𝕽 ｏ ｗ ｅ ｎ [También en Inkitt]

70. 𝙽𝚎𝚖𝚘 𝚖𝚎 𝚒𝚖𝚙𝚞𝚗𝚎 𝚕𝚊𝚌𝚎𝚜𝚜𝚒𝚝

Una vez Malik me dijo, en una de nuestras noches en solitario mientras bebíamos cerveza en el club: « Rowen, nunca perdones una ofensa de absolutamente nadie. Yo no lo hago, por eso mi lema es "Nemo me impune lacessit" ». No es un lema original, yo lo sabía. Era el lema oficial de Escocia con un significado que todo lobo asentía cada vez que él lo explicaba. « Nadie me ofende impunemente », y tiene razón con ello. Yo soy un cabrón vengativo que no perdona ninguna ofensa que recibo. Lo demostré con el coche, lo demostré con pequeñas putadas a mis compañeros cuando sus bromas se sobrepasaban. Ahora le toca a Pyro porque, aunque le tenga en muy alta estima, sé que está preparado para que le devuelva el puñetazo que le tengo que dar.

Ewan sólo fue una caricia. 

Pero Dante, lo que me hizo a mí... Le iba a salir caro. Lo juro. Nadie juega conmigo y se sale con la suya si yo no lo permito; soy muy tramposo cuando me lo propongo.

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Para cuando despierto por segunda vez —ya que el primero ha sido para mi polvo mañanero con Ewan—, me quedo unos minutos mirando al techo con la bombilla colgando. Pienso en todo lo que me dijo anoche en el balcón, y también reflexionando en cada pequeña reacción que ha tenido el pelinegro durante lo largo de la semana. El tema de los celos termino quitándolo de la ecuación, ya que no tiene lógica que Dante haga eso a estas alturas; y por supuesto que ese rechazo que me ha dado es más bien una forma de decir que está enfadado. Es lógico. Nada nos jode más a los lobos que nos calienten la polla y nos la dejen así sin terminar, así que eso explicaría parte de su reacción; pero lo del fin de semana no. Tampoco los detalles minúsculos de cada acercamiento. 

¿Quizás se está exponiendo a mí en algo más personal? ¿Quizás se siente tan apartado que, lo que he ido haciendo últimamente no parece rellenar suficiente sus agujeros? 

Lo más lógico sería sacarlo de fiesta, que bebiera y bailara para conocer a otras chicas, pero lamentablemente es demasiado temprano para pasar página. A los hechos me remito de que su corazón no ha sanado todavía. Aun estando a finales de febrero, temo que haya cometido un error irreparable y ahora no haya vuelta atrás. Sé que tiene sentimientos por mí, pero no son románticos, no huele a esa clase de emociones cuando se pone blandito en los momentos de cercanía. ¿Quizás quiera ser sobreprotector? ¿La pelea con Jackson le ha incitado a tomar otro tipo de medidas de acercamiento? 

Sacudo la cabeza porque no tiene caso darle vueltas a algo que no parece dilucidarse con facilidad, así que termino por salir del colchón e ir a ponerme unos pantalones de chándal mientras miro la caja de la ropa sucia. Sí, apesta, y el hecho de lavar la ropa a mano seguramente sea algo que le joda mucho a Ewan porque nosotros no lavamos nuestra ropa al tener una guarida. Se lo toma todo demasiado bien, está siendo demasiado permisivo. 

Abro la puerta, buscando al lobo con la mirada pero ni rastro físico de él —aunque sí lo huelo bastante—. Camino hasta el sofá con pasos calmados hasta que ahí lo encuentro, como es de esperar: Con la boca abierta y la baba saliéndole de la boca, la mano metida en el pantalón del pijama junto a su respectiva empalmada de todas las mañanas y su respiración calmada. 

—¿Qué te está pasando, amigo? —murmuro en voz baja mientras le observo con un deje de pena—. ¿Qué es lo que me estás diciendo con esa planta?

Niego con la cabeza y me marcho a prepararme el café —pongo la cápsula, le sigue el vaso en su lugar, la prendo— y después vuelvo al sofá para despertarlo. Toqueteo su mejilla, haciendo que su boca su mueva como si estuviera comiendo aire, y sus ojos poco a poco se abren. Están lloroso, quizás ha soñado algo que le estuvo haciendo daño, pero me mira en silencio hasta que alzo las comisuras a modo de sonrisa.