3.

1.4K 292 76
                                    

Todo el camino fue en silencio, nadie más se atrevió a hablar y mucho menos Hyungwon.

Él no sabía hacia donde se dirigían, pero los caballos iban a un ritmo acelerado por lo que se sentía totalmente agotado y aún más adolorido, si es que era posible.

La puesta de sol se vio perfectamente cuando por fin salieron del inmenso bosque, pero lo que Hyungwon no se esperaba ver era una ciudad enorme detrás de todos esos árboles, y no una ciudad cualquiera, sino una ciudad que claramente no era del siglo veintiuno.

Al ver la infraestructura y los materiales con que todo estaba hecho, Hyungwon comenzó a pensar que había dado con alguna ciudad de locos, o quizá con algunas personas que no se adaptaban al tiempo presente y seguían viviendo como antiguamente.

Aunque nunca pensó que en su país siguieran existiendo ciudades así pero al parecer si era posible.

Cuando estuvieron cerca, las puertas de las murallas se abrieron, y una vez cruzando estas ya podía ver el interior con más detalle, aunque eso significaba que la gente también podía verlo a él en la miserable manera en que iba.

Se sintió muy incómodo al notar como las personas lo miraban demasiado, quizás por la ropa que llevaba puesta que claramente no pertenecían a sus costumbres o porque iba literalmente amarrado a un caballo como si fuera un delincuente.

Lo que más le sorprendía de aquella ciudad era la cantidad de gente que había viviendo ese estilo de vida, olores, ruido y edificios antiguos, al menos para él, ya que estaba acostumbrado a los edificios modernos o rascacielos de su ciudad.

A pesar de su cansancio continuó echando un vistazo y vio como más personas curiosas se asomaban por las ventanas de las casas a mirarlo con asombro, como si fuera un extraterrestre o algo por el estilo.

Antes de que pudiera darse cuenta, más  soldados comenzaron a rodearlos, escoltándolos hacia el fondo de la ciudad, donde claramente se veía lo que parecía un enorme castillo que lo sorprendió en demasía.

Nunca había visto uno fuera de una fotografía y menos tan de cerca.

Se quedó viendo fijamente aquel majestuoso lugar y antes de entrar a aquel palacio tenían que pasar por otra muralla que rodeaba a este, pero toda la escolta que llevaba, e incluso el caballo donde iba montado, se desvió del hermoso camino principal hacia el palacio y fueron por la parte de atrás, donde claramente no era tan hermoso.

Llegaron a una zona que parecía conducir a los calabozos del castillo, entonces comenzaron a desmontar de los caballos y a desatar las cuerdas que lo ataban al entrenado animal.

Una vez le desataron los tobillos y las cuerdas de las manos sin quitar los grilletes, lo bajaron entre dos hombres y si no fuera porque ellos lo sujetaban para que se mantuviera de pie, se hubiera caído al suelo una vez más debido al dolor y también a su debilidad.

No sentía las piernas, se habían entumecido de estar tanto tiempo en la misma postura sobre un caballo, pues jamás había montado a uno antes.

Entonces, otro de los nuevos hombres que lo comenzaron a escoltar antes, se agacho y con otros grilletes le amarro los tobillos con una cadena que se unía hasta los grilletes de sus manos.

Ahora sentía que las piernas le pesaban más y sus muñecas estaban verdaderamente adoloridas.

Y así, sin siquiera decir alguna palabra, comenzaron a caminar, llevándolo entre dos hacia el interior, aunque realmente lo arrastraban porque sus piernas no reaccionaban para andar a esa velocidad que ellos le exigían.

Sonará tonto pero en ese momento lo único que pensaba era en cómo ellos podían caminar tan rápido después de bajarse de un caballo, pero después otros pensamientos invadieron su mente por ejemplo el hecho de que sentía que se moriría de dolor, de hambre o de sed en cualquier momento.

Timeless Donde viven las historias. Descúbrelo ahora