|| Capítulo 60 ||

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Siempre en la cima.




Kassia.


Brooklyn/ New York.


Las rejas se abrieron y la camioneta se movió dentro del comando, Niko me abrió la puerta y bajé, mis dientes se apretaron de solo pensar en la última vez que estuve aquí. Respiré hondo y me moví hacia dentro, Malik caminó a mi lado y me quité los lentes de sol, mirando a los agentes a lo lejos, de pie, en filas.

Miré de reojo a Malik y asintió, me moví hacia ellos, presentándome. La mayoría eran hombres de Khan, ellos ya me conocían y sabían que la jefa de esta agencia era yo, pero quedaban algunos leales de Dylan.

Entre ellos: Cora.

Abrió los ojos apenas me vio delante de ella, miró a los agentes de alrededor, como si tratara de asegurarse que todos me veían y no era su imaginación.

—Kassia —escupió entre dientes.

—Cora —sonreí de lado —. Tómala.

Niko se acercó por detrás de ella y la miró, la tomó de los brazos, bloqueando sus golpes cuando quiso defenderse.

—Suéltame —le exigió y me miró —. Deberías estar muerta.

—Pero no lo estoy —metí mis manos en mi pantalón y sonreí ampliamente, hoy sería un buen día, por fin, después de tanta mierda —. Vine a visitarte. ¿Crees que se me olvidó todo lo que me hiciste estando encerrada con esos demonios? Creí que venían solos porque era la mujer de Khan y me odiaban por ello, pero tu pecado fue confesarme que fuiste tú quien los había enviado.

Caminé a su alrededor y me quedé justo delante de ella, mirándola fijamente.

—¿Y? Te merecías eso y más, e iba a matarte, pero llegaron por ti —escupió, quiso darme una patada y bloqueé su pierna con mi pie, dándole un golpe detrás de sus rodillas, casi cae, pero se mantuvo de pie —. Alexey Belov, un mafioso, ¿sabes? Es hipócrita que seas la gran Primera Dama cuando eres tan corrupta como todos los que están ahí dentro.

—¿Verdad? Pero hay quienes podemos estar en el bajo mundo y en la cima —me encogí de hombros, burlona —. Es cierto que el amor vuelve estúpidas a las personas, porque tú te morías por un hombre que se supone era tu jefe y no te devolvía siquiera una mirada.

—¡Mataron a Dylan por tu culpa, hija de puta! —pataleó, desesperada. Sí, Alexey dijo que lo había hecho, que la decisión era mía, pero nunca elegí y al parecer fue por su decisión propia. Nunca vi su cuerpo, pero en manos de alguien como Alexey que repudia a los agentes es obvio que vivo no quedó.

—No, por tu culpa —respondí.

—¿Y? ¿Matarme satisfará tu sed de venganza? —se rio.

—De hecho, sí —moví la cabeza y Liam se movió con los hombres de Khan, tomando a la tropa de Cora que eran como ella. Los pusieron de rodillas contra el suelo cuando comenzaron a luchar para soltarse —. Hoy me levanté con ganas de comenzar a terminar lo que puede acabar conmigo, o lo que me jodió en su momento.

—Nadie quitará todo el dolor y el sufrimiento que pasaste ahí dentro durante ese año —sonrió, airosa, y tenía razón, por más que me jodiera admitirlo, nadie me quitaría esas cicatrices de la piel —. Vivirás con eso para el resto de tu miserable vida, Kassia.

—Y tú te quedarás con el mal sabor de boca de saber que Dylan murió agonizando, lenta y dolorosamente —se soltó de Niko y se me vino encima, me moví hacia un lado aún con las manos en los bolsillos y sonreí —. De hecho, tengo entendido que Alexey graba a algunas de sus víctimas, podría pedirle el video y que lo veas antes de morir.

Dulce Castigo [+21] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora