Celia.
Lo que sentí anoche, no sabría explicarlo. Richard me daba bastante igual, había asimilado su infidelidad completamente, pero que él eligiera a Lisa por encima de mí como ya habían hecho antes, seguía afectándome.
Pasé mi adolescencia comprándome con ella. Su sonrisa era más bonita, tenía menos pecho que yo - lo cual yo deseaba -, era alta, hacía deporte... Era la chica perfecta. Yo, en cambio, me pasaba las tardes en casa leyendo libros y tocaba el saxofón, tenía todas las papeletas para ser una pringada.
Además, Chloe salía con algún que otro chico. La gente decía que éramos como dos gotas de agua, pero estaba claro que ella era mucho más guapa.
El sonido del móvil me sacó de mis pensamientos. Lo miré, con la esperanza de que no fuera Richard otra vez, pero sí era él. Llevaba llamándome desde anoche.
- Estás muy solicitada - bromeó Elias a mi lado mientras comíamos.
Gran parte de la mañana la había pasado durmiendo, así que no sabía nada del tema de Amaya y Nil.
Silencié el teléfono y me centré en comer. No había visto ni a Nil ni a Louis.
- Se han ido a una cafetería creo - dijo Adam, metido dentro de la piscina con Amaya.
Hice como que me daba igual, pero me preguntaba que hacían ahí. ¿Le había contado Nil lo de anoche? ¿Le había contado Louis el secreto de Lisa?
- Mejor, no quiero verle la cara - murmuró Amaya, saliendo de la piscina para tomar el sol.
- Maya, yo creo que los dos hicisteis cosas mal - opinó Elias, que ya se había enterado.
Amaya le ignoró.
- ¿No podéis disculparos mutuamente?- le preguntó -. No os va a salir una úlcera por eso.
- ¡Él sacó lo de mi ex!- exclamó, alzando las manos -. A mí me da igual ese gilipollas, pero me molesta que lo saque Nil.
- Tú sacaste lo que le pasó con Celia - dijo Adam, cauteloso.
- ¡No es lo mismo!- gritó, ofuscada -. Nil tuvo la culpa de lo que pasó, él decidió irse con Lisa. Yo no decidí que me engañaran.
Me revolví, incómoda. Podían haber elegido tener esa discusión cuando yo no estuviera presente.
- Que Nil tuviera la culpa no quita que le duela - comentó Adam, mirándome de reojo -. Quizá deberías molestarte más en entenderle, Maya.
Ella le miró con los ojos entrecerrados y se volvió a poner las gafas de sol para ignorarnos. Adam rodó los ojos y salió de la piscina para sentarse con ella.
- Es una testaruda - murmuró Elias -. En cuanto Nil aparezca por esa puerta, va a dejar de estar enfadada. En casa se enfadaba con toda la familia y luego se le olvidaba.
Me reí bajito y me levanté a limpiar los platos que había utilizado. En eso, la puerta se abrió y les vi entrar.
Mi mirada se cruzó con la de Nil, pero la aparté enseguida. Anoche lloré delante de él y le pedí que no se fuera. ¿En qué estaba pensando? Me daba igual si se iba.
ESTÁS LEYENDO
Volver a ser nosotros
RomanceEx... esa persona de la que tanto odiamos hablar. Eso incluye a Celia, que después de ocho años sin saber nada de su ex, se ve enfrentada a ser su vecina. ¿Cómo afectará esto a su vida actual? ¿Cómo afectará a su relación con su actual pareja? ¿Có...