27.

982 160 99
                                    

Ver a Wonho volver con el príncipe Hyungwon en brazos le devolvió el alma a más de alguno, logrando arrancar suspiros que al final fueron interrumpidos por el esclarecimiento de la situación. El capitán y el príncipe estaban de regreso, pero solo uno de ellos estaba consciente, además de preocupado, y con el semblante fragmentado entre firmeza y agonía.

El galeno fue avisado inmediatamente, aunque sabían que poco se podía hacer ante una situación así. Wonho se dirigió hacia los aposentos de Hyungwon, depositandolo en su cama.

El galeno no se demoró mucho más tiempo en llegar. Sabía lo que tenía que hacer, por lo que revisó en que condiciones se encontraba el cuerpo del príncipe Hyungwon.

— Se encuentra inconsciente, pero no tiene ningún traumatismo que desvele qué le ocurrió y por qué se encuentra en ese estado... —explicó el galeno con un tinte de preocupación en la voz— si es algo cerebral, podemos intentar realizar la técnica de trepanación.

La mirada de capitán fue a parar en el rostro con arrugas de aquella experta persona en la que tantas veces había confiado su salud.

— ¿En qué consiste?—preguntó.

Él quería lo mejor para Hyungwon, pero la expresión del viejo hombre lo dejaba intranquilo, porque aunque él mismo lo había sugerido, se notaba poco dispuesto a llevar a cabo la práctica mencionada.

— La trepanación es un procedimiento quirúrgico, que consiste en realizar una pequeña apertura en el cráneo —explicó sin levantar la mirada—, dejando que salga una cantidad de sangre para una liberación de presión que puede estar sufriendo el cerebro.

Wonho frunció el ceño.

— ¿Y si no es ese el problema? —cuestionó.

El galeno no levantó la mirada, en cambio se limitó a contestar con la verdad.

— Es una cirugía con mucho riesgo. —susurró.

Automáticamente la respuesta fue clara e la cabeza del capitán. No sabía si tenía derecho de tomar decisiones por el príncipe, pero ahora que él no podía, alguien debía hacerlo.

— No, no puede hacer eso con una mínima garantía de que saldrá bien. —argumentó.

El hombre de cabellos blancos asintió sin rechistar a la decisión de su autoridad.

—Otra opción, es con plantas medicinales. —volvió a sugerir— La planta de la noche, creo que sería una buena opción para él.

Esta vez la expresión en el rostro del anciano era más esperanzadora, y nadie dudaba de su vasto conocimiento y experiencia. Por lo tanto, esa parecía ser una buena opción.

Wonho suspiró mirando fijamente al príncipe en la cama. Parecía estar simplemente dormido, ¿por qué su piel se sentía un poco mas fría? ¿Por qué no contestaba a sus llamados si su corazón todavía estaba latiendo?

— Está bien. —respondió finalmente— Hagamos eso.

El galeno no perdió más tiempo, se giró para encontrarse con sus ayudantes, seguramente futuros galenos, quienes esperaban atentamente a sus órdenes.

— Muy bien, haremos una decocción de la planta de la noche— explicó y procedió a ordenar— Hervir agua, hasta que la planta de la noche esté bien cocida e ir rellenando la artesa con el agua caliente. —su ayudantes escuchaban atentamente— Dentro de cinco minutos, llevaré al príncipe preparado para realizar el bañ...

— Yo lo haré. —lo interrumpió el capitán— Yo le ayudaré con el baño medicinal, solo dígame como hacerlo.

El hombre de cabellos blancos miró con perplejidad al capitán, sin embargo no se atrevió a cuestionar la firme mirada de su rostro. Así que sin más que hacer, se dispuso a supervisar que todos hicieran correctamente su trabajo y lo más pronto posible.

Timeless Donde viven las historias. Descúbrelo ahora