Cuando llega Ewan a la guarida mi cuerpo se mueve solo, desplazándose desde el sofá hasta impactar contra su cuerpo y arrinconarlo para olerle. Lo necesito, el estrés es real porque no me ha llamado en todo el día.
Huele a todo tipo de peste: frito, sudor, Coca Cola, mi olor, un intento manido de desodorante y...
—¡Quítate, coño! —me hace a un lado, sacudiendo la cabeza porque en verano apesto tanto que es imposible no empalmarse; mucho menos si estás marcado y enlazado, donde la información va de un cuerpo a otro—. Putos lobimierdas... —gruñe, yéndose directamente hasta la ventana y yo siguiéndole hasta estar muy cerca de él. Gruñe de nuevo.
—Lo siento... No puedo ayudarte en eso, Ewan —le digo un poco cabizbajo. Esta es la tercera vez que esos putos descerebrados le estaban jodiendo un trabajo, haciéndose pasar por clientes y provocándolo. Claro, sin éxito... hasta que destrozan todo lo que pillan. Siempre pasa cuando yo lo dejo con la moto y me voy directo a mi trabajo—. En las manada no podemos tocar a los lobatos siempre y cuando no hagan daño a nuestras pertenencias.
Él me mira por el borde superior de los ojos, posiblemente porque le he catalogado como una cosa y no como una persona, pero al fin de cuentas no deja de pertenecerme y yo le pertenezco a él. Es una simbiosis.
—¿No tenéis ninguna puta norma sobre la degradación en público, hacer que me echen del trabajo porque creen que son amigos míos o una mierda similar? —pregunta y yo niego lentamente. Él no es un omega, no tiene esa clase de protección, y Dalton ya me ha dejado claro que es mi obligación tragarme toda la mierda aunque no me guste—. Genial.
—Entonces este trabajo...
—Me han echado, como es costumbre —gruñe, encendiéndose el cigarro y tirando el humo hacia fuera. No es de extrañar que esté de mal humor, sobre todo si esos imbéciles se han propuesto vengarse por las dos cosas que les hizo a alguien de ese grupo. Un colmillo roto y una patada—. No me importa, de todos modos pagaban una mierda y en verano está lleno de contratos basura.
Ewan tiene muchos recursos si se empeña en conseguir algo. Lo sé porque le escucho muchas veces hablar por teléfono para las entrevistas de trabajo, mientras suelta mentiras de lo más obvias y porque puedo vérselas en la cara. ¿Casado? ¡Dios le libre! ¿Experiencia en un sector? Algo sabe, aprende rápido. ¿Transporte? ¡Por supuesto! ¿Horario nocturno? Está acostumbrado.
Técnicamente estamos unidos, hay sectores que no tiene ni puta idea, yo soy su transporte, y el horario nocturno puede ser un arma de doble filo si no me aseguro que está perfectamente.
Pese a estar casi a finales del mes de junio, llevo varios días escuchándole hablar por teléfono de un lado a otro mientras fuma o come conmigo. Observo sus malas caras, noto sus enfados cuando una oferta es descaradamente falsa, rueda los ojos, a veces dobla el tenedor de la rabia, pasa su lengua por los dientes, cierra los ojos para respirar... Nunca me había parado a pensar que los humanos lo tenían tan complicado. A nosotros se nos educa hasta los veinte para estudiar nuestros puntos débiles y fuertes, y cuando llegas a la edad el propio Dalton te llama para exponerte opciones. Nos estudia a todos aunque parezca que no. Jade, yo, Pyro y otro lobo igual de viejo que éste último somos excepciones porque empezamos muy rápido: Jade el primero con quince años, yo con dieciséis y el resto de lobos a los dieciocho.
Sí, Jade y yo éramos unos lobatos descarrilados, destructores, hipersexuales, agresivos y descarados... pero cada uno tenía una razón poderosa para sobresalir rápidamente: Jade la venganza por su familia, yo por la rotura de Mimi. Cogimos dos emociones negativas que nos destrozaron y las golpeamos en una fragua mental para crearnos nuestra propia coraza. Y por ello estamos donde estamos, aunque yo vuelva a estar jodido.
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𝕽 o w e n [También en Inkitt]
Werewolf[Libro 1] Ser la mano izquierda de tu Alfa es un honor que no todo lobo puede llevar sobre sus hombros, pero es aquello a lo que muchos aspiran alcanzar en algún momento de su vida. Dicen que ese rango especial es lo más cercano a la perfección, al...