Un mes después.
Celia.
Es la tercera vez este mes que tengo que decirle a Gabe que no me apetece quedar con él. Louis, como culpable directo de la insistencia de este, tiene el deber de llevarme de compras.
- ¿Cuántos vestidos de flores llevas ahí?- me preguntó, abriendo la bolsa.
- ¡Todos los que hagan falta!- exclamé, arrebatándosela de las manos.
Él, indignado, se limitó a beberse su café.
- ¿Esto no lo podría hacer Gabe?- curioseó -. O Nil.
- Nil no responde a mis llamadas... No sé dónde está - admití, rebuscando en mi cartera para pagar la merienda -. Tampoco vino ayer al instituto y estoy un poco preocupada.
Louis frunció el ceño. Luego se excusó para ir al baño.
Nil.
La música sonaba mientras le quitaba el sujetador.
Lisa rodeaba mi torso con sus piernas. No podía parar de besarla. Ella me guiaba, tenía más experencia que yo en todo eso. Ese mes había aprendido muchas cosas.
Deslicé mis dedos entre sus piernas y Lisa me besó mientras sonreía. Me encantaba.
Noté en mis pantalones que me sonaba el teléfono. No le hice caso, no me podía importar menos lo que estuviera pasando. Lancé el móvil al suelo.
- Igual era importante... - murmuró ella, sobresaltada.
- No más que esto - le aseguré, llevándola hasta la cama.
Celia.
Louis estaba raro. Ahora estábamos en mi casa viendo una película pero notaba que no le prestaba atención. ¿Se estaba aburriendo?
- Oye, si prefieres irte a casa... - ofrecí, pausando la película.
- ¿Qué? ¿Por qué?- preguntó.
- No estás agusto y no quiero darte lástima porque aparentemente todos tienen un plan esta noche menos yo - respondí, levantándome del sofá -. Nil seguramente esté perdido por ahí o con alguna chica Dios sabe haciendo qué, Lisa estará ocupado con alguno de sus mil pretendientes y tú podrías estar haciendo cualquier cosa en vez de estar aburrido en mi casa.
- ¿Me estás diciendo esto porque Nil no te responde, Celia?
- ¡Sabes algo y no me lo quieres contar!- le acusé, cruzándome de brazos.
Hacía tiempo que sospechaba que tenía novia. Llegaba con chupetones, nunca podía verme y nunca abría el teléfono estando yo cerca. Se veía con una chica.
- Yo no sé nada - dijo, muy tranquilo.
- Louis, por favor, no me mientas - le rogué -. No voy a ponerme a llorar porque tenga novia. No soy tan niñata.
Él suspiró, se levantó del sofá y me dio un beso en la frente.
- No tengo ni idea de nada. Te lo prometo.
ESTÁS LEYENDO
Volver a ser nosotros
RomanceEx... esa persona de la que tanto odiamos hablar. Eso incluye a Celia, que después de ocho años sin saber nada de su ex, se ve enfrentada a ser su vecina. ¿Cómo afectará esto a su vida actual? ¿Cómo afectará a su relación con su actual pareja? ¿Có...