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Si había algo que mencionar respecto a su vida mientras caminaba un paso a la vez en el salón, Hyungwon diría que era una fantasía, quizá una mentira, quizá era una dimensión diferente, quizá solo era un espejismo de una dolorosa muerte, pero jamás podría decir que las lágrimas que brotaban de sus ojos fueran falsas.

El sonido de sus pasos sobre el piso que por algún motivo lograba escuchar claramente, la calidez del brazo de un padre que nunca había presenciado con tanta nitidez, las brillantes sonrisas a sus costados y más importante, el desbordante amor que emitía la dulce mirada de aquellos ojos marrones. Nada de eso podría ser una mentira.

Se rehusaba a pensar que su corazón frenético fuera causa de una imaginación, porque ahí estaba viviendo un momento que no había pensado en mucho tiempo.

No había soledad, ni tristezas. Ese era su día.

Su gran hermoso día, en el que se convertiría por fin en el esposo oficial de un hombre maravilloso, y se lo gritaría al mundo y a los cielos.

Sus trajes blancos a juego, con sus toques en dorado eran lo que más resaltaba en el lugar, mientras que los miles de adornos de flores esparcían un aroma fresco por todo el lugar, gracias a la brisa primaveral.

De pie, uno frente al otro, se juraron amor eterno frente a cientos de personas. Pusieron en sus manos el símbolo del pacto, siendo anillos forjados a medida con una frase conocida que ambos habían elegido. Se miraron a los ojos y se dijeron «Te amo» de la forma más sincera que alguien puede decirlo.

En su vida moderna, Hyungwon jamás tuvo altas expectativas de nada. Todo se trataba de seguir la rutina, trabajar, volver a casa y estar sólo hasta que un nuevo día empezara. Sin embargo, en su nueva vida estaba con una persona que no soltaba su mano, sino que lo presumía orgullosamente sin importar enfrente de quien estuviera, y le sonreía cada vez que sus miradas se cruzaban. Un padre que lo acompañaba a cada paso importante de su vida, que lo guiaba pacientemente y le enseñaba cada cosa que necesitara, y más importante, también tenía un bebé que dependía de él. Su hijo.

Esa parte quizá fue la noticia más inesperada para los reinos, y es que aunque su reputación siempre fue la de «un príncipe con ideas liberales», no dejaba de sorprender por hacer las cosas de la forma más inesperada. Desde el asunto de la guerra, casarse con quien se suponía que era sólo su mejor amigo, sino que además de tener un hombre como esposo, no tardó en presentar frente a los reinos a un príncipe heredero, a quien nombró su hijo.

Afortunadamente, sus súbditos y en general toda la gente de la alianza amaban tanto al príncipe que en realidad, su felicidad era bien recibida sin importar en qué paquete viniera, y así la alianza de los tres reinos conoció al primer miembro de la siguiente generación de la familia real, seguido de los futuros dos hijos que los reyes Saur e Ivrisia procrearían más adelante.

Como todos, a veces tenía días buenos, y otros no tanto, pero siempre estuvo buscando el lado positivo de estar en ese lado de la historia. Entonces un día lluvioso después de haber lidiado con las labores del Reino en ausencia temporal de su padre, se recostó en la silla de oficina deseando poder tomar un poco de aire fresco en el jardín del palacio, para después abandonar la habitación y cumplir su objetivo.

Al llegar se encontró al capitán general de la alianza, un hombre musculoso, con aspecto serio y habilidades para liderar un ejército entero en una guerra, arrodillado en el suelo sin importar que su ropa estuviera manchándose de lodo, todo con tal de ayudar a una pequeña personita a jugar en un charco que había dejado la reciente tormenta, a pesar de que no era capaz de caminar o mantenerse de pie por si sólo durante mucho tiempo.

Hyungwon sonrió, porque dentro de todo, se dio cuenta que no había nada que cambiara de su nueva vida. Y sin mencionar palabra alguna, tomó una mano de su hijo, dejando que Wonho tomara la otra y le ayudaron a dar pequeños pasos erráticos a través del jardín, mientras disfrutaban del atardecer maravilloso que les daba la naturaleza y oían la risa del bebé que crecía sano y feliz dentro de un reino seguro donde sus padres actuaban como escudo.

Mientras vivía momentos como ese, Hyungwon a veces recordaba lo que había descubierto en su breve regreso al mundo moderno. El siglo en el que estaba, la gente con la que compartía, todo lo que tenía en ese momento terminaría algún día, y todo lo maravilloso que era, ni siquiera quedaría registrado en la historia si todo seguía el curso que había seguido antes. Pero si el Hyungwon moderno volviera a existir, desearía que pudiera volver a vivir la experiencia, o al menos recordar que algún día perteneció a una familia real, pero más importante, a una familia feliz y que preservara el recuerdo de su experiencia a través de los años, y hacer de su vida una historia atemporal...

"Hᥲbίᥲ ᥙᥒᥲ vᥱz... Un chico, como tú, como yo, como cualquier persona que alguna vez haya pisado este planeta.

No era alguien que destacara entre el resto por ser mejor, a simple vista no era alguien especial. La única diferencia entre él y los demás era la situación infernal que vivía diariamente.

Marginado, odiado sin un motivo válido y solitario a causa del destino. Pero... ¿Qué se puede esperar de un príncipe viviendo en medio de sapos?

Tan sólo era una pequeña hoja en el viento recio de una sociedad moderna y cruel que arrasaba con cualquier rastro de felicidad verdadera que se mostrara en este podrido mundo.

Cada noche, se asomaba a su ventana en medio del hiriente silencio de un perezoso karma que no se apiadaba de él; entonaba una canción entre sollozos y suspiros, empapando la almohada de lágrimas y deseos de que algún día todo mejorara.

Entonces la vida dio un giro inesperado, extravagante y casi mágico, en el cual pudo vivir en carne propia algunos momentos que una persona común jamás pasaría en su vida, desde el miedo hasta el amor, de la compasión a la felicidad, de lo extraño a lo familiar.

Y tal como en los cuentos de hadas, su triste historia llegó a su fin, con un inconfundible sabor a  𝓥𝓲𝓿𝓲𝓮𝓻𝓸𝓷 𝓯𝓮𝓵𝓲𝓬𝓮𝓼 𝓹𝓪𝓻𝓪 𝓼𝓲𝓮𝓶𝓹𝓻𝓮..."

───── ❝ F I N ❞ ─────

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