Mi mujer, mi pertenecia.
Ahora que estaba en Manhattan quería comunicarme con Elaine, Gerry o Rebeka, pero sé que no iba a tener ninguna de esas cosas porque Khan seguramente no les diría nada. Así que iba a tener que acostumbrarme a estar aquí hasta quien sabe cuándo.
No sabía del estado de Alexey y eso menos que menos que obtendría una respuesta de eso, de solo mencionar su nombre Khan me asfixiaría. Solo debía esperar hasta que se le ocurriera soltarme o planear algo para poder irme de aquí.
Alcé la cabeza cuando las puertas del ascensor se abrieron, todavía me quedaban treinta minutos de mi hora de libertad.
Khan entró recién duchado, pero con el labio roto y los nudillos rojos, fruncí el ceño ante su estado, no es como si me importara, pero jamás lo vi así de... mal.
Niko y Liam vinieron detrás suyo y lo miraron con alarma.
—¿Qué te pasó? —pregunté. Ya se le veía muy seguido así de mal, y no es que me importara, pero si me daba curiosidad saber que hacía.
—Nada —respondió de mala gana —. Váyanse a sus puestos. Niko, no cuidarás la habitación de Kassia hoy.
—¿Por qué no? —curioseé, por mí mejor, pero me causaba intriga.
—Como ordene, señor —se retiraron los dos y me puse de pie lentamente, tenía el labio inferior roto, pero no es algo que a él le importara ciertamente.
—Señor, ¿desea cenar? —Eleonor apareció.
—No, lárgate —bufó de mala gana, no tardó ni dos segundos es irse así que yo también me moví —. ¿A dónde coño vas?
—A mi habitación —respondí aún caminando hacia las escaleras, subí rápido para huir cuando lo vi moverse en mi dirección.
Giré por el pasillo para meterme en mi habitación, pero me alcanzó y tomó mi muñeca en su mano, jalándome hacia él con fuerza. Mi pecho golpeó el suyo sin sutileza y tuve que poner mi mano libre contra su torso para apartarme suyo.
—Suéltame, animal.
—Perra —escupió y me rodeó la nuca con su mano, empujándome contra su torso aún más, respiramos el mismo aire y solté un quejido de dolor ante su brutalidad.
—Khan...suéltame...
—No —mordió mi barbilla y pegó su frente contra la mía, el ambiente se volvió pesado y mi respiración se aceleró.
—¿Crees que me acostaré contigo después de que me secuestraste?
—Lo hiciste con Alexey que no es nadie, yo soy tu marido.
—Alexey me entendió...
Me sacudió del cabello y me soltó con su orgullo herido, típico de hombres narcisistas. Respiré hondo, masajeando mi cuero cabelludo.
—Él te entendió —asintió bruscamente, arrojó todo lo que vio a su paso contra el suelo. Volteó a verme, furioso —. Alexey está muy lejos de ser lo que tú quieres, déjate de soñar con jodidos príncipes y asume que estas rodeada de villanos, maldición.
Me tomó de los hombros y volvió a acercarme a él bruscamente.
—¿Cuántas veces te acostaste con él?
—¿Por qué te interesa eso?
—¡Responde, joder! —me sacudió y tomé sus hombros para estabilizarme.
—No sé, no las conté.
Me estrelló contra la pared y cerré los ojos ante el dolor, este hombre no conocía la sutileza y, si lo hacía, no la usaba a menudo.
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Dulce Castigo [+21]
ActionElla era una mujer de armas tomar. Él era un hombre bruto y violento. Todo había cambiado en estos dos años que habían pasado. El rencor, el odio y la venganza jamás iban a ser olvidados por ninguno de ellos. Resucitar del infierno era difícil, per...