—¿Qué?.— Jimin abrió repentinamente los ojos y observó con confusión y aturdimiento el blanco techo de la
habitación. Sus recuerdos volviendo como una tranquila corriente de pensamientos. Se levantó hasta quedar sentado. Miró hacia los lados, nada estaba fuera de lugar. Comenzaba a acostumbrarse nuevamente a ese departamento, comenzaba a volver a él aquel perdido sentimiento de familiaridad, pero aún no.— Aun no...— Se acarició el vientre con una mano y buscó perezosamente el reloj. Sonrió, su pequeño hijo parecía un poco más inquieto de costumbre.— Diez minutos más...es casi la hora de la medicina de papá, ¿Por eso estás tan inquieto?, ¿Tratabas de decirme algo?.— Recibió un suave estimulo contra la palma, como una respuesta, el rubio no pudo evitar reír suavemente, estaba feliz, sin embargo persistía un extraño sentimiento en su pecho.Acababa de tener un sueño que había traído consigo lejanas emociones a las que creyó haber dejado tras y no estaba seguro de cómo debía sentirse.
Alejó cualquier pensamiento agitando la cabeza, decidió que era momento de levantarse y se dirigió a la cocina para poner a calentar un poco de sopa, era importante que Jungkook comiera algo antes de tomar su medicamento, el médico fue muy claro en ese detalle. Dejó la olla que había preparado horas atrás, en el fuego y volvió a la habitación del moreno, necesitaba comprobar su estado. Le preocupaba, su fiebre no había bajado en toda la noche y tampoco lo había hecho en la mañana. Abrió la puerta cuidadosamente. Él dormía tranquilamente, su respiración parecía un poco menos dificultosa, sin embargo su aspecto no había cambiado demasiado; le colocó el termómetro y mientras esperaba cambió el agua del recipiente y volvió a pasarle el paño por el rostro y cuello, limpiando las pequeñas perlas de sudor que le cubrían la piel.
Su piel aún irradiaba un intenso calor, le apretó la mano, el moreno ni siquiera se inmutó.— Treinta y ocho grados.— Murmuró con alivio, esto era una buena señal, su temperatura estaba bajando, sin embargo no podía bajar la guardia. La fiebre podía llegar a ser caprichosa, especialmente la que atacaba a Jungkook.
Volvió a la cocina y sirvió un pequeño tazón de sopa y un vaso de jugo sobre una charola donde también colocó las medicinas que el moreno debía tomar. Esperaba que al menos en esta ocasión él fuera capaz de tomar al menos la mitad de sus alimentos; la última vez casi tuvo que forzarlo a probar un poco, mientras lo escuchaba alegar insistentemente que su garganta dolía como el infierno y agitaba la cabeza para indicarle su rechazo.
Suspiró. A veces podía comportarse como un gran bebé, sin embargo también podía imaginar que era lo que Jungkook podría pretender con ese acto; no quería preocuparlo.
—Ese tonto.— Susurró con una sonrisa, no tenía que hacer esto.
Jadeó y su cuerpo pegó un respingo antes de que pudiera comenzar a avanzar. Alguien repentinamente llamaba al timbre, Jimin se aproximó a la puerta después de abandonar la charola sobre la mesa. ¿Un repartidor?, ¿La oficina?. Para su sorpresa, se trataba de la madre de Jungkook. La encargada del servicio la había llamado inmediatamente se enteró de la condición del moreno, parecía que era muy leal a ella. Lo cierto era que siempre tuvo la impresión de que a esa mujer tampoco le agradaba mucho. Se había preguntado cuando aparecería y ahí estaba, veinticuatro horas después. Pensó sarcásticamente que se trataba de una excelente madre.
Jimin reprimió el impulso de poner los ojos en blanco. La mirada de desdén con la que ella lo recibió fue tan típica que ni siquiera le afectó, ese se había transformado en algo similar a un saludo habitual de ella para él. Era casi una tradición. Lo que si le molestó fue la soberbia sonrisa que se formó en los labios de aquella mujer un segundo antes de apartarlo de la puerta y entrar
al departamento.—¿Cuál es la condición de Jungkook?.
Jimin cerró la puerta y suspiró. Era impresionante como una sola persona podía ser capaz de destrozar su buen humor con tan solo su presencia, ni siquiera parecía posible, pero estaba sucediéndole.— También me da gusto verla, señora...adelante puede pasar.— Jimin rodó los ojos, el sarcasmo en su tono de voz fue tan claro como el poco entusiasmo que sentía por verla después de un tiempo.— Su hijo está mejorando, lo único que necesita es descansar.— No la entretendría con aburridos detalles, ella odiaba los rodeos y él no tenía ninguna intención en alargar su "charla" tampoco deseaba que su visita se alargara.— ¿Hay algo más que desee saber?, Estaré feliz de responder.— También lo estaría de que se marchara lo más pronto posible.
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Breaking-off [Vminkook]
FanfictionUn plan de vida roto, una noticia que podría cambiarlo todo y la perspectiva de un nuevo comienzo. [Triangulo amoroso] ‼️EN EDICIÓN‼️