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Tomó su celular, este llevaba vibrando desde hace un rato, y miró fijamente el nombre de Jungkook en la pantalla.

Todavía era muy temprano para que volviera a casa, pero, si era consciente de que la demanda ya había llegado a sus manos, entonces a estas alturas debía haber notado que sus cosas no estaban.

¿Qué era lo que quería? No quería escucharlo, no tenía la confianza o la fuerza suficientes como para no romperse ante él.

Sin prisa y dudando, presionó el botón de apagado y la vibración cesó, sin embargo sus ojos se mantuvieron sobre la oscurecida pantalla, estáticos y muertos como el tiempo a su alrededor.

Una gruesa gota de agua cayó sobre la pantalla y se deslizó a lo largo de ella dejando tras su paso un delicado rastro, a esa primera le siguieron más; una tras otra golpeando en su celular, acariciando su rostro y humedeciendo su ropa.

Más Jimin no se movió y como si un frío aguacero no estuviera cayendo sobre él, guardó lentamente su celular y se levantó de la banca para descubrir que no había un solo rastro de los niños, sólo juegos vacíos, un parque ausente de vida y un triste y olvidado oso de peluche sobre lo que ya era un charco de lodo.

Trató de dar un paso pero sus piernas no respondieron.

No volvió a intentarlo, no se sentía con la energía para hacerlo y se quedó inmóvil mirando a la nada mientras su ropa se empapaba hasta sentirla pesada.

Hasta que su piel se sentía fría y sus hombros comenzaron a temblar, preso, no del frío, sino de la angustia que ya no era capaz de soportar y del dolor que se mezcla con ella.

Y deseó trasformarse en lluvia y desaparecer con ella.

De pronto el agua dejó de caer a su alrededor, sin embargo, la tormenta seguía azotando el parque sin piedad. Su furioso murmullo zumbaba en sus oídos, aún así le pareció lejano.

Parpadeo.

Había una persona frente a él, la cabeza gacha le permitió apreciar un par de pies extras, gotas de lluvia ahora caían con un ruido sordo sobre lo que supuso debía ser un paraguas. Alzo la cabeza pero los lentes que llevaba puestos ese día no le permitieron apreciar el rostro de su nuevo acompañante.

Igual sentía que no necesitaba ver su rostro, una parte de él ya creía saberlo.

—Llevo un buen rato buscándote, no eres tan fácil de localizar —conocía esa voz, había hablado con él no hace mucho, lo sabía, lo sentía.

Algo muy en su interior siempre reconocía su presencia y respondía a la escénica de esta persona, él tenía algo, algo que no entendía, pero que le hacía saber exactamente que estaba ahí y no creía que pudiera entender jamás que era.

—Estas temblando.

—Taehyung —susurró el rubio, su voz siendo ahogada por la lluvia, emanó como un sonido estrangulado bajo el nudo que apretaba su garganta.— Taehyung... —repitió.

¿Por qué estaba ahí? ¿Cómo lo había encontrado? Ni siquiera el mismo Jimin sabía exactamente en que lugar estaba, antes de que se diera cuenta ya había llegado hasta ahí y no reconoció los edificios.

—¿Necesitas algo?

—Ven, te llevaré a casa.

Tae le apoyó una mano sobre el hombro y los ojos de Jimin siguieron su dirección con un movimiento mecánico.

Estaba comenzando a darse cuenta de que se sentía un poco extraño, rígido, insignificante, pequeño... y el nudo en su garganta se apretaba cada vez más.

—Si te quedas así, podrías enfermar.

—No es necesario —se apartó del más alto.

La llovizna volvió a caer sobre su hombro pero Taehyung volvió a cubrirlo.

—Puedo volver por mi cuenta. Sólo quería caminar un rato, pero estoy bien —asintió con la cabeza.— Si, estoy... estoy bien.

—Jimin ¿Estas seguro de eso? Te ves...

—Si, estoy bien —respondió con voz monótona. Estaba mintiendo, ambos lo sabían.— Yo...

Sus labios temblaron y bajó la cabeza, sus párpados apretados, una lucha desesperada por contener las lágrimas que se acumulaban en sus ojos. Un sollozo murió en su garganta, pero sus hombros temblaron y el suspiro que trató de emitir fue un lamento patético.

—No, no estás bien, Jimin —apretó los labios y los puños.

Estaba a punto de pedirle que se marchara, estaba a punto del colapso pero Tae lo atrajo hacia él en un abrazo, tirando el paraguas en el proceso. Jimin no pudo más que responder con un jadeo ahogado.

—Déjame llevarte de vuelta a casa ¿Está bien? —susurró el más alto.— Por favor.

—Yo... ya no tengo un hogar —sollozó.

Sus manos aferrándose a su amigo, este tratando de contener los estremecimientos de su cuerpo.

—Ya no tengo nada... no sé qué hacer, no sé a donde ir, no quiero ver a mis padres, no quiero ver a Jungkook —dijo entre lágrimas, se sentía perdido y estaba asustado, aterrado del mundo, del futuro.— Realmente lo intenté, yo en verdad quería darle un hijo, pero no pude... y ahora él me desecha como si no valiera nada. Ni siquiera tuvo el valor de decírmelo en la cara, es tan frustrante, es un idiota, pero lo amo ¿Qué debería hacer? ¿A dónde debería ir?

¿Qué debería hacer con el dolor que le atravesaba el pecho?

El nudo en su garganta lo estaba estrangulando, sus palabras transformándose en lamentos ahogados que se mezclaban con sus sollozos, estos a su vez transformándose en gemidos de agonía.

Y Jimin dejó derramarse, no sólo a los sentimientos que había estado tratando de reprimir, sino también a aquellos que estuvo guardando desde hace años; su fracaso, decepción, dolor, perdida, frustración, el estrés y la presión a la que estuvo sometido por años atacándolo sin piedad, liberándose de su presión de acero.

Se aferró a Taehyung como un niño pequeño que buscaba la protección de su madre, su cuerpo estremeciéndose violentamente con la fuerza de sus sollozos, buscando con desesperación el consuelo que nadie le había dado, encogiéndose entre sus brazos hasta hacerse ovillo diminuto como si quisiera desaparecer.

Se aferró a él con todo lo que tenía, con cada gramo de fuerza que restaba a su débil cuerpo, con la misma fuerza que Tae lo sostenía.

—Ven conmigo, necesitas darte un baño.

Taehyung le había ofrecido aquello que necesitaba, lo único que no tenía idea que deseaba, él siempre fue su soporte cuanto más lo necesitó, aquello que podría mantener a flote cuando creía que estaba hundido.

Era su refugio incondicional.

Breaking-off [Vminkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora