Pov HyukJae

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Cuando era niño no tenía muchos amigos, se podría decir que era un pequeño bastante inseguro, ya sea por mi apariencia física y también por la situación en la que se encontraba mi familia, es decir, todo mejoro gracias al trabajo de papá. Pero hubo algún momento en el que tuvimos que pasa por momentos duros.

Al encontrarnos ya más estables como familia, nos mudamos a una residencia mucho más bonita en comparación a la que vivíamos.
Seúl siempre me ha parecido hermoso, pero cuando pudimos al fin tener un casa con cuartos y baños propios, todo se hizo más genial. Era como iniciar un sueño del cual no quería despertar y aunque en aquel entonces tanto Sora como yo estábamos muy pequeños, conservamos los recuerdos.

Papá me inscribió en un escuela cerca de casa, así que pronto tuvo que iniciar el año escolar, recuerdo perfectamente que me sentía bastante cohibido y sentía mucha vergüenza por estar rodeado de niños nuevos a los que no conocía de ningún lado.
Sabía desde pequeño que yo no era precisamente lindo
Y ese era mi mayor temor, pues ya conocía de primera mano lo que se sentía ser rechazo por tu apariencia.

Así pues una mañana estábamos en el patio de la escuela, en clase de educación física, a mi me encantaba correr... era como imaginar que era libre de cualquier cosa que pueda molestarme.
Di tantas vuelta como pude, y en algún momento pare para poder respirar un poco.

Escuché un pequeño sollozo, mire s mi alrededor pero solo estaban mis compañeros corriendo sin prestarme atención. Volví a escuchar un llanto y la curiosidad pudo conmigo, decidí seguir aquel sonido.
Caminando lentamente pues no quería ser descubierto
y justo a la espalda de un arbusto lo vi....

Un pequeño niño con cabello castaño, con lágrimas empapando su rostro y un puchero en sus labios.
Pude ver que tenía las rodillas lastimadas, había sangre en ella, uno de sus codos también estaba herido y por alguna razón se me encogió el corazón.

Mi pies tomaron la decisión de andar sin dejar que mi mente procesará la situación.

—Hola.—le dije en su susurro.

El levanto la mirada lentamente, dejando ver sus ojazos marrones e hinchados por el llanto.

—Ho-hola.—respondió el.

—¿Estás bien?

—N-no, me duele mucho.— Dijo llorando más fuerte.

—Voy a llamar a la profesora ¿vale?

—¡No! E-espera... no me dejes sólito, tengo miedo.

Nos quedamos en un silencio que no era para nada incómodo, el seguirá llorando mientras yo pensaba que debía hacer, mi mente pequeña trataba de hallar alguna solución pronto.

—Por favor... —dijo en un susurro.

—Está bien, me quedaré contigo, pero que sepas que el profesor se va molestar—me encogí de hombros.

—Llevo bastante rato aquí y nadie quiso ayudarme, solo tú viniste y m-me da miedo estar aquí....

El labio interior le tiembla, quiero seguir llorando y yo siento que no puedo permitir que lloré, lo veo tan dulce y pequeño que quiero abrazarlo y no me quiero ir, no quiero dejarlo sólito.
Entonces un pequeña idea llega a mi, estiro la mano y Sonrió sin poder evitarlo, entonces el me mira.

—Soy Lee HyukJae.—Digo sonriendo.

El mira mi manos atentamente y se ruboriza sin saber que decir, después de un rato que me parecen horas

—Yo soy DongHae... Lee DongHae — responde.

—DongHae te acompaño a la enfermería, si nos quedamos aquí se van a molestar y ni quiero que mis mañana se enfaden conmigo.

Never say Goodbye - EunHae (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora