Capítulo VII

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Celia.

- Lo siento - le dije a Richard -. Estaba exagerando y... no sé, debería haberte llamado para decirte donde estaba. 

Él me miró con indiferencia y se limitó a asentir. No me había hablado desde ayer e incluso había evitado mirarme. 

- ¿Me perdonas?- pregunté, temerosa. 

- Claro que sí - contestó, dándome un abrazo. 

Hacía unos meses, habría sonreído y me habría sentido increíble de que aceptara mis disculpas. Sin embargo, no era el caso. Estaba harta de que se enfadara conmigo y siempre fuera yo la que tenía que pedirle disculpas aunque no me arrepintiera en absoluto. 

Llamaron a la puerta y me tensé enseguida, por favor que no tuviera nada que ver con él. Se oía un poco de música en su casa, pero no le di mucha importancia. 

- Ve a abrir - pidió, yéndose en dirección al baño. 

Respiré hondo y abrí, era Amaya. 

- Hola, Celia - sonrió -. Es el cumpleaños de Nil, mi compañero de piso, y he pensado en hacerle una cena. No tenemos muchos amigos aquí en Londres, por eso había pensado en invitaros. 

- Oh... Eh... - se me da fatal encontrar excusas -. Es que, verás... 

- ¿Qué pasa?- preguntó Richard, posando su mano alrededor de mi cintura. 

Antes de que Amaya pudiera explicarlo y decidir algo que prefería que se callara, respondí yo: 

- Es el cumpleaños de su compañero de piso, nos quería invitar a la cena que van a hacer. 

Richard odiaba los cumpleaños, estaba convencida de que iba a negarse. De hecho, era la primera vez que estaba feliz de su comportamiento de señor mayor gruñón. 

- Eso sería fantástico - dijo, haciendo que me alejara completamente para mirarle bien la cara -. ¿No crees, cariño?

Pues no, no lo creía. 

- Genial, en una hora os pasáis. 

Y se fue tan contenta por donde había venido. Estuve muy cerca de fingir que me había roto un tobillo para irme al hospital y no ir a esa estúpida cena. ¿Desde cuándo Nil disfrutaba de su cumpleaños? El accidente de su madre lo había destrozado. 

- Siempre te quejas de que nunca quiero ir a ningún sitio - explicó, justificando que hubiera aceptado -. Venga, ponte guapa. 

Nil.

Mi jefa se había quejado de que el último artículo que le había enviado era un poco flojo, por lo que me tocó hacerlo de nuevo. Me había amenazado con despedirme si no subía mi nivel y me esforzaba más.

Desde que dije que me llevaba bien con Jessica, Maya se ha empeñado en conocerla y la ha invitado a no sé qué cena que quiere hacer por mi cumpleaños. Supongo que será la única, porque... Joder. Se me había olvidado decirle que no invitara a Celia y Richard. 

- ¡Maya!- le llamé y se asomó a la terraza -. ¿Has invitados a esos dos?

- Sí - se encogió de hombros. 

- ¿Y por qué?- pregunté, con ganas de estrangularla. 

No me respondió, simplemente se fue hacia su habitación otra vez. No me molestaba verla a ella, me molestaba verlo a él. 

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