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Quizás estaba pidiéndole demasiado. Taehyung era una persona muy recta, alguien cuyos principios era muy sólidos y abusar de la confianza de otros no era algo que haría.

Volvió a su sitio en su asiento. Debía pensar un poco más en cómo se sentía al respecto a lo que estaba pidiendo.

Jimin había hecho lo posible por tranquilizarse durante su trayecto hasta la oficina de su amigo, pero quizás no estaba tan tranquilo como había imaginado. Ya no se sentía como si fuera así y volver a empujar esas tormentosas emociones a lo profundo de su pecho fue todavía más difícil.

—Tu imagen ante ellos va a dañarse ¿Realmente quieres eso?

—No me importa lo que ellos piensen de mi.

Su imagen frente a ellos siempre fue lo peor, no haría ninguna diferencia y tampoco le importaba.

Jimin sabía muy bien quién era y no necesitaba que nadie más se lo dijera.

—Taehyung, no voy a obligarte a que lo hagas, tampoco es mi intension presionarte, pero tú los conoces tanto como yo y si realmente está sucediendo... ellos no dudarán y yo...

—Está bien, lo entiendo —suspiró el castaño.

Alivio cruzó por el rostro del rubio, sin embargo también se disculpó con una sonrisa. No estaría pidiéndole esto si no estuviera preocupado, los dos conocían a la familia de Jungkook y lo fríos que podía llegar a ser.

—Pero a cambio quiero que vayas al hospital a hacerte una prueba. Entiendo que estes asustado y tampoco estoy tratando de obligarte, pero es necesario.

Jimin asintió, entendía su punto, tanto como Taehyung debía hacerlo con sus temores y con lo difícil que esto resultaba para él y podía aceptar esto.

—Llámame cuando esté todo listo ¿De acuerdo? Quisiera terminar con esto lo más pronto posible y... lamento no poder quedarme a hablar por más tiempo, hay cosas que tengo que hacer.

Se levantó de su asiento y lanzó un suave y casi imperceptible suspiro al mismo tiempo que su mirada perdida momentánea tras el impecable cristal detrás de Taehyung.

Sintió aflicción.

Todavía no era capas de creer que esto estuviera pasando, aún no podía creer que esto era real, no podía hacerlo a pesar de que sabía que engañarse no serviría de nada, que sólo haría que doliera más de lo que ya lo hacía, pero quizá necesitaba de ese dolor incluso si creía que no podría soportarlo.

—Jimin —le llamó Taehyung.

Los ojos del rubio se dirigieron a los cafés oscuros, la poca luz que se filtraba a través de la ventana acariciaba su rostro y le permitió apreciar algunos lunares que ubicados en su cara.

—¿Dónde te estás quedando? ¿Qué vas a hacer a partir de ahora?

—Por el momento voy a estar quedándome en casa de mis padres, yo... —se pasó una mano por el cabello y sacudió sus ideas agitando la cabeza.— Necesito un techo y comida así que supongo que voy a empezar por ahí, buscar departamento es lo primero que estoy pensando hacer.

Tenía algunos ahorros piropos que esperaba que duraran hasta que pudiera encontrar un empleo, podría una manera, había mucho que tenía que hacer y en lo que pensar.

—No dudes en llamarme si necesitas algo.

—Gracias, pero no será necesario. Yo... puedo hacer esto —apretó los puños tratando de canalizar en estos sus emociones.

Estuvo repitiendo esas palabras una y otra vez desde que abandonó su departamento, era cierto que esta noticia había significado un golpe duro para él, pero eso no quería decir que no pudiera reponerse. Podía hacerlo.

Si a Jungkook no le importó, entonces tampoco a él.

—Voy a estar esperando noticias tuyas.

—Vuelve con cuidado y descansa ¿Si?

Salió de la oficina y caminó por el pasillo.

Por un momento se sintió como si estuviera ausente y se movió en automático mientras libraba una batalla contra la sensación de irresponsabilidad que repentinamente lo atacó, su mente siendo golpeada por pensamientos errantes y su estómago apretándose en un nudo de emociones.

Caminó por la ciudad sin rumbo fijo, no tenía muchas ganas de volver y encontrarse con la mirada de pena de su papá o tener que enfrentarse a los comentarios de su padre.

Ellos siempre pensaron que esa relación no funcionaría, su padre especialmente estaba seguro que Jungkook no era para él. Siempre estuvo convencido de que terminaría lastimándolo y tenía razón.

Jimin también lo sabía, quizá lo supo desde el principio, vivían vidas muy diferentes y sabía que no encajaba en el mundo del azabache, pero fue más fácil ignorar todas sus advertencias y seguir a su corazón.

El amor que le quemaba en el pecho y creer que siempre y cuando estuvieran juntos, entonces podrían pasar por sobre cualquier obstáculo.

Fue muy ingenuo, el amor no siempre era suficiente pero ninguno lo entendió.

Se detuvo frente a un escaparate, su pecho agitado, contempló la escena familiar detrás de este;

Dos sonrientes padres y sus dos pequeños en lo que parecía ser un paseo, el ambiente parecía agradable y ellos se veían muy felices, como una escena familiar perfecta y de en sueño en la que gritaban al mundo lo unidos que eran usando prendas a juego.

Su mirada se detuvo sobre la cuna del bebé, el otro niño en el escaparate de alzaba de puntillas tratando de asomarse a su interior.

Jimin deseó hacer lo mismo, se reprimió, pero no podía evitar posar una mano sobre su vientre y que la devoción de un anhelo imposible le apretara la garganta.

—Si tan sólo yo... —exhaló un suspiro ahogado, su garganta volvió a apretarse bajo el peso de su amargura y apartó la mirada.

Desearlo no tenía sentido, desearlo con todo el corazón, el alma, no había servido para nada.

Desearlo no le había dejado más que frustración, angustia y un profundo dolor.

Continuó su camino luchando por contener las lágrimas que le quemaban los ojos.

No quería pensar más en eso, quería dejar de sentir lástima y pena por si mismo, que todo desapareciera de una maldita vez. Había hecho todo cuando pudo para mantener la calma, forzó a las heridas de su herido y agonizante corazón a cerrarse.

Se tragó el dolor y cada uno de los patéticos lamentos que arañaban su garganta y reprimió el deseo intenso de correr hasta que sus piernas no fueran capaces de dar un sólo maldito paso más.

Se sentó sobre un solitario banco en el parque. Agitado, cansado, roto.

Niños corrían de un lado a otro jugando a la pelota, otros se divertían en los diversos aparatos puestos para su entretenimiento o corrían persiguiéndose unos a otros. Dolorosamente, Jimin se imaginó así mismo y a Jungkook observando, al pequeño niño que jamás pudo ni podría darle, jugar y se sintió vacío.

Breaking-off [Vminkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora