|| Capítulo 25 ||

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Traiciones pasadas.


Mis tacones resonaron en el suelo de la casa presidencial, Khan se desvió a su oficina, evitando la conferencia, se me vinieron encima para interrogarme sobre Lilly ya que salían pruebas que me inculpaban injustamente de cosas que no hice. Los flashes me cegaron y todos apuntaron hacia mí, sofocándome un poco.

—Primera dama, díganos algo sobre la situación de la senadora Lilly.

—¿Es cierto todo lo que dice su esposo de ella?

—¿Cómo se siente al respecto de todo lo que hizo?

—¿A dónde la llevarán?

Abrí la boca, tratando de responderles cada una de sus dudas, pero me interrogaban, sin dejarme terminar de hablar o siquiera hacerlo.

—Lilly pagará sus cargos y crímenes en prisión, si bien, no me corresponde a mí hablar sobre ella, solo diré que hay muchos aquí en la política que tienen un disfraz de cordero y no son más que lobos —dije, me di la vuelta, Niko empujó a las personas que se me quisieron venir encima y me moví hacia el lado opuesto al de ellos.

—Pediré amablemente se retiren —habló Rebeka —. Cualquier información que tengamos de Lilly la haremos saber, gracias.

Se acercó a mí y sonrió, enganchando su brazo con el mío.

—Debes hablarles con autoridad o se pasarán todo por el culo —caminé con ella hasta la cafetería y pedí un café —. ¿Te trató muy mal ayer cuando mi hermano me arrastró fuera del penthouse?

Sabía que se refería a Khan y me reí.

—Puedo tratarlo —me encogí de hombros y tomamos asiento en una mesa.

—Sí, y es asombroso como lo haces. Khan es la persona más impulsiva, enojona e irracional del mundo —dijo —. Mira que mi hermano es una persona jodida, pero Khan superó todos los límites.

—Sí, eso lo noté muy bien, creo que mi padre creó un monstruo de carne y hueso —suspiré, no me gustaba admitir que Khan era así gracias a mi papá, pero era la realidad.

—Mira el lado positivo, tú tienes ese monstruo para ti, muchas quisieran eso, créeme.

Arqueé una ceja y se rio.

—No yo, gracias, lo odio —bufó —. No sé como lo soportas, está mucho peor que años atrás. Es insoportable con solo respirar.

—Ama que las cosas se hagan a su manera y cuando él las dicta, pero no es como si me gustara seguir las órdenes de alguien —tomé unos sorbos de mi café y le eché un vistazo a la cafetería, era mi primer día oficialmente en la casa presidencial, de vuelta al rubro y a mi vida.

—Sí, eso es cierto —sonrió —. Y dime, supe por ahí que Alexey te sacó del exilio. ¿Te hizo algo?

—¿También lo conoces?

—Digamos que sí, es mucho más imbécil que Khan —espetó.

—Me sacó del exilio y me ayudó a entrenar, cada día era un combate más reforzado que otro, me ayudó a salir de ese encierro y jamás me hizo daño, así que yo estoy agradecida —dije sinceramente, porque me gustara o no admitirlo, Alexey me sacó de la mierda en la que estaba.

Ella se me quedó viendo fijamente, como si no pudiera creer lo que estaba diciendo sobre Alexey.

—Siento que no hablas de la misma persona de la que hablo yo —apretó los labios, disgustada —. Es raro, Alexey es todo, menos bueno o amable.

—No sé si amable, pero fue compresivo.

—Comprensivo —se rio sin ganas —. En serio, Kassia, ese bastardo se puso una maldita máscara ante ti, un lobo disfrazado de cordero, porque Alexey Belov es una miseria como persona.

Dulce Castigo [+21] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora