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—Hijo ¡No puedes hacer eso! ¡¿Te volviste loco?! — exclamó su madre con desesperación. Parecía frenética.—Cariño, no puedes aceptar esto, dile algo — dijo dirigiéndose al elegante e imponente hombre mayor sentado detrás del gran escritorio negro.

Sin embargo este no se inmutó ante la insistencia de la morena, observaba fijamente a su hijo, sin cambiar un solo ápice la severidad de su rostro.

—¿Estas completamente seguro de eso? Jungkook — preguntó él, su madre lo miró suplicante.

Entendía lo que ella quería decirle; aún podía cambiar de opinión, ella esperaba desesperadamente que lo hiciera, sin embargo ¿Qué clase de hombre sería si se atrevía a retractarse ahora?

No podía faltar a su palabra, no por orgullo, sino porque estaba seguro de lo que estaba haciendo.

—Lo estoy, padre, y no pienso retractarme — una exclamación de horror e indignación salió de la boca de su madre.

Soltó réplica tras réplica desesperada, pero Jungkook la ignoró, había pensado en esto desde que Jimin se marchó y los días que había pasado sin saber de él acrecentaron su decisión. No había ninguna duda en lo que estaba haciendo ahora y estaba seguro de que su padre podía verlo en sus ojos.

—Entiendo — el mayor tomó los papeles que le ofrecía y asintió de forma solemne con la cabeza.— Entonces, lo acepto.

—¡No! De ninguna manera, no puedes hacer eso — volvió a hablar ella.

Su madre esta horrorizada, en un shock tan grande que contrajo su expresión en una mueca que delataba su frustración e ira.

—¿Qué clase de juego es este? Jungkook ¿Qué es lo que ese niño te ha estado diciendo otra vez? ¿Cómo puedes dejar que te lave el cerebro así?

Jungkook le hizo una reverencia, su padre respondió con un asentimineto de cabeza y un gesto que, de alguna manera, le pareció una ligera sonrisa.

—Gracias padre — miró a su consternada y moelsta madre he hizo un movimiento de cabeza como despedida para ella.

Sabía lo que estaba pensando, pero ella nunca lo entendería aunque tratara de explicarle su resolución. Nunca lo hizo antes.

—Madre — se despidió.

Pero ella no iba a darse por vencida tan fácilmente ¿Verdad? No le extrañó que ella saliera corriendo detrás de él cuando abandonó la imponente oficina de su padre.

Sonrió, ella no podría arruinar su humor. Estaba hecho y, por extraño que pareciera, estaba completamente satisfecho con la decisión que había tomado.

Solo quería a Jimin de vuelta, quería merecerlo, que entendiera que era lo más importante para él, y sobre todo, quería amarlo como merecía cada día de sus vidas.

Y rogó porque no fuera tarde para hacerlo, porque aún le permitiera una oportunidad para mostrarle todo lo que lo amaba.

*

El balón voló en el cielo ante los asombrosos ojos de los gemelos y los molestos de Jimin, sin duda se había elevado a una altura impresionante, ciertamente podía llegar a ser el motivo de asombro, pero no para el rubio ¿Cuántas veces había pasado ya?

Hobi no parecía comprender que estaba jugando con dos niños pequeños, que estaba embarazado o ser consiente del espacio tan abierto en el que se encontraba ¿De dónde rayos obtenía tanta energía?

—¿Vieron eso? Niños ¡Todavía tengo el toque! ¡Soy increible! — exclamó Hoseok.

Bañándose con los elogios de los niños que le pedían a gritos, y pequeños aplausos, volviera a golpear el balón. Los ojos de ambos brillaban con intensidad, de la misma forma que los del mayor.

Breaking-off [Vminkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora