L'inciampo dell'amore // Damiano David

CAPÍTULO 20

Había vivido una de las semanas más caóticas y ajetreadas de mi vida en Nueva York, salir con un famoso era un poco agotador pero soportable.

Estábamos yendo camino a Los Angeles, o eso creíamos nosotros. Mi tío Alessandro que nos acompañaba, nos dio la noticia de que el grupo iba abrir el próximo concierto de los Rolling Stones en Las Vegas. Así que efectivamente no íbamos a Los Angeles aún.

Todos estaban impactados ante tal noticia. No lo asimilaban. Hasta yo tampoco lo asimilaba. Iba a ver a Damiano, brillando en aquel escenario. Iba a ser el primer concierto suyo que iba a presenciar.

[...]

A medio trayecto se quedaron todos totalmente dormidos menos mi tío y yo. El se giró a mirarme, así que supuse que me hablaría.

— ¿Que tal con el? — Dijo señalando a Damiano.

— Muy bien. Estamos muy bien juntos.

— Y tú que decías que no ibas a salir con el... Ahora te tiene comida hasta los huesos. — Río.

Reí con él porque me acordaba de lo que le dije aquel día.

— Tío... Una cosa, mamá me ha dicho que ir a visitarla cuando acabe el viaje. ¿Crees que Damiano querrá venir conmigo a Madrid tres o cuatro días?

— Quizás si, quizás no. Tienes que decírselo. — Dijo sonriéndome.

Quedaba una semana, y él aún no sabía lo de Madrid. Mierda.

Sentí que Damiano se movía, y automáticamente me calle. Hablaría con él cuando llegásemos a Las Vegas. Cuanto más pronto mejor.

[...]

Los chicos tenían que ir a ensayar, pero yo, antes tenía que hablar con Damiano, así que lo pare a medio pasillo de aquel lugar.

El se giró y me miró.

— ¿Podemos hablar? Tengo que comentarte una cosa, Damiano.

Él miró hacia los lados, y después me cogió del brazo. Nos metió en la primera sala que vio disponible.

Cerró la puerta detrás suyo y se acercó a mi.

— Dime, amore.

Cogí aire.

— Cuando acabe el viaje en Estados Unidos, tú y yo, no volveremos a Roma aún.

El arqueo la ceja como preguntando a qué me refería.

— Hace meses que no veo a mis padres, y echo un poco de menos Madrid. El otro día hablé con mi madre y quiere que vayamos a verla. Si tú quieres, claro.

El suspiró.

Había sido mala idea decírselo.

— Me encantaría ir contigo a Madrid, es más, voy a ir contigo a Madrid. No te niego que pienso que es pronto para conocer a tus padres, pero, si la oportunidad no vuelve a darse, pues ya habríamos ahorrado trabajo.

Sonreí, quizás sí que me esperaba que dijese que si por una parte.

Tocaron a la puerta y cuando vimos quién era nos quedamos helados. El mismísimo Mick Jagger estaba hablándonos.