La fiesta había sido un éxito o al menos eso es lo que había escuchado, pues él se había centrado en divertirse celebrando la victoria del capitán que cada vez era más cercano a él, pero no le incomodaba. Incluso despertar en aquella habitación al día siguiente ya no le parecía tan extraño como las primeras veces.
Podría decirse que se estaba acostumbrando a su nueva vida bastante bien, a pesar de que la mayoría de los días allí, sobre todo por las mañanas fuera siempre una rutina. Pero no se quejaba, al contrario le gustaba, ya que si tuviera que elegir entre la rutina que tenía en su verdadera vida, sin pensar elegiría la nueva.
Ser un príncipe era mejor que ser un solitario oficinista de una enorme ciudad.
Echaba de menos algunas cosas de su vida real, pero sin duda no echaba de menos trabajar, y peor si recordaba la forma en la que lo explotaban en su empresa. Quizás en su decisión, ayudaba que en esas tierras él era un príncipe, si fuera un sirviente se lo pensaría. Era extraño no querer volver al mundo que conocía y querer quedarse en ese país de gente loca, sin embargo si anhelaba saber como demonios había llegado a ese maldito bosque y en donde demonio estaba.
Sin querer seguir pensando en su vida real, se levanto de la cama, se vistió y salió de su habitación, sorprendiendose de no encontrarse a Wonho esperando en su puerta. No es como si fuera una obligación del capitán, pero la costumbre siempre dejaba un mal sabor.
— Quizás me desperté más tarde hoy... pensó en voz alta empezando el recorrido de todos los días.
Ni siquiera pensó que podría haberse despertado más temprano, ya que siendo él, sabía que eso era imposible como para ser cierto.
Siguió el pasillo hacia la izquierda, ya que aprendió que a la otra dirección era la habitación de Wonho y aunque dudó en un momento sobre si ir a buscarlo o no, finalmente decidió que no ya que quizás ya estaba desayunando o almorzando en el comedor.
Ni siquiera se orientaba en la hora que era.
Mientras aún pensaba en el capitán entró en aquella sala que tenía la mesa enorme en el centro pero no había rastro de Wonho. Sin embargo, si se encontraba Saur comiendo ahí.
— Buenos días su alteza Hyungwon... —le saludo sonriente.
Él aun no sabía cómo debía saludarlo, ya que Saur era el rey, pero la forma en la que lo trataba le confundía.
— ¿Dónde está Wonho? —preguntó en su lugar, mientras se sentaba. Pero luego cayó en cuenta de lo descortés que había sido— y buenos días...
Saur se molestó por escucharlo hablar de su hermano con tanta confianza, sin embargo supo disimularlo muy bien por el simple hecho de que no tenía ánimos de molestarse.
— Ha tenido que partir por una urgencia después del desayuno. —informó.
No lo pretendió, pero se asustó al escuchar aquello.
— ¿Ha ocurrido algo? —preguntó preocupado, pues había escuchado suficientes menciones de una guerra como para no imaginarse que el capitán estaría por ahí exponiendo su vida frente a enemigos.
— Un problema de menor importancia. Por la noche estará de vuelta. —contestó Saur lo suficientemente despreocupado para tranquilizar al príncipe quien simplemente asintió— ¿Ha dormido bien? —preguntó el rey intentando desviar la charla del tema de su hermano.
Quería tener una charla real, no hablar de Wonho todo el tiempo.
— Sí. —contestó Hyungwon sin poder dejar de pensar en Wonho.
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Timeless
FanfictionTodo lo que recordaba era una salida con sus compañeros de trabajo y mucho alcohol... Pero despertar en una nueva realidad le cambió la vida para siempre. ✘ Historia en colaboración con: @traumARS