerzo.
Hua Cheng lo miró un momento con los ojos muy abiertos, escupió en el suelo y volvió a subir la escalera furioso.
Lan Xichen dejó que se fuera.
Si hubiera pensado un poco más en las palabras de Hua Cheng tal vez le habría gritado algo, pero… el pecho se me vació cuando estuve frente a Lan Xichen junto al carruaje dorado, las manos cubiertas de sudor bajo los guantes.
—Recuerda lo que te dije — manifestó con preocupación. Asentí con la cabeza. Estaba demasiado ocupado memorizando las líneas de su cara para contestarle. ¿Se refería a lo que yo creía que él me había dicho esa noche…, que me amaba? Me moví sin cambiar de lugar; los pies ya me dolían en los zapatitos que me había impuesto Mian Mian—. El reino mortal sigue siendo seguro… para ti, para tu familia.
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A TRAVÉS DE LA MONTAÑA-ADAPTACION/COMPLETÁ [EN EDICIÓN]
Fanfiction-¿Qué vas a hacer conmigo ahora que estoy aquí? Los ojos de Lan Xichen seguían fijos en mí. -Nada. Haz lo que tú quieras. -Entonces, ¿no soy nuestro esclavo? -me atreví a preguntar. Hua Cheng se ahogó con el vino. Pero Lan Xichen no sonrió. -No tene...