Extra 1: 𝙲𝚊𝚛𝚝𝚊𝚜 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚁𝚘𝚠𝚎𝚗

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Carta  nº  1

No soy bueno expresando sentimientos escritos, ya que soy soy un hombre de acción. Lo sabes bien, ¿verdad, Rowen? 

Temo comunicarte que cuando leas estas cartas a mí me habrán capturado, lo que significa que mi suerte se ha acabado después de tanto tiempo. ¿Qué mierda, verdad? Lo peor es que ya sé lo que me van a hacer, y te lo voy a contar para que compartamos dolor: Me van a golpear con tanta saña que tus marcas en mi piel quedarán eclipsadas; me van a violar tan fuerte, que echaré de menos cada una de tus embestidas violentas; me van a hacer sangrar, dejándome claro que tus mordidas fueron lo más cercano a un beso en los labios; y posiblemente me matarán si no coopero. 

Pero aún estoy vivo, y te juro que mientras mi corazón lata yo seguiré luchando para sobrevivir. Soy un luchador, del mismo que me lo has demostrado tú al dejarlo todo por mí; ahora te demostraré, pese a que la mierda me llegue hasta el cuello, que yo siempre gano.

Sólo te pido dos cosas: Una de ellas es que no vengas. Otros ya han sido informados al notar mi ausencia, y quiero mantenerte lejos de esta trampa mortal. Te quiero vivo, lobito, si te atrapan aquí estás muerto. ¿Me entiendes? VIVO. No puedo mostrar más amor por ti que este, suplicándote entre estas letras estúpidas que por una vez en tu vida confíes en mí. Dame la oportunidad de demostrarte que podré sobrevivir en un mundo de lobos.

Sé que te he mentido mucho, que te he usado, que te he utilizado, que te atado una cadena al cuello durante meses para que me protegieras... Pero era necesario. Te necesitaba para que la vida siguiera su curso hasta el día de hoy. 

Quizás me odies ahora, conforme leas esta primera carta, y desees que me maten porque he jugado contigo. Pero, por favor, léeme hasta el final: Lo que lo primero que te quiero decir es que, aunque al principio fuiste una presa, fue demasiado tarde para echarme atrás cuando descubrí que te quise. Me sentí como un auténtico gilipollas al sentir que, día a día, verte me hacía feliz y te tenía que satisfacer todas esas necesidades típicas de lobo. A veces Amis se ponía de los nervios cuando yo le preguntaba: ¿Crees que Rowen sentirá lo mismo? ¿Crees que podría ayudarme ese lobo a arrancarme de este pozo de mierda, ser feliz después de años de porquería, y sin tener a absolutamente nadie en mi vida?

¿Fuiste feliz, Rowen? Porque yo sí. Lo fui cada hora, cada día, cada semana y cada mes que te veía vivo, haciendo cualquier cosa, y luego dormías conmigo por la noche con un mimo que no había sentido en años. Eres dulce, aunque quieras ir de tipo duro por la vida. Admítelo, lobito: te gustaba serlo así conmigo, y te aseguro que yo lo disfrutaba como un auténtico imbécil.

Pese a que fueras egocéntrico, terco, hicieras cosas raras que yo jamás entendería... Pese a ello, fuiste para mí el mejor lobo del mundo.

Carta nº 2

Te confieso que a veces tenía miedo, auténtico pavor de que me obsesionaras como lo ibas consiguiendo. Tuve miedo de que tu cuerpo, tu presencia, y tus palabras me hicieran perder el norte para así tener que abandonar mi trabajo. El verdadero, el que seguramente Jade ya te haya dicho después de quemar el puto móvil a llamadas y mensajes que dejaba oculto bajo tu coche sin decirte nada.

Pero tenía que hacerse Rowen.

Estuve a nada de confesártelo todo en nuestra última pelea, y supe que era ese momento de irme o al día siguiente entraría por esa puerta para fundirme con tu piel. Tuve que hacerlo, lobito. La vida es un sacrificio, y quizás habías creído que tú lo habías sacrificado todo por mí. Ahora, hoy por hoy, yo te pregunto: ¿Realmente lo crees así, Rowen? ¿Crees que yo he sacrificado poco, y tú eres el que más mierda ha tenido que tragar y dejar atrás? 

𝕽 o w e n [También en Inkitt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora