Capítulo XV

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Celia.

No había pegado ojo en toda la noche. ¿Cómo iba a decirle a Richard que le había sido infiel con Nil? Me iba a restregar que él sabía que iba a pasar, que yo era una mentirosa... No podía hacerlo, pero debía. 

Chloe insistía en que si me había enrollado con Nil, es porque no estaba tan enamorada de Richard, pero... tampoco me gustaba Nil. 

- ¿Te gustó?- me preguntó Chloe. 

- No - contesté, con la voz aguda. 

- Eres una mentirosa pésima - se burló mi hermana, riéndose -. Te encantó, eh. 

- Bueno... es que ha mejorado bastante - me excusé -. ¿Por qué hablamos de esto? Mi dilema es sobre Richard y cómo le cuento lo que ha pasado. 

Mi hermana suspiró y me la pude imaginar rodando los ojos. 

- Déjale, Celia - aconsejó. No era la primera vez que lo hacía y probablemente no sería la última -. Dile que besaste a alguien, que te diste cuenta de que ya no le quieres como antes y que crees que dejarlo es la mejor opción. Vas a quedar mal, pero te quitarás un peso de encima. 

- Pero... es que no quiero hacerle daño - murmuré. 

- Si alargas la relación, el daño acabará siendo mutuo - reflexionó -. Mira, a veces hay que ser egoísta y pensar en una misma. ¿Eres feliz con Richard últimamente? No me mientas. 

- No pasamos mucho tiempo juntos. 

- ¿Sí o no?

- No - admití en voz baja. 

- Busca siempre tu felicidad, hermanita - hubo un silencio pequeño -. Tengo que entrar al trabajo, luego hablamos. 

Y colgó. 

Necesitaba una opinión externa, alguien que conociera la historia pero que le diera completamente igual lo que hiciera con mi vida. Y esa persona era Louis. 

Nil.

Al final, me había ido de fiesta con Louis como solíamos hacer antes. Estaba deseando irme, pero odiaba la idea de volver a alejarme de él. Quizá podía venir a pasar una temporada conmigo en Londres, seguro que Adam y él se llevaban genial. 

Pero mi única meta en ese momento era volver rapidísimo porque mi padre se había enterado que estaba en la ciudad y no estaba de humor para verle. 

Respecto a Celia... No la volví a ver y dudaba que me dirigiera la palabra si lo hacía de nuevo. Joder, ¿la había cagado besándola? Louis decía que no, que así ella tenía claro que había algo entre nosotros... pero yo sentía que había retrocedido mil pasos. 

Decidí caminar hasta el aeropuerto, no me vendría mal darme una vuelta. Al pasar por el cementerio, pensé en visitar a mi madre. Pero, lo que no me esperaba, era ver a mi padre plantado ahí dejando flores. 

- Nil...- me llamó -. ¿Qué hacías por Norwich?

- Nada importante - contesté, acercándome -. ¿Qué haces tú aquí?

- Hoy haríamos veintiséis años casados - anunció, bajando la voz -. Nos casamos jóvenes, te tuvimos jóvenes... Teníamos miedo a que se nos acabara el tiempo para hacer las cosas. No éramos el mejor matrimonio, tú lo sabes - me dedicó una sonrisa triste mientras asentía -, pero yo la amé. La amo, supongo. 

No daba la impresión de que me lo estuviera contando a mí, era más bien como si se contase esa historia a sí mismo para mantener a mamá viva en su cabeza. 

- A veces, el amor no es suficiente - comentó, dándome una palmadita en el hombro y marchándose. 

Mis padres, los últimos años de su matrimonio se los pasaron discutiendo, diciéndose cuánto se odiaban diariamente y dejándose de hablar por semanas. 

Me acerqué a la tumba de mi madre y me quedé mirándola, pensando en lo que me diría si me viera, hasta que empezó a llover y tuve que correr hasta el aeropuerto. 

Celia.

- Me estás pidiendo consejo a mí...- murmuró Louis, sentado enfrente de mí, tras haberle contado todo. 

- Sí. 

- Vale - dejó la taza de té y se cruzó de hombros, mirándome -. ¿Qué sientes por Nil?

- No lo sé - me encogí de hombros -. No siento lo que sentía cuando salíamos, pero no creo que le odie. 

Tampoco le había odiado nunca.

- ¿Crees que te está empezando a gustar? - me preguntó. 

- No - contesté rápidamente. 

- ¿Te han dicho alguna vez que mientes fatal?- inquirió, divertido -. Si tienes miedo de que se lo cuente, no deberías haber venido a hablar conmigo. Nil es mi amigo, pero tú también - explicó -. Además, me gustaría ver hasta dónde llegáis. 

Jugué con mis manos, nerviosa. 

- Bueno, si no lo tienes claro no pasa nada - me tranquilizó Louis -. Respecto a Richard... que, sinceramente, sigo sin creerme que sea tu novio... Mi consejo es que lo dejes con él y se lo cuentes. 

Odiaba que Chloe siempre tuviera razón. 

- No lo entiendes - murmuré, captando su atención todavía más -. Richard ha sido el único chico que ha estado conmigo sin haber estado con Lisa o sin tener esa intención, me quiere de verdad. 

Él frunció el ceño.

- Celia, cielo, mi hermana estuvo acostándose con Richard casi un año entero - confesó. 

¿Qué? Pero... Nunca me lo había contado. De hecho, una de las razones por las que le hice caso fue esa, que me eligiera a mí por encima de Lisa. 

- Sí, hará dos o tres años - añadió. 

Eso era suficiente. ¿Me había... me había puesto los cuernos con ella? Hace dos o tres años estábamos juntos y pensando en mudarnos en cuanto yo acabara la carrera. 

Además, no era la primera vez que lo hacía. Unos meses atrás, le había pillado con otra chica en casa. Acabé perdonándolo y ni siquiera tenía muy clara la razón.

El que Louis fuera hermano de Lisa, a veces me beneficiaba. Como cuando Lisa y Nil empezaron a salir y él me lo contó, porque sabía cómo me sentía respecto a ambos. Ahora, ocho años después, Louis lo había vuelto a hacer.

- ¿Cuánto lleváis juntos?- me preguntó, entendiéndolo. 

- Cuatro años - susurré como pude -. En unos meses hacemos cinco. 

- Mierda - musitó -. Lo siento, yo... no sabía que... 

- Mi vuelo sale en media hora, ¿puedes llevarme al aeropuerto, por favor?- pregunté, interrumpiéndole. 

Louis aceptó enseguida, sacando el coche del garaje. Me subí, sin añadir nada y él me miró extrañado. 

- ¿Estás bien?- insistió por quinta vez -. Puedes... no sé, llorar. 

- No me apetece llorar. 

Y era cierto. Me había acostumbrado tantísimo a que la gente hiciera eso, que no podía llorar o estar decepcionada. Fue como... arrepentimiento por haberme creído sus palabras. Tampoco me había dolido como debería haberlo hecho. 

Me despedí de Louis con un abrazo, le pedí que si iba a Londres, me avisara para vernos y entré. También vi entrar a Nil, pero preferí hacer como que no para no tener que hablarle. 

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