¿Contra que quiero que me ponga?
El jardín me parecía una muy buena opción para hacerlo.— ¿No te apetece hacerlo a la luz de la luna, amore? — Susurré en su oreja.
Sentí como se mordía el labio y me agarraba aún más fuerte contra su cuerpo.
— ¿Y los vecinos? — Susurró esta vez el.
— Que le jodan a los vecinos, tienen que aprender a ver arte ante sus ojos.
El río por lo bajo, y después agarró mi mano para arrastrarme hasta el jardín.
Él se sentó en el suelo, y me obligó a sentarme encima suyo, para así poder agarrar con ansia otra vez mi culo.
Solté un jadeo ahogado al sentir sus manos ahí, dios, me encantaba.
— Me da a mi que vas a tener que estar calladita si quieres que no nos pillen.
Asentí, y me propuse desde mis adentros hacer el menor ruido posible, pero a veces podía ser inevitable.
Sus dedos esta vez me recorrieron entera, hasta llegar a la doblez de mi camiseta, la cual sin piedad me quitó para quedar totalmente expuesta a él ya que no llevaba nada debajo.
— ¿Así que ya estabas preparada, no?
— Obvio, sabía perfectamente que esta noche iba a ser puro fuego, porque te conozco, o mejor dicho, nos conozco.
Río amargamente y después cambió nuestras posiciones. Yo quede totalmente estirada en el suelo mientras él estaba encima mío.
Empezó a dar besos por la zona de mi bajo vientre, hasta que llegó a mis pechos y empezó a masajearlos lentamente.
Con todas mis fuerzas reprimí mis gemidos y jadeos, me estaba muriendo por dentro.
Después, empezó a bajar hasta mi entrepierna. Beso mis muslos un par de veces mientras me miraba seductoramente.
Poco a poco empezó a bajar mi ropa interior, y después la tiro a saber dónde. Tampoco me fije mucho.
Hundió su cara entre mis piernas y empezó a lamer y succionar aquella zona extremadamente sensible.
No tarde en arquear la espalda del placer, porque hacía demasiado bien su trabajo ahí abajo. Su lengua sabía demasiado.
Estuve a punto de llegar, pero el paro automáticamente, y salió de ahí abajo mirándome igual que antes. Sabía perfectamente lo que quería.
Él se quedó en su posición tal y como estaba, y yo tuve que agacharme aún más, para así poder agarrar su gran longitud.
La introduje hasta donde mi garganta me permitió, y escuché un leve gruñido por su parte. Después, lo mire desde mi posición para poder ver la cara de placer que tenía, pero también me encontré con su mirada.
— Estas tan guapa ahí abajo, o mejor dicho, estás tan jodidamente sexi. — Gruñó.
Seguí haciendo mi trabajo mientras escuchaba como retenía sus gruñidos a más no poder.
Jugué su misma jugada, y paré antes de que llegara. El agarró mi cara y me susurró una cosa.
— Parece que sigues mis pasos, así me gusta, amore.
Yo reí ligeramente, para luego ponerme encima suyo, y volver a besarlo después de tanto rato.
El agarró mis caderas, y automáticamente me bajo de golpe hasta quedar totalmente dentro de mi.
Empecé a moverme de arriba a abajo,y a veces cambiaba a otros movimientos, para darnos el placer máximo.
Mis uñas estaban clavadas en sus hombros, pero finalmente acabaron en su espalda. Esto iba a dejar unas marcas muy buenas.
Hubo un momento en el que nos acompasamos, logrando encontrar la harmonía entre tanto placer.
Unimos nuestras miradas, y así fue cuando llegamos a nuestra cumbre, y caímos rendidos en aquel césped.
El se levantó unos segundos después y me agarró en brazos hasta el baño.
Habíamos acabado realmente sucios de haberlo echo en aquel suelo, y el único remedio que encontramos fue meternos en la ducha juntos.
Yo le lave el cuerpo y el pelo, y después el a mi. Habíamos pasado de hacerlo como unos locos a protagonizar una escena súper mona.
Recién salidos de la ducha, cada uno hizo lo que solo hacer antes de irse a dormir, pero mi me entró la risa cuando vi la espalda de Damiano, estaba llena de marcas de mis uñas, y algún arañazo.
Me reí fuertemente, y él me miró extremadamente raro ante eso.
— No quieras verte la espalda, parece que te haya atacado un tigre.
El puso cara de no entender nada hasta que me pidió una foto de su espalda y sin dudarlo se la hice.
— Joder. ¿Pero tú que eres una tigresa o que?
Reímos los dos juntos ante eso. Menuda obra de arte había echo.
— Te has pasado, tía.
Volví a reír ante lo ultimo que le había añadido a esta frase, este "tía" me había echo demasiada gracia al salir de su boca.
Él volvió a mirar la foto bien. Después me miró otra vez.
— ¿Te importa que la suba a historias? Este momento tiene que quedar inmortalizado.
— ¿No crees que es un poco arriesgado? Así todos automáticamente adivinaran que estas con alguien.
El elevo los hombros en signo de indiferencia.
— Pues que lo sepan, total, te recuerdo que en menos de un mes, lo nuestro será publico.
Se me había olvidado entre tanto placer, los MTVEMAs y los AMAs, ahí se iba a dejar claro públicamente que estábamos juntos.
— Me acuerdo, no te preocupes.
Después de eso fuimos a estirarnos a la cama los dos juntos.
[...]
Empezamos a hablar un poco de todo hasta que casi quede en ridiculo delante suyo.
— ¿Te he dicho alguna vez que tengo dos gatos?
Reí ante eso.
— ¿Como que tienes dos gatos, Damià? ¿Y yo porque nos los he visto?
El río.
— Porque siempre que vienes a casa, son días que he llegado recientemente de viaje, y siempre se los dejo a mi hermano.
¿Hermano? ¿En qué momento?
— ¿Desde cuando tienes un hermano?
El me miró sorprendido.
— Desde que nací, ¿a caso no me has investigado como yo a ti?
Negué completamente. No se me había pasado por la cabeza hacerlo, y con eso caí que no sabía casi nada del pasado de Damiano, y de cosas actuales. Tenía redes sociales, pero tampoco estaba muy pendiente de ellas, solo cuando publicaba fotos de nuevos cuadros.
— Lo siento. — Susurré.
— No lo sientas, no hacía falta que lo hicieras. Simplemente es que yo sí que te investigue a más no poder cuando supe que Alessandro era tu tío. Digamos que el me ayudó.
Reí ante eso, mi tío era de lo que no era.
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L'inciampo dell'amore // Damiano David
FanfictionMadrileña y artista. Esa es Sofía. Una joven de apenas veinte años que ha decidido mudarse a Roma para perseguir su sueño de ser artista. Nada más llegar a Roma, decide salir a descubrir sus calles, pero en un despiste choca con un elegante chico, e...