CAPÍTULO 21

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Los últimos retoques y ya salían. Estaban todos nerviosos, pero yo, sabía que iban a romper aquel escenario.

Iban vestidos iguales, con un traje con la bandera estadounidense, cortesía de la estilista del grupo. Damiano, estaba guapísimo, y relucía a más no poder. Las botas que se puso, lo hacían verse mucho más alto de lo que era, yo a su lado era enana en comparación.

No paró de meterse conmigo por eso, y yo no paré de mirarle mal hasta que decidió parar.

Estábamos todos esperando que mi tío les diese las salida.

— Espero que este sea uno de los mejores conciertos que demos, estoy muy nervioso. — Dijo Damiano abrazándome.

Yo le acaricié la espalda a modo de que se tranquilizase, y creo que dio resultado. Escuchamos unos pasos detrás, y ya sabíamos quien era.

— ¡Arriba del escenario chicos! — Gritó mi tío.

Ellos dieron un largo suspiro de nervios, y finalmente, Damiano dejó un ligero beso en mis labios y se fueron.

[...]

Durante todo el concierto que dieron, tuve al mismísimo Mick Jagger a mi lado hablándome como si me conociese de toda la vida. No paraba de decir que los chicos le encantaba, y que Damiano le recordaba mucho a él cuando era más joven. Yo intentaba ocultar mis nervios, no asimilaba que tal estrella me estaba hablando.

Tampoco asimilaba tener a tal artistazo como pareja. La presencia escénica de Damiano y su voz, era la perfección en persona. Las canciones eran súper pegadizas, y sin duda las acabé cantando bajo las atentas miradas que Damiano me iba echando. Había estado espectacular y sin duda iba a decírselo.

Mick se movió de mi lado dirección al escenario, eso significaba que habían acabado.

Un Damiano bastante alegre corrió hacia mi, y me levanto haciendo que enrollara las piernas por su cintura. Segundos después me besó como nunca bajo la atenta mirada de todos.

— Esto ha sido de lo mejor, y más, si te he tenido aquí. — Dijo separando sus labios de los míos.

Yo sonreí y le acaricié la cara como pude. Estaba muy orgullosa.

— Eres una estrella que brilla en cualquier ocasión, no lo dudes nunca, amore.

Volvimos a abrazarnos y luego el me bajo. Me dejo en el suelo y luego fue a abrazar a sus compañeros. Mi tío se acercó a mi.

— Cuando te dije que era la persona más pura que ibas a conocer es por esto. Es como un niño pequeño atrapado en el cuerpo de un adulto.

Yo reí ante esa última frase.

— No te equivocabas. Es la persona más pura, y más buena que quizás, he conocido en toda mi vida. Lo quiero tanto.

El antes de ir a cambiarse me guiñó el ojo.

[...]

Las discotecas de Las Vegas eran una fantasía. Menos mal que Victoria había tenido la idea de salir después del concierto.

Ella y yo, habíamos echo muy buenas migas en esta semana, y me encantaba. Era la única amiga que había conseguido desde que había llegado a Roma.

Estábamos bailando en la pista de baile bajo la atenta mirada de los chicos, pero no nos importaba.

Narra Damiano:

Victoria y Sofía se habían ido a bailar y yo no podía quitarle los ojos de encima a mi chica. Es tan jodidamente sexy.

Sentí que alguien me movió, y se alguien fue Thomas.

— Cierra la boca que se te cae la baba. — Dijo riendo.

Yo le enseñé el dedo del medio. El volvió a reír, pero luego desvió la mirada hacia las chicas, y entonces volvió a hablar.

— Tío, sin duda te has ganado el cielo con esa chica. Guapa, sexy, y encima buena persona.

La sangre me hirvió ante esa descripción, pero quise pensar que era el alcohol. Así que pase de lo que había dicho.

Ethan también se animó a mirarlas segundos después. Estos dos estaban desesperados.

Empezó a sonar una canción bastante bailable y mi mirada seguía encima de ella. Bailaba de una manera muy sexy, al igual que Victoria. Estaban bastante pegadas.

No voy a negar que ese echo, había provocado que los celos saliesen a flote, pero por otra parte, esto me ponía, y muchísimo.

Ella me miró y me guiñó el ojo.

Dios, está mujer.

Después, me mandó un beso.

Yo había dejado de respirar ahí, me tenía demasiado loco.

[...]

Un poco tarde y pasadas de copas, tuvimos que sacar a Sofía y Victoria de aquella discoteca. No había manera, hasta que lo conseguimos.

Con dificultad llegamos caminando al hotel, que tampoco quedaba tan lejos.

Ella solo reía ante todo, la típica risa de borracha. Aunque también, estaba monisima.

Más de una vez subió el tono de su risa y tuve que hacer que lo bajara, el plan específicamente esta noche no era que medio hotel supiese que mi novia andaba borracha por ahí.

Las metimos en el ascensor como pudimos y cuando llegamos a nuestra planta también las sacamos como pudimos. Parecía que la energía se les había acabado de la nada.

— Ethan, llévate a Vic a tu habitación. Por favor, no la dejes sola. — Dije mirando a aquellos dos.

Victoria era mi mejor amiga sin duda, y estando así no quería que estuviese sola.

Ethan asintió ante mi sugerencia.

Yo cogí a Sofía en brazos y la lleve a nuestra habitación. Cuando llegamos, busqué una de mis camisetas y la desvestí para que estuviese cómoda.

Ella soltó un par de barbaridades durante eso, yo me reí, pero no iba a seguirle el rollo en este estado.

La dejé tapada en la cama mientras yo iba a cambiarme al baño. Me lave la cara y también me desvestí quedando así en ropa interior.

Sin hacer mucho ruido salí del baño, y dejé mis cosas encima de la maleta que estaba tirada en el suelo.

Mire a la cama y la vi dormida abrazada a la almohada. Estaba con una pierna en un lugar y con la otra en otro, además de que tenía la boca ligeramente abierta.

Reí, se veía tan guapa y a la vez tan graciosa que no pude evitar hacerle una foto.

Me dejé de tonterías y finalmente me metí en la cama con ella.

L'inciampo dell'amore // Damiano David Donde viven las historias. Descúbrelo ahora