42.

328 83 2
                                    

De todas las respuestas que pudo haber esperado, la que le dio el hombre fue la que menos se esperó.

—Su majestad, el capitán se encuentra en la sala de curaciones. —le había informado aquel hombre.

Desde que escuchó  “sala de curaciones” el corazón de Saur dio un vuelco tan fuerte que por esos momentos sintió que no podía respirar correctamente.

¿En la sala de curaciones?
¿Había estado en el campo de batalla sin informarle primero de su idea?
¿Tendría alguna herida grave?
Si era así, jamás se lo podría perdonar.

Todo lo que venía a su mente eran escenarios fatídicos y recuerdos de la muerte de su padre en guerra, pero temiendo que habría pasado lo mismo con su hermano. Es por eso que se apresuró a ir él mismo a la sala de curaciones para encontrarlo, asegurarse que estuviera bien, decirle a la cara todo lo que le acababa de informar Ivrisia, y  quizá encontrar una solución.

Al llegar allí se encontró un completo caos.
Soldados gritando, otros demasiado silenciosos que hasta dolía e incluso algunos de sus hombres con miembros amputados. Sin duda eran imagenes difíciles de ver y el único consuelo que podía tener es que las perdidas fueron muchísimas menos de las esperadas a pesar de lo espontáneo de la guerra que se avecinó en su contra.

Iba buscando a su hermano entre los heridos y los muertos, deseando que no se tratara de nada grave, pero su corazón volvió a estar un poco menos tranquilo cuando lo encontró sentado al fondo, mientras que uno de los galenos le sacaba una flecha del mismo sitio donde tenía la herida que le habían hecho hace unos días.

Saur pudo soltar el aire que había estado reteniendo desde que escuchó que su hermano se encontraba ahí y caminó rápidamente para encontrarse con él e informarse bien de la situación, a ver si había algo más aparte de lo que se veía a simple vista.

—Hermano. —le dijo Saur.
Wonho lo miro sorprendido de verlo allí.

—Hermano, ¿Qué haces aquí? —le pregunto Wonho en respuesta al ver que el propio rey estaba en la sala de curaciones.

—¿Qué hago aquí? —le preguntó un poco enfadado, aunque en realidad esa emoción cubría lo que realmente estaba sintiendo, que era preocupación. —¿Cómo crees que esté si me entero que mi hermano estuvo en el campo de batalla sin informarme, y además que salió herido y se encontraba en la sala de curaciones?

Wonho asintió silenciosamente y pintó una leve sonrisa en sus labios.

—¿Estas preocupado por mi? —preguntó para molestarlo un poco.

—¡Pues claro que estaba preocupado por ti! —le expresó. —Eres mi único hermano... —susurró con un poco de melancolía, y al notar que su mente estaba llenándose de recuerdos de su padre, prefirió hablar con el galeno. —¿Cómo esta?

El galeno expresó sus respetos al rey y procedió a contestar.

—No es grave, sólo le dieron en la herida de antes y la abrieron. Le sacamos la flecha, y por suerte no tuvo hemorragia. —le explicó.

Saur suspiró profundamente al imaginar el dolor que sentiría su hermano al recibir una flecha justo en una herida que ni siquiera había terminado de cicatrizar.

—¿Me estabas buscando? —le preguntó el capitán mientras volvía a colocarse la ropa cuidadosamente sobre su hombro herido.

El rey no respondió inmediatamente a su hermano, en cambio volvió a dirigirse al galeno.

—¿Has terminado? –le preguntó, ignorando la pregunta de su hermano. El hombre contestó con un asentimiento, por lo que Saur miró a su hermano y se dio la vuelta. —Hablemos en un lugar mas privado. —le dijo esperando que el capitán lo siguiera.

Timeless Donde viven las historias. Descúbrelo ahora