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—¿Quieres que te acompañe? Bonito. No tienes que hacer esto solo — Jungkook apoyó una mano sobre su hombro, la otra acunó tiernamente su rostro, parecía preocupado.

Estuvo lanzándole miradas fugaces mientras se vestían, pero no se habían atrevido a decir nada hasta ahora...tal vez porque también estaba avergonzado por lo que pasó, sin embargo estaba buscando la forma de reconfortarlo.

Esto no era su culpa, ninguno de los dos podría imaginar que terminarían amándose, jamás imaginaron que ese amor los llevaría tan lejos o que esto podría suceder...pero lo había hecho.

—No, tengo que hacer esto solo — respondió forzándose a sonreír, sin embargo su voz, tan suave y sin energía, delataba la aflicción de la que estaba siendo preso.— Puedo hacer esto.

Jungkook asintió dándole un beso en los labios. Lo estrechó con la fuerza de sus emociones, devolvió el calor a su cuerpo, pero no fue capaz de deshacer su aflicción y sólo creció cuando lo vió marcharse.

Esperó unos segundos, sentado sobre la cama, su mente era un caos de pensamientos, sus emociones se enterraban en su pecho. Estaba avergonzado, no sabía cómo hacer esto, no tenía idea de cómo hablar con Taehyung o que palabras usar. Pero no podía huir ahora.

Pasó mucho tiempo negando lo que había pasado aquella primera vez, tratando de olvidarlo, callando sin consideración.

Taehyung no merecía más mentiras, no merecía lo que le habían hecho, pero si merecía una explicación, merecía condenarlo, aborrecerlo y odiarlo desde lo más profundo...y todo lo que Jimin merecía era su desprecio.

No estaba preparado para esto, no quería hacerlo, dudaba, su cuerpo temblaba, tenía miedo, sin embargo reunió el poco valor que pudo y abandonó la habitación con pasos pesados.

Taehyung lo esperaba sentando en el sofá, estaba inclinado hacia el frente, los codos apoyados sobre sus muslos, las manos en puños y la cabeza gacha, miraba a ningún punto en específico del suelo. Parecía ausente, perdido en sus pensamientos y Jimin no tuvo el valor de llamarlo. Se mantuvo callado y con la cabeza hacia abajo.

—¿Desde cuándo? — murmuró alzando repentinamente la cabeza, el rubio se tensó, bajó rápidamente la mirada, pero volvió a alzarla sintiendo su corazón apretarse.

No había furia en los ojos de Taehyung, sólo derrota, desasosiego y un profundo dolor.

—Tres meses, nosotros...nosotros nos encontramos por primera vez...hace tres meses — confesó Jimin.

Tenía un nudo en la garganta que estaba sofocándolo, pero se forzó a sí mismo a que su amargura y vergüenza no tomaran el control, no podía llorar, no iba a hacerle esto a Taehyung...no cuando sabía que él estaba sufriendo mucho más.— Pero eso no significa que durante todo ese tiempo nosotros hayamos estado...

Tae soltó un roto suspiro de dolor, inclinó el cuerpo hacia el frente y apoyó las manos sobre sus tensos puños temblorosos.

Jimin lo observó en silencio a través de sus lágrimas, soportando los estremecimientos que nacían de los sollozos acumulándose en su garganta, su temor, negándose a llorar incluso si las lágrimas le quemaban como ácido, entonces Taehyung volvió a alzar la cabeza. No sereno, ni calmado, sino ahogándose en un dolor mucho más profundo que el suyo, y preguntó en tono fatal.

—¿Lo amas?

Ante esa pregunta, Jimin bajó la cabeza, lágrimas se deslizaron de sus ojos, frías y amargas. Le dolía el corazón. De nada le serviría mentir a estas alturas.

Breaking-off [Vminkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora