Timeless

17.

El tiempo que paso con las costureras, confeccionando un nuevo pijama, fue mas de lo que él imaginó. Parecía que las mujeres encargadas de hacer el patrón del nuevo diseño, no comprendían o no querían entender lo que él quería a pesar de que se tratara de algo tan sencillo como un pijama, incluso llegó a pensar que no querían entenderle a propósito, en el sentido que no llegaban a comprender por qué un príncipe, una persona de su título y categoría, solicitaba ese tipo de ropa tan extraña y fea al parecer de ellas. Saur por su parte trataba de entender lo que decía y se lo explicaba a las mujeres, aunque tampoco parecía muy convencido de que el príncipe usara aquella ropa rara.

Finalmente y después de mucho tiempo decidieron que el patrón del nuevo pijama del príncipe Hyungwon había finalizado, ya solo faltaban que lo confeccionaran y le quedara a la medida y como él quería.

Cuando salieron de ahí, el cielo ya era oscuro. Había pasado básicamente lo que quedaba de su día, con Saur y con aquellas mujeres, entonces suspiró al pensar en que fue muy tonto en perder el tiempo aún cuando había mencionado vagamente que visitaría al capitán después de lo que suponía que sería una visita rápida con las costureras.

Aún así, quería buscar a Wonho cuando por fin había quedado libre, pues todavía se sentía muy mal de haberlo rechazado de alguna manera y haberlo lastimado aún sin saber por qué.

— ¿A dónde va? —le preguntó Saur al verle dirigirse a la dirección contraria de las salas principales del palacio.

La intención de Hyungwon era ir a las caballerizas, pues a pesar de su miedo a los caballos, sabía que Wonho probablemente estaba en aquel sitio y que él poco a poco estaba superando su miedo, todo para buscar a Wonho.

— Por ahí... —respondió sin ánimos de explicar, entonces Saur lo detuvo.

— Es muy tarde, alteza. Deberiamos cenar e irnos a nuestros aposentos a descansar. —le sugirió.

Hyungwon entró en duda, no sabía qué debería hacer, pero después de pensarlo supuso que quizás Wonho también se encontraría cenando en el comedor a esa hora y que después de la cena podría disculparse.

— Sí, tienes razón... —contestó devolviendose a la dirección indicada por Saur.

Juntos caminaron hacia el comedor, pero cuando llegaron se encontraba vacío. Bueno, realmente no, pero no estaba la presencia de la persona que él quería ver, solo estaban las sirvientas y los guardias de siempre, además de Saur quien lo acompañaba.

Los dos se sentaron a la mesa, cada uno en sus asientos de todos los días y comenzaron a comer lo que le sirvieron.
Hyungwon comió un poco, pero al ver que el capitán no llegaba y que probablemente no los acompañaría, se sintió un poco desilusionado, por consiguiente, se le quito el apetito y todo lo que podía hacer era revolver la comida de un lado a otro, esperando el momento oportuno para marcharse.

— Principe Hyungwon, ¿se encuentra bien? —le cuestionó Saur.

Él levantó la mirada del plato y asintió.

— Sí. Solo estoy cansado. —mintió— Creo que me voy a ir a dormir. Permiso.

En ese momento se puso de pie e hizo una leve reverencia al recordar que eso era lo que hacían ellos cada vez que alguno se marchaba antes.

— Le deseo buenas noches. Nos vemos mañana. —respondió el rey.

Hyungwon simplemente asintió y salió de allí, en dirección a su habitación. Tuvo la emorme tentación de desviarse e ir a la habitación de Wonho porque ya conocía el camino, pero para hacer algo como eso debía ser mas atrevido de lo que él era, por lo que al final se resignó y deseó encontrárselo por los pasillos.