Hubieron unos días bastante incómodos después de esa trampa estúpida con los chicos, lo notaba todo el mundo incluso cuando mi cara mostraba una profesional faz enseriada y congelada. Hacía mi trabajo religiosamente, daba consejos a los jóvenes aunque se mostraran más cautelosos, los rumores revoloteaban por las salas como mariposas descocadas y hasta el lobato más idiota le había llegado el mensaje.
No enfades a Rowen, hoy no tolerará nada.
Klaus fue lo bastante listo para provocarme lo justo y necesario, pero Pharis no corrió con la misma suerte cuando un miércoles acabó colgado de una pierna desde la parte más alta de la guarida de la manada. Tardaron casi una hora en bajarlo y luego se le escuchó rugir de puro enfado cuando entró a la habitación compartida, descubriendo que únicamente su cama fue la única manchada de barro y su almohada rellenada de chinchetas. Por supuesto, sus compañeros de habitación se desternillaron de él, recordándole que fue un imbécil por enfadarme.
Una chiquillada, pero era eso o dislocarle el brazo.
El jueves fui con un silencioso Jackson hasta Graball para interrogar a... nadie. Directamente me aburrí de escuchar idas y venidas que no decían nada y directamente le arranqué al soplón la cabeza del sitio, hasta que se vio el hueso y el pelinegro vomitó del asco. El viernes tuve mis intentos de coincidir con el cachorrito agresivo en El Garden y, como era de esperar, no adelanté absolutamente nada aunque al menos mordió un bollo que le lancé a la distancia. Las niñas me llenaron de flores porque congelé mis emociones y tuve que ser lo bastante falso para no preocuparlas; pero Hax se mostró incómodo y distante como los chicos.
Sábado y domingo fueron días de paz en los que me fui con mi conejito a varios sitios y podía disfrutar de su compañía sin ningún tipo de restricción: Descubrimos nuevas cafeterías, terminamos de pintar la horrible fachada, nos cabreamos bastante cuando sucedían choques sobre ideas y puntos de vista, lo llevé al lago que encontré desde la ventana de mi estudio para quitarnos el calor, lo llevé el sábado al trabajo y en la madrugada follamos en el cuarto de escobas hasta que la botella de lejía nos jodió el polvo y lo terminamos en la cafetería.
Ese lunes de la tercera semana de junio, Ewan, volvió antes de tiempo a la guarida; a media tarde. Tenía tan mala cara que yo dejé de leer sobre psicología infantil para probar algunas cosas con el mocoso, al cual terminé por llamarlo « Kabo », porque era un pequeño cabrón que le jodía a todo el mundo. Hizo llorar hasta Mery, y eso es difícil cuando estamos hablando de un cachorrito que no te llama gilipollas.
—Odio a tus putos lobatos. —Son las palabras que obtengo cuando escucho la puerta cerrarse con brusquedad. Observo que se va dando pisotones a la cocina, se saca una cerveza de lata y se marcha directamente a la ventana abierta para dejarla en el pequeño trozo de madera que creé para tener espacio para el cenicero—. Han venido a mi hora del trabajo, aprovechando el cambio de turno y han pintarrajeado las paredes con mi nombre delante de mi jefe —traga un poco de la cerveza—. ¡De mi puto jefe subnormal que no sabe diferenciar una bombilla de un foco! —termina gritando.
Aparco el libro en la mesa y me levanto hasta su posición, viendo que se ha encendido un cigarro de mala gana. Gruñe improperios, siento su rabia.
—Lo siento... Parece que aún siguen molestos contigo.
—Joder... —murmura enrabietado. Sabe que no puedo hacer nada por él en ese aspecto, ya que todavía le siguen guardando rencor. Ya me parecía raro que Pharis apareciera poco por la guarida de la manada y parte de los lobatos, mas es lo que hay. Nuestras normas son demasiado flexibles para ellos siempre y cuando no haya daño físico—. Se supone que hoy me iban a pagar más por turno de tarde y ser sábado...
ESTÁS LEYENDO
𝕽 o w e n [También en Inkitt]
Werewolf[Libro 1] Ser la mano izquierda de tu Alfa es un honor que no todo lobo puede llevar sobre sus hombros, pero es aquello a lo que muchos aspiran alcanzar en algún momento de su vida. Dicen que ese rango especial es lo más cercano a la perfección, al...