Narra Sofía:
La claridad que entraba en mi habitación era visible. Abrí los ojos y me encontré con Damiano mirándome fijamente.
— Estas muy guapa cuando duermes, amore.
Me sonroje ante sus palabras. El no se daba cuenta que era igual de precioso.
Mire mi móvil y vi claramente que hoy nos íbamos otra vez para Roma, volvíamos a casa. El vuelo salía esta noche, así que tendríamos que recoger ya nuestras cosas y acabar de disfrutar el día.
Bajamos sigilosamente hacia la cocina y ahí nos encontramos con mis padres, los cuales charlaban alegremente. No dudamos en unirnos a la conversación.
Desde hablar de la fama de Damiano hasta hablar de mi nueva vida en Roma, no nos faltó absolutamente nada.
[...]
Cuando cayó la oscuridad del día, indicaba que era nuestra hora de irnos. Llevábamos ya un rato dando vueltas por el aeropuerto con mis padres, hasta que por fin por la dichosa megafonía se anunció nuestro vuelo.
Mi madre me dio un abrazo muy cálido.
— Espero que todo te siga yendo igual de bien, cariño. Estoy tan orgullosa de la vida que estás formando ahi, y sé que serás feliz. — Besó mi frente. — Cuida mucho de ti, y de Damiano también, os quiero ver viniendo a los dos juntos de vez en cuando.
Sonreí ante sus palabras y la abracé otra vez. La quería muchísimo.
Mi padre, el cual ya se había despedido de Damiano, vino hacia mi, y también me abrazó.
— Cuida de este chico, hija, no sabes la suerte has tenido con el. — Rió. — También cuídate tú, que sé que lo harás.
Lo abracé fuertemente. También lo quería mucho.
Cogimos las maletas y nos fuimos dirección al avión. Estaba temblando como siempre, pero sentir el calor de Damiano, me tranquilizaba.
Cuando estuvimos ya en el aire, el paso si brazo por encima de mis hombros para que yo estuviese tranquila. Acaricio mi cabeza y mis brazos también para eso.
— Que sepas que he pasado los mejores tres días en Madrid, gracias a ti.
Sonreí ante eso, y me acerqué a su oído.
— Te quiero, Damiano.
El sonrió, y también se acercó a mi oreja.
— Yo también te quiero, Sofía.
[...]
Los chicos se habían tomado la molestia de venirnos a buscar para después salir de fiesta.
Primero paramos en casa de Damiano, el cual dejó su maleta y cogió su ropa para salir, y luego fuimos a la mía.
Mientras yo me arreglaba, Victoria me estaba deshaciendo la maleta.
— Dios, tía, entiendo que vuelvas a Damiano loquisimo. — Susurró.
— ¿Porque le vuelvo loco? Según tu, claro. — Dije riendo.
— ¿Tu has visto el culo que tienes?
Me puse colorada y automáticamente le tire un cojín de la cama.
— ¡Joder Victoria! ¿Pero tú en que te fijas?
— Haber, que me gustan las mujeres también, normal que me haya fijado en ti.
Me puse más colorada aún. Menuda mujer había ido yo a meter en mi habitación.
Di los últimos retoques a mi maquillaje y finalmente salimos de la habitación.
Ella iba con un crop top y una falda rojos a conjunto. Nunca podían faltar tampoco sus botas.
Yo iba casi igual que ella, solo que mi conjunto era negro. Yo llevaba unos tacones de aguja que había comprado en Nueva York.
Cuando estuvimos abajo finalmente salimos en dirección a un pub cercano a aquí.
En la entrada dos hombres que prácticamente me sacaban dos o más cabezas y medían el triple que yo, no paraban de mirarme, de arriba a abajo. Miraban hasta mi escote.
— ¿Tú que miras, enfermo? — Preguntó Damiano a uno de ellos.
— Nada nada. — Tosió. — Pueden pasar, adelante.
Damiano paso su brazo encima mío al entrar, pero luego lo quito por si a caso nos fotografiaban.
El y yo no pedimos nada cargado, no nos apetecía, pero Ethan, Thomas y Victoria si que lo hicieron, así que ya sabíamos a quienes nos tocaba conducir de vuelta.
A pesar de la música alta en aquella pista de baile, logramos escuchar a dos chicas hablar detrás nuestro, hasta que se acercaron a nosotros.
— Ay, Damiano. ¿Podemos hacernos una foto contigo?
El acepto sin problema a hacerse la foto con aquellas chicas. Lo que menos me esperaba es que fuesen a hablarme a mi.
— ¿Tú eres Sofía, verdad? ¡Nos encantan tus cuadros y como dibujas!
— Ay, muchas gracias, chicas. — Dije riendo amistosamente.
— ¿Podemos hacernos una foto también contigo?
Yo asentí y me hice la foto con aquella chicas. Wow, mi primera foto con alguien que conocía mi trabajo.
Nos despedimos de ellas y fuimos a sentarnos en la mesa donde estaban nuestras bebidas.
— ¿Como se siente la fama, cariño mío? — Dijo Damiano riendo.
— Que fama ni que nada, Damiano. Casi nadie conoce mi trabajo.
— Eso dirás tú. Porque sabes que a mi me encanta, y a tus más de ocho mil seguidores también.
— Bueno, un poco de razón si que tienes, pero tampoco es para tanto. — Suspiré.
— Anda, no te frustres. — Dijo acariciando mi pierna.
[...]
Eran casi las cuatro de la mañana y todos iban borrachos menos nosotros dos.
Tuve que dejarlos que se quedaran a dormir en casa ya que era la que más cerca quedaba. Thomas acabo en el sofá ya que fue el primer sitio que pilló. Ethan y Victoria acabaron en la habitación de invitados con bastante esfuerzo, y nosotros dos acabamos en mi habitación.
Me dolían los pies de tanto tiempo de pie hoy. Estaba molida sinceramente.
Decidí sacarme toda prenda de ropa y meterme en la cama. El contacto de la piel con mis sábanas era muy cálido.
Damiano al ver como estaba yo, hizo lo mismo.
Masajeo mi espalda durante un buen rato, mientras intentaba hablar con él y mantener una conversación, pero sin duda las cuatro de la mañana no era una buena hora para eso.
No sé cuantas veces le dije que lo quería en menos de cinco minutos. Eran cosas de mi cansancio y era consciente, pero él simplemente se dedicaba a seguirme el rollo como si nada, hasta que por fin me quede completamente dormida.
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L'inciampo dell'amore // Damiano David
FanfictionMadrileña y artista. Esa es Sofía. Una joven de apenas veinte años que ha decidido mudarse a Roma para perseguir su sueño de ser artista. Nada más llegar a Roma, decide salir a descubrir sus calles, pero en un despiste choca con un elegante chico, e...