Durante los siguientes días, en la cabeza de Hyungwon habían muchas cosas en las que debía pensar. Desde la carta que había recibido y atesoraba con todo su corazón, hasta la situación de la guerra y una preocupación infinita por no saber lo que estaba ocurriendo con el capitán, del cual apenas obtenía información muy general cada tantos días.
En ese momento y al igual que en la mayoría de los últimos días, estaba sentado a la mesa del patio del reino, escribiendo cosas que temía no recordar en un futuro, ya que se había dado cuenta que de cierta manera había empezado a olvidar información que aunque pareciera irrelevante, era lo que formaba pequeños fragmentos de su vida. Describía cosas como el diseño del barrio donde vivía, su pequeña y fea oficina del trabajo que odiaba, el ruido de la aglomerada ciudad y algunos detalles al azar.
Después de mucho rato, escuchó unos pasos a lo lejos que ya eran inconfundibles para su oído. Se trataba de la princesa Ivrisia viniendo hacia él con algunos de sus sirvientes como de costumbre, y de alguna manera se sintió aliviado porque aunque al principio esa mujer no le caía bien, después de saber la verdad y convivir un tiempo con ella, se habían hecho un poco cercanos. Además, verla significaba que tendría alguna información acerca de la guerra, y por ende, del capitán que tanto anhelaba ver.
— Su Alteza. —saludó la mujer bajando la cabeza levemente con respeto. Él respondió con el mismo respeto y esperó que ella hablara primero— Nuestro mensajero ha llegado hace muy poco tiempo, y nos informa que las cosas se salieron de control por un momento. —comentó con preocupación— por la información dada, hace dos días perdimos una de las batallas, y tuvimos que retroceder como parte del plan del capitán para no perder mas hombres. Sin embargo, en el día de ayer, siguiendo el mismo plan, pudimos vencer con bajas, pero recuperamos el territorio perdido... —Hyungwon suspiró de alivio al saber que las cosas mejoraron aunque sea un poco— además, nuestros médicos y la ayuda para los heridos llegaron a tiempo, reduciendo los fallecimientos y curando a nuestros hombres en la medida de lo posible.
El príncipe se sintió agobiado de repente y no pudo evitar soltar el primer pensamiento que se le vino a la cabeza.
— ¿Cómo está el capitán? —preguntó con la voz ronca de agobio.
Ivrisia entendió el porqué de su pregunta, pero aunque quisiera darle una respuesta concreta, la verdad era que no podía.
— El mensajero solo proporcionó una información general de la batalla, pero como el plan ejecutado fue creado y dirigido por el capitán, podemos suponer que esta vivo y probablemente ileso, aunque no sabemos exactamente cómo es su condición —explicó un poco temerosa y guardó silencio por un rato— Pero no debe temer, el capitán es una persona muy sagaz. Sus planes son siempre ordenados y prudentes. —mencionó colocando una mano en el hombro del príncipe en forma de consolación y apoyo— Estoy segura que está bien...
La chica sonrió levemente esperando que sus palabras calmaran al príncipe que no podía esconder su expresión de preocupación con toda esa situación, pero que estaba agradecido por el intento de ánimo de parte de quien ya consideraba su amiga.
— Gracias. —respondió sin saber qué más decir.
Pero ni siquiera tuvo tiempo a pensar en cómo seguir la charla, cuando alguien más llegó corriendo hacia ellos, y haciendo rápidamente un saludo de reverencia soltó el mensaje que tenía para dar, con toda prisa.— Siento la interrupción, pero reclaman la presencia inmediata del príncipe Chae en el salón principal —exclamó dejando a ambos con expectación.
Hyungwon se levantó de su asiento, y llevando sus escritos consigo, caminó temeroso detrás de aquel sirviente que le había llamado. Con él, avanzaron los guardias y sirvientes que el rey Saur le había proporcionado para su seguridad, y detrás de ellos también iba Ivrisia con su gente, temiendo que algo malo podría estar ocurriendo sin que ella lo supiera.
Sin importar lo descortés que pudiera parecer, ella terminó por adelantarse a él para asegurarse que el príncipe estaría a salvo como se lo había prometido al capitán, y después de un recorrido de algunos minutos finalmente llegaron al salón donde se había solicitado la presencia del príncipe, pero al entrar Ivrisia no pudo hacer nada más que sorprenderse.
Hyungwon no entendió la reacción de ella porque todavía no había visto lo que sea que hubiera dentro, y aunque después lo vio con sus propios ojos, no reaccionó en absoluto porque todo lo que pudo ver fue a un par de hombres de mediana edad hablando entre sí con una jovial energía mezclada con la melancolía de sus expresiones, uno de ellos el padre de Ivrisia y el otro un desconocido para él.
Todavía sin entender nada de lo que tenía delante, trató de seguir el protocolo que había aprendido de cómo debía comportarse un príncipe, por lo que amablemente y manteniendo su distancia, hizo una breve reverencia al padre de Ivrisia y a su acompañante, esperando que después de eso pudieran aclarar sus dudas.
— Su alteza, me informaron de que requerían mi presencia —comentó sin dejar de estar a la expectativa.
Las personas que estaban reunidas en el lugar se vieron entre sí sorprendidas, pero Ivrisia lo observó con un deje de tristeza que él no notó. Y mientras la chica lo seguía viendo, manteniendo esa expresión en su cara, su padre el rey observó al muchacho y le sonrió para finalmente explicarle por qué había solicitado su presencia.
— Nuestro invitado desea ver al príncipe Chae. —exclamó.
Inmediatamente después de esa respuesta, el hombre que había estado acompañando al padre de la princesa empezó a caminar hacia él con una expresión rara en el rostro. Al ver eso, no pudo hacer nada más que dar un paso atrás temiendo que algo malo estuviera ocurriendo, pero todos a su alrededor no estaban moviendo ni un sólo músculo en tratar de detener al hombre, por lo que se convenció a sí mismo de que a medida que dejara fluir la situación comprendería lo que verdaderamente estaba pasando, aunque tuviera que pasar por un momento incómodo.
Lo que no se esperó es que cuando aquel hombre por fin estuvo cerca, lo envolvió con su brazo y lo atrajo hacia él, temblando. Él no movió ni un sólo músculo porque no sabía reaccionar a esa muestra de afecto que no entendía, sobretodo porque podía escuchar los leves y discretos sollozos que el hombre soltaba, seguramente para no perder la etiqueta de la nobleza haciendo un show con toda la familia real presente.
Quizo hablar o preguntar algo, pero antes de que pudiera siquiera mover la boca, escuchó por fin la voz temblorosa de aquel hombre.
Pero lo que dijo fue realmente inesperado.
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Timeless
FanficTodo lo que recordaba era una salida con sus compañeros de trabajo y mucho alcohol... Pero despertar en una nueva realidad le cambió la vida para siempre. ✘ Historia en colaboración con: @traumARS