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Actualidad

"Por favor"

Jimin abrió los ojos lentamente, lágrimas se deslizaron de sus comisuras, entorpecían su visión y envolvía en su pecho enfría amargura ¿Dónde estaba?

No reconoció la habitación en la que se encontraba, pero si recordaba el dolor y con ello volví a la angustia de verse a sí mismo colapsando. Apretó los párpados, sentía el cuerpo pesado, le dolía la cabeza.

Volvió a abrirlos y un rostro conocido apareció en su campo de visión; el doctor encargado de su embarazo. Éste le sonrío gentilmente, acarició su cabello con ternura y le ayudó a sentarse con ínfimo cuidado.

—¿Qué pasó? ¿Está bien mi bebé? — susurró, antes había mucho dolor.

Jimin sintió su cuerpo estremecerse. Angustia pasaba por su garganta, respirar comenzaba el volverse cada vez más difícil. Tratando de moverse desesperadamente en la cama infructuosa en búsqueda de levantarse. Su bebé estaba bien ¿Verdad? Tenía que estar bien, tenía que estarlo.— Por favor, mi bebé....

—Tranquilo — el doctor tomó su mano entre las suyas y le sonrió conciliadoramente.

Jimin le suplicaba con la mirada, rogaba por una respuesta, porque le dijera que todo iba estar bien. Necesitaba escucharlo o esa angustia iba a enloquecerlo.— Tuviste una amenaza de aborto, logramos controlarla a tiempo...todo está bien ahora, te lo prometo.

¿Todo está bien? Jimin apoyó la espalda contra el cabecero de la cama y sollozó tratando de ahogar el sonido cubriéndose la boca con la mano.

Todo lo que había sucedido en la tarde se enterraba en su pecho, el dolor que no podía soporta, ese que lo vencía lentamente antes de que siquiera pudiera comenzar a pelear, el que lo llenaba de horror. Aún perduraba en su corazón y sus ojos se llenaron de lágrimas, buscaban liberar la angustia atorada en su garganta.

Creía que podría haberlo perdido, creyó que lo perdería para siempre. Estaba aterrado, se sentía como si estuviera muriendo lentamente en ese momento, como si algo en su interior estuviera diciéndole que era inútil, que era el final.

Pero Jimin no quiso aceptarlo, no podía hacerlo y luchó contra esa pared invisible hasta que divisó el primer rayo de luz, sin embargo, sabía que esto podría no ser el final.

—¿Podría volver a pasar?

—No es muy común que ocurra después del tercer trimestre, pero yo te recomendaría bajar un poco tus niveles de estrés, parece que has estado bajo mucha tensión últimamente — dijo él mientras comprobaba sus signos vitales, le tendió un pañuelo.— Puedes irte mañana, por ahora me gustaría que descansaras aquí ¿Esta bien?

—Si, está bien — respondió, iba a sentirse inquieto si se marchaba ahora. No sabía si podría estar solo en casa esperando por algo que no sabía si volvería o no a ocurrir. Le devolvió el pañuelo, pero el doctor lo rechazó con una sonrisa.— ¿Quién me trajo hasta aquí?

No recordaba lo que había pasado, trataba de hacerlo, pero todo resultaba borroso y confuso en su mente, sus ideas estaban envueltas.

—Él vendrá a verte pronto, esta muy preocupado por ti — respondió él, anotaba sus datos sobre una hoja de papel y asentía a estos con una sonrisa. Parecía que todo estaba en orden por el momento.— Llámame si necesitas algo, una enfermera va a venir a verte más tarde ¿Ok? Trata de descansar — sonrió de un modo muy paternal.— Todo va a estar bien...lo hiciste bien, fuiste muy fuerte.

El doctor le regaló una última sonrisa y una caricia sobre la cabeza antes de abandonar la habitación.

Entonces Jimin suspiró, al mismo tiempo que apoyaba una mano sobre la pequeña curva que se había formado durante el pasar de los días. Sonrió con ternura, se sentía feliz de haber llegado a tiempo al hospital, sin embargo no estaba tranquilo, no estaba seguro de lo que iba a pasar a partir de ahora.

Tenía frío, trató de cubrir su vientre con las mantas buscando que su pequeño bebé se sintiera cálido y protegido, pero no puedo hacer nada con la soledad que le hacía un hueco en su pecho. Se frotó los hombros, no quería pensar, no quería sentir nada y ahí, solo en silencio, aguardó la llegada de Taehyung.

Sin embargo, no fue él quien entró a la habitación.

—Jimin, bonito ¿Cómo te sientes? — parpadeó.

Jimin no pudo ocultar su confusión y sorpresa al ver a Jungkook aproximarse apresuradamente en su dirección.— Me asusté mucho cuando te vi tendido en el suelo, parecía como si estuvieras sufriendo mucho, estabas...estabas llorando — su rostro parecía afligido, su aspecto era un desastre que lo hacía ver frenético y desesperado. Se sentó sobre el borde de la cama, le acunó el rostro.— ¿Jimin?

Estaba confundido. Abrió la boca, pero sus labios sólo fueron capaces de tomar unas cuantas bocanadas de aire antes de poder formular palabras.

—¿Por qué tu...? ¿Por qué estás...

No quería desestimar su preocupación, parecía que estuvo pasándolo muy mal en todo este tiempo, pero Jungkook era la última persona que esperaba ver.

Ni siquiera había respondido al teléfono antes y parecía muy difícil de creer que hubiera sido él quien fuese a buscarlo, incluso cuando ese debió haber sido el caso si estaba ahí ahora.— ¿Por qué estás aquí? Creí que...

—Que Taehyung te había traído, supongo — completó Jungkook.

Retiró suavemente la mano de su rostro, sus labios se apretaron en una mueca difícil de leer. Taehyung no le gustaba, sin embargo no tenía idea sobre si estaba o no molesto por su confusión.— Llegamos al mismo tiempo, está esperando afuera — suspiró.— Tus padres también están aquí, Suga llamó...

—Entiendo, todos.

Jimin suspiró y automáticamente cerró los ojos. Ahora todos lo sabían ¿Verdad? Había estado evitando especialmente a sus padres desde que se desató aquel molesto escándalo.

Ellos tampoco dijeron nada, probablemente tenían la intención de darle su espacio. Quería encontrar el mejor momento para hablar con ellos, tenía la intención de buscarlos después de su tercer trimestre, pero como siempre las cosas nunca resultaban como esperaba y probablemente debía comenzar a creer en el karma.

Siempre le resultó una idea absurda, sin embargo tampoco parecía imposible ¿No?

—He estado pensándolo mucho y esto que acaba de pasar...creo que lo mejor es que vuelvas a casa, nuestra casa — susurró Kook al tiempo que se permitía tomarle de la mano.

Jimin abrió abruptamente los ojos, pero no rechazó su contacto.— No puedes vivir solo...no puedes hacer esto solo, déjame cuidarte...a ti y a nuestro hijo. Volvamos a vivir juntos — Jungkook le miró suplicante, preocupado. Apretaba su mano con fuerza entre las suyas, pero también con gentileza.— Te extraño cada segundo, quiero volver a ver tu rostro durmiendo todos los días, extraño tu mal humor cuando te despierto en las mañanas, tu sonrisa...tu risa, tu calor. Te extraño tanto que duele, tanto que creo que me volveré loco...Jimin, mi amor, por favor.

Jimin también lo extrañaba, extrañaba todo eso y más, pero también habían algunas otras cosas que no.

Breaking-off [Vminkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora